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Por primera vez hay partido

Nunca antes el PP se permitía soñar con vencer al PSOE en votos en la provincia de Sevilla en unas elecciones generales

Por primera vez hay partido
Carlos Navarro Antolín / Sevilla

11 de noviembre 2011 - 01:00

El PSOE siempre ha ganado en Sevilla unas elecciones generales, autonómicas y europeas. Sus únicos tropiezos han sido en las municipales, pero incluso en dos derrotas (1999 y 2007) logró formar gobierno en el Ayuntamiento con los apoyos del PA e IU, respectivamente. Nunca se ha discutido que la marca electoral del puño y la rosa arrasa en la circunscripción de Sevilla, "la tierra de Felipe González" como la definió Zapatero en un mitin en mayo en el barrio de Pino Montano con asientos libres. Los socialistas han contado con ocho diputados por Sevilla en la Carrera de San Jerónimo frente a cuatro del PP en esta última legislatura. De 1982 a 2008 han sacado siempre ocho salvo en 1996 y 2000 -ya en el período del posfelipismo- en que perdieron uno y bajaron a siete. Pero la diferencia entre ambos grandes partidos ha resultado siempre insalvable para el centro-derecha en una circunscripción y en una región que ha lastrado en muchas ocasiones los objetivos trazados por el PP en su sede central de la calle Génova.

En las generales de 2008 la diferencia fue de 287.000 votos en favor del PSOE. Pero en las municipales de 2011 se ha recortado espectacularmente la diferencia. De no verle la matrícula a los socialistas, los populares están a punto de adelantarlos en una convocatoria distinta a las generales en una circunscripción considerada siempre como un fortín del PSOE. Hay encuestas que apuntan a que el PP puede aspirar sin delirio alguno a ganar por primera vez en número de votos en la provincia de Sevilla. El mejor resultado de los populares en esta provincia en unas elecciones generales se produjo en 2000, con un 35% de los votos que otorgaron a la formación de centro-derecha 5 escaños con casi 340.000 votos frente a los 7 de los socialistas, que obtuvieron 476.000 sufragios.

Ese año 2000 -el de la mayoría absoluta de Aznar- es el techo a romper por el PP en estos comicios. Pero la referencia más inmediata para los populares son las elecciones municipales del pasado mayo. Para el PP sería todo un logro mantener los resultados de estos comicios en la provincia, donde por primera vez quedó situado como segunda formación tras años de resignación en la tercera plaza, una marca que sólo registra el PP en circunscripciones catalanas y vascas, donde los nacionalismos ocupan su espacio electoral. Conseguir el segundo puesto la noche del 22 de mayo supuso para los populares recortar una diferencia de votos con el PSOE de casi 30 puntos porcentuales. Un ascenso vertiginoso con sabor justificado a gran victoria.

Los estrategas del PP no descartan ahora un leve descenso en la capital. Parten de la tesis de que mucho del voto conseguido por Juan Ignacio Zoido el 22 de mayo (que batió todos las marcas con 20 concejales) fue consecuencia de la marca personal de un candidato que llevaba trabajando cinco años como en continua campaña electoral. También en el PP se tienen las expectativas puestas en que ocurra el mismo efecto en los grandes feudos socialistas de la provincia. Es decir, que en aquellos municipios donde gobiernan alcaldes del PSOE de perfil muy consolidado, la marca electoral de este partido pierda apoyos en beneficio de la del PP. A los populares les bastaría para cumplir sus expectativas con consolidar los resultados de las municipales en la Sierra Sur y en subir cantidades mínimas de votos en Dos Hermanas y Alcalá de Guadaíra, donde el índice de paro ha subido en la última EPA; las Cabezas de San Juan, Lebrija, San Juan de Aznalfarache (donde el margen es muy amplio), Gines y Castilleja de la Cuesta. Por supuesto, donde el PP sueña con arañar más apoyos a los socialistas es en La Rinconada, municipio donde el partido de la gaviota obtiene sus peores resultados de toda la provincia pese al espectacular aumento registrado en las pasadas municipales.

Los socialistas juegan a no perder su bastión. José Bono ya lo advirtió en la campaña de las municipales: "No podemos perder la Alcaldía de Sevilla, porque es un símbolo, una bandera de este partido". Y se perdió. En un partido en claro retroceso electoral, hay riesgo cierto de perder la condición de partido más votado en Sevilla. Tal vez por eso el comité de estrategia del PSOE en Sevilla ha apostado por romper la campaña usando al ex vicepresidente del Gobierno y número uno de la lista, Alfonso Guerra, que ayer mismo dio un aldabonazo tratando de vincular a la jueza que investiga la trama de los ERE con el alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido. Los socialistas están confiados en que el fenómeno de concentración del voto en los dos grandes partidos que se suele producir en todas las elecciones que no son municipales les vuelva a favorecer. Pero el contexto ha cambiado tanto, el desgaste del gobierno de ZP es tan evidente y el PP ha logrado romper tantos mitos (la mayoría absoluta de Sevilla es uno de ellos) que entre los propios socialistas se admite que esta vez es muy posible que el retroceso en la provincia de Sevilla sea acusado.

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