Precios para comer y beber en la Feria de Jerez 2024, lo barato puede salir caro
Cerveza a 2 euros, media de fino a 8,5, jarra de rebujito a 10, jamón a 18..., detrás del precio medio puede haber diferencias de entre 4 y 15 euros
Los hosteleros de Feria recomiendan mirar las listas de precios, comprobar el género y revisar la cuenta para evitar disgustos
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En Semana Santa viví una situación kafkiana en un bar del centro. Era la recta final de la Semana Mayor jerezana, frustrada por las lluvias, y la hermandad de la iglesia próxima al establecimiento hostelero en cuestión ya había anunciado que no haría su estación de penitencia por el riesgo de precipitaciones. La gente allí congregada empezaba a dispersarse cuando pedí una cerveza, media maceta, y me cobraron 2 euros. Al rato, ya con la calle despejada, pedí una segunda cerveza. Para mi sorpresa, el precio había bajado a 1,60 euros. Me sentí engañado y se lo recriminé a la hostelera, que lejos de entrar en razón, se puso como una energúmena: “A mí me vas a decir como tengo que llevar el bar”.
Del clavazo que nos pegaron en la siguiente parada en el camino bajo la excusa de que “ni te imaginas lo mala que ha sido la semana y hay que pagar muchos gastos” me voy a ahorrar comentarios.
Son excepciones a la regla, pero ya es casualidad que fueran las dos seguidas en los dos únicos sitios que pisé aquella tarde/noche del Viernes Santo.
Ahora que se aproxima la Feria de Jerez, la gente empieza a hacer cuentas de cuánto podrá gastar en estos días de fiesta, que no es garantía de ajustarse al presupuesto familiar, pues luego, ya se sabe, cuando se está a gusto se nos calienta el pico y la broma termina saliendo por un ojo de la cara. Quien la lleva la entiende.
Desde la Asociación Hostelería de Jerez lanzan un aviso a navegantes para evitar sustos. Todas las casetas tienen que tener en lugar visible la lista de precios, que anima a consultar antes de lanzarse a pedir sin miramientos. Y a la hora de pagar, revisar la cuenta siempre con lupa y exigir ticket, porque al margen de posibles errores en momentos de gran afluencia de público, siempre puede haber alguna oveja negra propensa al engaño, situación que perjudica tanto al consumidor como al propio gremio de la hostelería.
Ya puestos, otra sugerencia, ésta de cosecha propia. Nunca pedir los fuera de carta ni los productos, sobre todo mariscos, marcados en la carta con S/M -según mercado- sin cerciorarse antes del precio.
Entrados en materia, vamos al meollo de la cuestión, al lío de montepío que se dice por estos lares, que no es otro que intentar darles algunas pistas de por dónde irán los tiros en lo que a precios se refiere en la edición de este año de la Feria del Caballo.
Las listas de precios que rulan por redes sociales apuntan, en líneas generales, a leves subidas de precio respecto a la Feria de 2023, en línea con lo ocurrido en la Feria de Abril de Sevilla, ya clausurada.
Antes que nada, hay que tener en cuenta que no es lo mismo una caseta explotada por profesionales que otra llevada por asociaciones o hermandades, en las que sus miembros se turnan como voluntarios sin remuneración para aportar a la causa, lo que abarata ostensiblemente los costes, sobre todo de personal, que vienen a ser el 40% del total para las primeras.
Otro aspecto que debe tenerse muy presente, sobre todo en el papeo, es que tampoco es igual una tortilla de patatas casera que una precocinada, un jamón ibérico de bellota que uno de bodega o unas gambas blancas frescas de buen calibre que otras sobre las que mejor no entrar en detalles.
Por lo visto en las primeras listas ya difundidas -hay que puntualizar que abundan las de hermandades a cargo de los propios hermanos- , sorprende la moderación de los caseteros pese a al incremento generalizado de costes, sobre todo de la materia prima, los alimentos y las bebidas, que algunos hosteleros consultados por este medio dan ya por descontada de las subidas aplicadas en las dos ediciones anteriores, las únicas celebradas tras el bienio de paréntesis por la pandemia.
Para esta comparativa se han utilizado las listas de precios de cinco casetas de hermandades -sí, está la de la Sed que corre como la pólvora en redes sociales como la más económica de toda la Feria-, una de la asociación de casetas tradicionales, otra de un conocido hostelero y dos de sociedades sin ánimo de lucro.
El precio medio del media botella de fino sale a 8,5 euros; la cerveza, a cerca de 2 euros; la jarra de rebujito, a 10 euros; el cubata, a 6 euros; montaditos a 3,5, serranitos y especiales a 4,5, pimientos fritos 7,5 euros; gazpacho/salmorejo 4,5 euros; jamón, 17,5 euros, gambas 17 euros, langostinos 20, croquetas 10 euros...
Una cosa son las medias, de precios, y otra los picos de sierra, que arrojan diferencias de hasta un euro en la cerveza y de cuatro euros en la media de fino, que puede dispararse hasta los ocho euros si nos vamos a sacas especiales en rama… En la cerveza, el tamaño importa, y mucho, pues no es lo mismo media maceta robada que una bien servida.
En la jarra de rebujito, cinco euros entre la más barata y la más cara en una horquilla de 8 a 13 euros. Lo fundamental, en este caso, es saber si emplean fino de primeras marcas o no.
En los serranitos, que en Feria reciben todo tipo de nombres, hasta 2,5 euros de diferencia, que en este caso suele marcarla la calidad del jamón. En los pimientos fritos, y esto se entiende menos, 3 euros de diferencia de 7 a 10 euros y sólo una de las casetas, y no es de las más caras, precisa que con cuerno de cabra. Y las tortillas, en las que también importa el tamaño y la elaboración, oscilan entre 6 y 10 euros.
En el jamón, dependiendo de la calidad, la cosa se dispara hasta 15 euros de diferencia, de 7 a 22 euros, se entiende que la ración debe tener 100 gramos; y lo mismo en las gambas, en este caso por 250 gramos, salvo que el más barato, a 9 euros, sea un plato con menos cantidad.
La ración de croquetas duplica en el más caro, 13,5 euros, al más barato, 7 euros. La pregunta que debe hacerle al camarero es si son congeladas o caseras,
Tampoco es lo mismo una caseta en la que hay que levantarse a comprar ticket, recoger en barra comida y bebida y darse codazos para coger una mesa y con el de la mesa de al lado para alcanzar el plato, que casetas con servicio en mesa y espacio suficiente hasta para bailar una sevillana.
La media, teniendo en cuenta sólo la oferta más barata y la más cara, es la siguiente: cerveza, 2 euros; fino 9, euros; jarra de rebujito, 10,5 euros; montaditos, 4; serranitos, 5 euros; tortilla, 8; pimientos, 8,5; gazpacho/salmorejo, 5 euros; jamón y gambas 16; langostinos, 18; y croquetas, 10 euros.
La variación apenas difiere de la media de todas las casetas analizadas, pero debe tener en cuenta que una comanda con una media botellas de fino, un plato de jamón y otro de gambas, el precio final puede bailar unos 35 euros, desde los 60 euros de la oferta más cara de esta lista a los 25 que rondaría de la más económica.
Allá cada cual con sus decisiones, pero permítanme una última sugerencia, nunca pidan a ciegas sin comprobar el género antes, porque una buena tortilla casera de un tamaño razonable, con lo que implica el proceso de su elaboración y sin riesgo de intoxicarse por salmonelosis; un plato de un buen jamón o de gambas blancas, y una jarra de rebujito a precios muy económicos pueden llevar gato encerrado. Y que no les den gato por liebre.
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