La mayoría de la oposición respalda la alarma pero critica la negociación del Gobierno
El portavoz de ERC ha estimado que más allá de un problema laboral subyace un modelo de gestión aeroportuaria "totalmente insostenible y caótico".
Madrid/CiU, PNV, ERC y Coalición Canaria han apoyado este jueves la decisión del Gobierno de decretar el estado de alarma por el abandono de los controladores de sus puestos, pero han coincidido en criticar cómo ha negociado el Ejecutivo con este colectivo y en pedir cambios para que esta situación no se repita.
Así lo han dicho los portavoces de estos grupos en el pleno extraordinario del Congreso en el que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha explicado las medidas adoptadas el pasado fin de semana para frenar el caos aéreo.
El portavoz de CiU, Josep Antoni Duran Lleida, ha criticado el parón masivo y ha apoyado la declaración del estado de alarma "sin ninguna reserva jurídica".
Tras poner en duda la "oportunidad" de aprobar el decreto que modificaba la jornada laboral de los controladores justo en vísperas de un puente, Duran Lleida ha sido bastante crítico con la forma en la que el Gobierno ha encarado las negociaciones con el colectivo.
Para CiU, el conflicto no sólo no ha quedado zanjado, sino que puede "recrudecerse", y para evitarlo ha recomendado medidas a corto plazo: externalizar el control de la torre, liberalizar la formación de controladores y segregar las funciones de navegación aérea de los entes de gestiones aeroportuarias, además de acabar con el sistema de gestión central.
Igual que Duran Lleida, el portavoz del PNV, Josu Erkoreka, ha comenzado condenando la "huelga salvaje" y ha expresado su apoyo "incondicional" al Gobierno por decretar el estado de alarma, ya que aunque no es bueno recurrir a una medida extraordinaria, de no haberse hecho "sin duda hoy se lamentarían daños y perjuicios mucho más graves y difíciles de reparar".
"Algo tenía que hacer el Gobierno, algo excepcional e inmediato, algo distinto a lo que han hecho los gobiernos hasta ahora: ceder por enésima vez al chantaje de un colectivo que estaba esperando a que se produjera esa situación tan propicia", ha agregado.
Con todo, se ha preguntado cómo el Ejecutivo no pudo prever esta situación y ha instado a mirar al futuro a largo plazo y a abordar "sin demora" los problemas de falta de efectivos, la reorganización racional del trabajo de los controladores o sus retribuciones, cuestiones que "no se improvisan".
Joan Ridao, portavoz de ERC, se ha sumado a las críticas contra el "intolerable sabotaje" de los controladores y ha dejado claro que su partido respalda la decisión del Gobierno de decretar el estado de alarma, aunque no le ha parecido "ni razonable ni proporcionado" que hoy por hoy continúe.
Ridao ha estimado que más allá de un problema laboral subyace un modelo de gestión aeroportuaria "totalmente insostenible y caótico", un "monstruo con 47 cabezas (...), rígido, centralizado, centralista, radial, un auténtico monopolio encubierto que no es nada competitivo".
José Luis Perestelo, en nombre de Coalición Canaria, ha señalado que para los ciudadanos del archipiélago el cierre del espacio aéreo supone convertirles en rehenes, al no tener otra alternativa de transporte.
"No nos gusta decretar el estado de alarma, pero la política no está para quedar bien, sino para hacer las cosas bien", ha dicho, antes de instar a adoptar medidas porque si bien lo que ha sucedido es culpa de los controladores, "si vuelve a ocurrir será culpa del Gobierno".
El portavoz socialista, José Antonio Alonso, ha elogiado la actuación "firme y eficaz" del Ejecutivo, y ha remarcado que mientras el PP fue el que otorgó a los controladores unos privilegios "de escándalo" con el convenio de 1999, el Gobierno les ha parado "los pies" con firmeza y ha hecho lo que debía: "acabar con los privilegios y con el chantaje".
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