El ex concejal del PSOE asesinado había renunciado a su escolta
L ETA vuelve a matar
Isaías Carrasco rechazó la protección tras dejar su puesto en el Ayuntamiento el pasado año y fue asesinado de varios tiros a bocajarro a través del parabrisas de su coche cuando se iba a trabajar
La banda terrorista ETA asesinó ayer en Mondragón al ex concejal socialista de ese municipio Isaías Carrasco, que acababa de salir de su casa para dirigirse a su trabajo.
El atentado se produjo minutos después de la una y media de la tarde, cuando Isaías Carrasco, que había salido de su domicilio, se encontraba sentado en el interior de su vehículo en la calle Navas de Tolosa. En ese momento, un terrorista a cara descubierta aunque disfrazado con una barba postiza disparó repetidas veces contra el ex concejal a través del parabrisas del coche. Cinco disparos, dos de ellos mortales de necesidad, uno en el cuello y otro en el tórax, impactaron en el cuerpo de Isaías Carrasco, que pese a la gravedad de sus heridas logró salir del coche.
Al escuchar los disparos tanto la esposa del ex concejal socialista como su hija mayor de veinte años bajaron a la calle y trataron de socorrer a Isaías Carrasco, que aún se encontraba con vida.
Cuando llegaron los equipos de emergencia del servicio vasco de sanidad, Osakidetza, pudieron reanimarle de la parada cardiorrespiratoria en la que había entrado antes de trasladarlo al hospital de la localidad guipuzcoana donde volvió a sufrir otro episodio de parada cardiaca antes de fallecer en el propio hospital. Los médicos certificaron su defunción a las 14.40.
El autor del atentado huyó a pie del lugar hasta montarse en un vehículo, al parecer un Seat Córdoba de color gris, en el que le esperaba otro terrorista.
Isaías Carrasco había sido concejal de la localidad en Mondragón durante la anterior legislatura entre 2003 y 2007, y precisamente había comunicado a la dirección de su partido su deseo de no repetir como concejal en las elecciones del pasado año para no tener que llevar escolta, a la que había renunciado tras abandonar su cargo.
El asesinato del ex concejal del PSE eleva a 41 el número de políticos asesinados por ETA, la mitad de ellos desde que, a mediados de los años 90, lanzase una intensa campaña de ataques contra los representantes de PP y PSOE en los ayuntamientos.
Aunque ETA ha perpetrado atentados contra cargos públicos a lo largo de toda su historia, como el asesinato del senador socialista Enrique Casas en 1984, no fue hasta los años noventa cuando los políticos, y particularmente los concejales del PP y el PSOE, se convirtieron en objetivo preferente de la banda terrorista.
El 23 de enero de 1995 fue asesinado en San Sebastián de un tiro en la nuca el presidente del PP en Guipúzcoa, Gregorio Ordóñez, que también era el portavoz del PP en el País Vasco y que había sido designado candidato a la Alcaldía donostiarra.
Desde entonces 21 políticos han resultado muertos en atentados de la organización terrorista. Doce de ellos eran miembros de PP, dos de UPN y siete, incluido Isaías Carrasco, del PSOE.
Para los asesinatos selectivos el método más utilizado por ETA siempre ha sido el del tiro en la nuca. El atentado de ayer es el primero en el que la banda terrorista utiliza ese método del tiro en la nuca desde que en febrero de 2003 asesinara al ex jefe de la Policía de Andoaín Joseba Pagazaurtundua, que falleció de cuatro tiros a bocajarro en cabeza, hombro y estómago, cuando se encontraba en un bar de la localidad en la que había ejercido la jefatura policial.
Tras Pagazaurtundua ETA había recurrido a otros métodos. El 30 de mayo de 2003 la banda terrorista mataba a los guardias civiles, Bonifacio Martín y Julián Embid, con una bomba-lapa adosada a su coche.
El 30 de diciembre de 2006 fallecían en Madrid Carlos Alonso Palate y Diego Armando Estacio, con la bomba de la T-4.
El 1 de diciembre de 2007, los terroristas tiroteaban a dos guardias civiles en Capbreton (Francia), tras ser descubiertos. Raúl Centeno moría ese día y su compañero Fernando Trapero fallecía el día 5.
El asesinato de un ex concejal sin escolta a tiros por la espalda está lejos de ser el gran atentado que ETA planeaba en Madrid antes de las elecciones: un comando pretendía hacer estallar un coche-bomba en un aparcamiento de Azca, el centro financiero de la capital. Se frustró gracias a la detención de cuatro de los terroristas que integraban ese comando, al parecer, directamente bajo las órdenes del presunto jefe del aparato militar de ETA, Mikel Garikoitz Aspiazu, Txeroki.
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