Pedro Sánchez se ve cerca de "una mayoría suficiente"

La crónica

Los candidatos presos por el Procés ofrecen un Gobierno “estable” a Pedro Sánchez y rebajan la petición de independencia por la de un referéndum

Altercado con radicales vascos en dos mitines de Santiago Abascal en San Sebastián y en Bilbao

Incidentes en un mitin de Vox en San Sebastián.
Incidentes en un mitin de Vox en San Sebastián. / Javier Etxezarreta, Efe
Juan Manuel Marqués Perales

13 de abril 2019 - 19:59

Los republicanos españoles son enternecedores. En Sevilla han celebrado el 14 de abril, día de la conmemoración de la Segunda República, este sábado 13, para que no coincidiese con el Domingo de Ramos, no vaya a ser que quienes defienden que la imagen de una Virgen procesione con el fajín de Franco se sientan apelados a recordar viejas hazañas. El extremismo en España no está hoy en el republicanismo, aunque algunos de los manifestantes han pitado a los intervinientes en el mitin de Albert Rivera desde el puente de Triana.

El extremismo está en la periferia de otros nacionalismos. Los asistentes a un mitin de Santiago Abascal en San Sebastián han tenido que salir protegidos por la Ertazina, ante las amenazas, gritos y empujones de un centenar de radicales vascos. Horas después, en Bilbao, ha ocurrido lo mismo. Con dos detenidos entre los manifestantes. Esto se está convirtiendo en algo, desgraciadamente, normal en esta campaña, y se ve en los mítines del PP, de Ciudadanos y de Vox. Lo de Cayetana Álvarez de Toledo en Barcelona el jueves pasado no ha sido una excepción.

Para Pedro Sánchez, los tres líderes de estas formaciones, Pablo Casado, Albert Rivera y Santiago Abascal, con “los tres temores, pero con eme de miedo”. Les ha puesto el nombre para estos días, Sánchez no es un tipo ocurrente y carece de soltura cuando hace este tipo de gracietas, pero el laboratorio de ideas de Moncloa funciona bien. Cuando los tres se fotografiaron en la plaza de Colón, Sánchez se decidió a convocar estas elecciones. Cuando le dieron la posibilidad de elegir, escogió un debate de televisión con Vox incluido. El martes 23 de abril los cinco se verán frente a las cámaras de Antena 3 y de La Sexta.

Esta campaña electoral ya ha quedado enmarcada, a un lado está Pedro y al otro, sus tres tenores. Pablo Iglesias sigue noqueado, el espionaje de la policía patriótica le ha dado argumentos para las entrevistas de los primeros días, pero el candidato de Unidas Podemos ha asumido su papel de subalterno del socialista. En la localidad canaria de Arona, donde Pedro Sánchez ha hablado de los tres, también ha subrayado que “estamos muy cerca de que el Gobierno dependa de sus propias fuerzas”, de que se alcance una mayoría suficiente. ¿Qué es eso? En opinión del actual presidente, son diputados suficientes para gobernar en minoría, en un Ejecutivo sólo con ministros socialistas y algún independiente. Es decir, sin Pablo Iglesias.

Pedro Sánchez, en un acto en Tenerife.
Pedro Sánchez, en un acto en Tenerife. / Europa Press

Sánchez busca una participación mayor del 70%, está convencido de que España es de mayoría progresistas y que, si se moviliza, le dará algo parecido a una mayoría absoluta. Suficiente. “Estos de la nueva política no tienen nada de nuevo, ya existió Fuerza Nueva y Blas Piñar”, ha dicho en su mitin en Canarias.

Pero este sábado le han salido unos acompañantes no deseados. Jordi Sánchez, Jordi Turull y Josep Rull, candidatos encarcelados por el juicio del Procés, han publicado un artículo en La Vanguardia en el que se ofrecen a aportar apoyos para un Gobierno “estable” de los socialistas, un nuevo marco de negociación entre la Generalitat y el Ejecutivo central que supere el bloqueo anterior.

A cambio, quieren que se convoque un referéndum de autodeterminación, ya no están aferrados a la independencia y parece que Puigdemont les ha soltado cuerda. JxC, el partido que les presenta, corre el riesgo de quedarse en franca minoría respecto a ERC en estas elecciones y los tres encarcelados intentan ganar algo de espacio. Fue Puigdemont quien ordenó no respaldar el proyecto de Presupuestos de Sánchez para obligar a unas elecciones que él entiende que conducirán a un bloqueo institucional en toda España.

Pero, de momento, a Sánchez no le haría falta JxC, le bastaría con el apoyo externo de Unidas Podemos y de ERC. Ahora bien, este partido aún no se ha juzgado. Hay quien sostiene en las direcciones de varios partidos que Vox está mucho más fuerte de lo que indican los sondeos, que pueda dar más sorpresas y que puede estar metiendo en la suma electoral a votantes desencantados que llevaban varias elecciones sin votar.

Si Sánchez tiene a Vox para alentar el miedo entre el electorado progresista, Casado cuenta con los independentistas de ERC y JxC para expandir el temor a otra legislatura hipotecada por quienes se rebelaron contra España.

Pablo Casado, en una procesión en Valladolid
Pablo Casado, en una procesión en Valladolid / RAÚL SANCHIDRIÁN, EFE

Como ya hiciese en la campaña de las elecciones andaluzas, Pablo Casado se está revelando como un estajanovista de la política, va a tres actos por día y ha asumido el liderazgo de la posible alianza de centro derecha. Desde Valladolid, una de esas provincias donde el PP puede perder escaños por la competencia con los otros dos partidos primos hermanos, ha resumido la cuestión con un símil futbolístico: “No nos equivoquemos de enemigo, si un partido gana, se lleva tres escaños, como si gana un partido, se lleva tres puntos; la ley D`Hont es como la quiniela”. Y es que una fragmentación del voto de la derecha puede conducir a un escaño no deseado del PSOE o de Podemos en estas pequeñas provincias. Advirtió lo mismo en noviembre pasado en Andalucía, pero el tamaño de las circunscripciones no hizo perder escaños a la alianza virtual, Casado cuenta con los diputados de Vox y de Ciudadanos en caso de que los tres sumen.

Pero en Valladolid ha cargado contra sus socios potenciales. De Vox ha sostenido que son “unos vendedores de humo” y de Ciudadanos, que es un partido “de tránsfugas”. Casado hace una apelación general al voto útil y ha cubierto bien el flanco catalán, donde su partido sólo sacó cuatro parlamentarios en las últimas autonómicas. Cayetana Álvarez de Toledo ha sido enviada a hacerle la competencia a Inés Arrimadas.

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