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Mikel Lejarza
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Ecuador del Festival de Jerez y platos fuertes en la programación oficial de la muestra jerezana de danza flamenca y española. Si la jornada se abre en Villamarta con ‘En la horma de sus zapatos’, de la sevillana Isabel Bayón, La Compañía alberga desde medianoche ‘Callejón de Asta’, el último espectáculo del jerezano Andrés Peña, que ha agotado las entradas para el estreno y para la segunda función que ofrecerá mañana.
21.00 h. Teatro Villamarta Isabel Bayón: 'En la horma de sus zapatos'
Un escenario vacío y el magnetismo de su baile despojado de todo artificio. Poco más necesita la sevillana Isabel Bayón para desarrollar su último espectáculo, En la horma de sus zapatos, premio al baile en la última Bienal de Sevilla y que sube esta noche a Villamarta. Partiendo del soneto de Miguel Hernández Por tu pie, la blancura más bailable, la bailaora y coreógrafa divide su quinta producción con compañía propia en dos partes bien diferenciadas: una primera en la que ‘se deja’ mover sobre el escenario con total libertad por tres coreógrafos invitados, Florencio Campo, Fernando Romero y Rubén Olmo; y una segunda en la que ella misma coreografía cuatro números bajo las premisas de homenajear a dos de sus más grandes maestros y fuentes de inspiración: Mario Maya y Matilde Coral. Como explicó en su ausencia uno de sus cantaores invitados, el jerezano David Lagos, Bayón establece estas dos partes “con cambios de clima en los que muestra su gracia y su forma de ver el flamenco”.
Después de traer hace dos años a Jerez la obra Tórtola Valencia, en la que en cierto modo ya rendía tributo a maestras como Coral, Bayón ofrece ahora un “intento de experimentar con la mente abierta”, queriendo ver a través de otros ojos, descubrirse a sí misma con la perspectiva de otra persona. En este sentido, En la horma de sus zapatos busca percibir visiones diferentes de una misma realidad, ponerse en la piel de tu compañero de viaje, como si se quisiera conectar con las sensaciones, experiencias o vivencias de alguien que, en principio, puede parecer ajeno pero que es más cercano de lo que parece.
En plena madurez artística y creativa, la sevillana ha querido dar un paso más y, siempre partiendo del soneto ‘hernandiano’, se mueve al son de un fandango que coreografía Campo; una guajira firmada por Romero y un tema libre en la que la mueve Olmo como una especie de Alicia en el país de las maravillas a caballo entre el arte jondo y la danza clásica. Con plena libertad, los tres coreógrafos han potenciado la cara más sensual y versátil de Bayón en la que unos sutiles cambios de zapatos muestran las transiciones de una obra caleidoscópica.
En este desafío para explorar nuevos territorios Bayón también narra la historia de una afirmación. Y es que ahonda en universos ajenos para emerger de esa vivencia provista de una mayor seguridad, para mostrar al público cómo es ella y cómo entiende la danza tras ese itinerario. En este recorrido la acompañan en escena, como no podía ser de otro modo, artistas cabales y de enjundia. Tal es el caso de las voces experimentadas de los jerezanos David Lagos y Miguel Ángel Soto ‘El Londro’; las guitarras de Jesús Torres y Paco Arriaga; y la percusión de José Carrasco. Todos ellos, con Bayón en el epicentro de la propuesta, bajo “la voluntad de llevar al movimiento un fragmento de vida con el que el espectador pueda conmoverse”, como se afirma en el libreto de la obra.
24.00 h. Sala La Compañía Andrés Peña: 'Callejón de asta'
Después de levantar hace un par de años su ambiciosa Cádiz de la Frontera, que estrenó en Villamarta, Andrés Peña regresa al Festival de Jerez mucho más íntimo y en un formato reducido con Callejón de Asta, que estrena esta medianoche en la Sala La Compañía. A partir de vivencias y recuerdos infantiles, el bailaor jerezano ha querido contar con su mujer, la bailaora gaditana Pilar Ogalla, como una artista invitada al montaje que interpreta “la visión de la mujer desde los ojos de un niño”, según explicaron ayer en rueda de prensa. “El nombre viene de la calle de Jerez donde me crié y en la que pasé mis primeros cinco o seis años de vida, una época que guardo con mucho cariño porque la etapa de la infancia te da momentos inolvidables”, abundó Peña, quien tratará de sintetizar en una hora de producción, que quiere dedicar a su familia, “recuerdos y vivencias de aquel patio de vecinos del callejón de Asta, unos tiempos que eran bonitos pero también difíciles”.
Si el formato es pequeño, grande es el reparto que integra la propuesta. Desde el trío cantaor formado por Luis Moneo, David Palomar y Manuel Tañé hasta las guitarras de KekoBaldomero y Ricardo Rivera, Peña también incluye el acordeón de Ale Romero. Un espectáculo sencillo y clásico pero repleto de emocionantes estampas en las que el bailaor interpreta “solitario e intimista” su forma de entender estilos como las alegrías, los tangos, la farruca o la soleá, “en la que ahora me estoy encontando muy a gusto”, según dijo. “Siempre busco una excusa para bailar y hacer flamenco”, apostilló Peña al hablar de su nuevo trabajo, cuyas dos funciones programadas en el festival, esta medianoche y mañana a la misma hora, tienen ya las localidades totalmente agotadas. “El público ha hecho ya su trabajo y ahora tengo una gran responsabilidad y orgullo para cumplir yo con la mía”, señaló un artista que encara su cuarto trabajo en solitario tras Peña, A fuego lento y el ya referido Cádiz de la Frontera.
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