"Un tenor debe evitar sobre todo las casetas con la música alta"
Ismael Jordi, que estos días disfruta de la Feria del Caballo junto a su esposa entre innumerables saludos y muestras de afecto, está a punto de cumplir diez años como tenor. Será este mismo año cuando conmemore su primera década como profesional del 'bel canto'.
- Diez años como tenor ya...
- Sí, fue en el Teatro Villamarta, con la ópera 'Don Pasquale' de Donizetti. Y la verdad es que parece que fue ayer.
- Con absoluta sinceridad: dígame qué hay que hacer para dar el cante bien dado en la Feria.
- Me lo pone fácil: lo único que debe hacerse es hartarse de vino, subirse a uno de los bancos del recinto y ponerse a cantar en mitad del Real.
- ¿Por qué estilo se decantaría el individuo en cuestión?
- No tengo la menor duda de que en su repertorio no faltarían los cantes regionales.
(Tres señoras se acercan, le besan, se empeñan en conocer a su familia y, a duras penas, logra proseguir con esta entrevista. Sucederá tres veces más)
- Por cierto ¿la fama de la que disfruta ha llegado a hastiarle?
- Jamás. Nunca me he sentido hastiado y mucho menos en mi ciudad. Esa fama es algo que llevo con absoluta normalidad.
- Pese a todo imagino que le habrá sorprendido que en determinados lugares le saluden...
- París y Berlín son grandes ciudades. Allí he cantado y meses después me han felicitado al verme por la calle. Pero una de las felicitaciones que más me sorprendió fue en nuestra provincia. Ocurrió en La Línea de la Concepción, sentado tranquilo en un paseo, cuando se me acerca una persona y me dice que le había encantado 'El Elixir de Amor' que canté en Berlín. Das las gracias y, la verdad, es que te quedas a cuadros...
- Dígame las cosas que un tenor profesional jamás debería hacer cuando se planta en la Feria del Caballo...
- Pues, a grosso modo, no debe trasnochar, no debe beber bebidas frías, menos aún con hielo y sobre todo debe evitar meterse en casetas con la música demasiado alta...
- ¿?
- Si la música está a alto volumen te puedes tirar mucho tiempo gritando más que hablando. Y eso termina pasando una serie factura a la garganta.
- ¿Y de todo ello a usted qué es lo que más le cuesta evitar?
- Pues de todo un poco.
- Me imagino que verle aquí en la Feria es una decisión absolutamente meditada.
- Evidentemente. Me he cogido esta semana para disfrutar de la fiesta y la próxima para descansar. Así estaré en forma para mis próximos compromisos en Sevilla. Le puedo asegurar que si tuviera que cantar yo ya no estaría aquí.
- Vista la longevidad de muchos cantores, se puede decir sin miedo a equivocarse que los tenores ya ni siquiera se jubilan...
- Los sesenta años suele ser una buena edad. Hay casos excepcionales como Kraus, que llegó hasta los 70 pero para ello debes cuidarte muchísimo. Dedicarse al canto requiere de mucho sacrificio. No creo que sea capaz de cuidarme tanto y durante tanto tiempo.
- Imagino que debe ser especialmente duro...
- Lo es, aunque lo verdaderamente esencial es saber que en esta vida hay muchas más cosas aparte de tus objetivos. En otras palabras: no todo es canto en la vida.
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