El albero, escenario para el mejor taconeo

Las altas temperaturas retrasan la llegada de jerezanos al Real en un lunes de Feria lleno de volantes y claveles

Dos jóvenes vestidas de gitana saludan mientras dan un paseo en un coche de caballo, ayer, por el Real.

Foto: Pascual
Dos jóvenes vestidas de gitana saludan mientras dan un paseo en un coche de caballo, ayer, por el Real. Foto: Pascual
María Valero

10 de mayo 2011 - 07:02

Pasada la una de la tarde, el Real dejaba una estampa desértica. Poquitos jerezanos se decidieron a pisar el albero en esas horas donde el calor hacía de las suyas con temperaturas superiores a los treinta grados y en las que las botellas tenían que ‘dormir’ entre hielos. Mientras, en las casetas se preparaban para acoger a los primeros grupos de feriantes que inauguraron los almuerzos en esta semana intensa de fiesta.

Las copas de fino empezaron a salir con buen ritmo a eso de las tres del mediodía. Las comidas de empresas y de socios inundaron las casetas para volver a traer al Real las imágenes más tradicionales de estos días. Brindis, sevillanas y muchas risas. Dicen que la Feria es el mejor escenario para reencontrarse con los amigos y disfrutar de un ambiente más distendido con los compañeros de trabajo. Y es cierto, ayer se cumplió.

Pocos se atrevieron a pasear en estas horas fuertes de calor e incluso más de uno se pensó eso de echar el cigarrito en la puerta. Hay que recordar que esta edición es la primera en la que está prohibido fumar en el interior de las casetas. Así que el ambiente festivo se quedó dentro del entoldado del González Hontoria para luego, con la caída del sol, salir al albero y comprobar que el alumbrado de este año merece el aplauso de los jerezanos.

Las casetas con mayor público al mediodía fueron las de las hermandades, peñas y entidades como Cajasol. El color del Real volvió gracias a las señoras y muchas jóvenes que se pusieron el vestido de flamenca como si fuera su segunda piel, dejando constancia de que la jerezana sabe mover los volantes como pocas.

Las casetas de la juventud apenas tuvieron movimiento a primera hora de la tarde y en la zona de los cacharritos sólo se vio a un pequeño grupo de padres esperando a que sus hijos terminaran de montarse en el carrusel. Saliendo del recinto ferial, en concreto en el Paseo de la Rosaleda, algunos propietarios de los puestos ambulantes aún estaban terminando de montar las estructuras en las que se venden todo tipo de artículos, desde caramelos, bolsos, zapatos, cojines con la fotografía de quien lo solicite, productos artesanales y un impresionante abanico de flores para el pelo. Los que sí disfrutaron de algo de clientela fueron los puestos de comida rápida, ya que con esto de la crisis muchos jóvenes optaron por ellos antes de ver la carta de las casetas del Real y acabar con el presupuesto del día en sólo una hora.

Comenzó la Feria y con ella la programación especial de la delegación de Turismo con las primeras clases de iniciación a las sevillanas dirigidas a turistas y visitantes en el templete municipal. A pesar de que en la pasada edición la convocatoria tuvo una excelente acogida, en este primer día de clases sólo asistió una pareja que se plantó en el templete para conocer los pasos de este baile. Así, para los que se quieran participar en esta actividad deben saber que se realizará hasta el viernes de Feria de 12 a 13,30 horas en español e inglés. Además, la Delegación ofrece a los que se atrevan a completar la sevillana una degustación de vinos de Jerez gracias a la colaboración de bodegas Tío Pepe. “Queremos invitar a los turistas y visitantes a una primera copa en la Feria y ofrecerles alguna información sobre las características de nuestros vinos y del maridaje con nuestra gastronomía”, comentó ayer el delegado, Juan Manuel García Bermúdez.

Señores, la Feria está aquí. El albero vuelve a ser el mejor tablao para que el hombre se descubra ante la mujer mientras ésta da el taconeo de la tercera. Los volantes bailan al mismo son que las copas al levantarlas en el brindis para decir a voz en grito que la Feria, nuestra Feria de mayo, sigue teniendo ese olor a fino, el color del rojo del clavel y el sonido de unos caballos al trote.

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