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XXIII Festival de Jerez | Mónica Morra-Manuel Betanzos
Jerez/Una de las novedades de este XXIII Festival de Jerez ha sido la celebración del VI Concurso Internacional de Baile Flamenco Puro de Turín. Más de cien participantes de diferentes nacionalidades han asistido a una edición que para sus organizadores, Mónica Morra y Manuel Betanzos, “suponía un reto, sobre todo porque hacerlo en Jerez era una prueba. Traer aquí un proyecto que ha nacido en Italia, daba respeto. Nunca pensé que esto, que nació como una idea, ha podido llegar hasta aquí en tan poco tiempo”.
Sin embargo, el balance generalizado “es increíble”, advierte Mónica Morra, “todo ha salido con fluidez y lo que me ha sorprendido es que la atmósfera que creamos en Turín, que a mí me preocupaba que se perdiera al sacarla de allí, se ha repetido en Jerez. Ha sido increíble lo que se ha vivido”.
“El resultado no nos lo esperábamos, tanto a nivel de participación nacional e internacional, como de apoyo por parte del Festival de Jerez, eso ha sido lo más gratificante”, interrumpe Manuel Betanzos.
“Para nosotros el Festival es lo importante para dar un paso más, pero lo fundamental es la opinión y las vivencias que se llevan los concursantes, esa humanidad, esa unión que tiene el flamenco y que nunca se tiene que perder”, prosigue.
No hay que olvidar que para el maestro sevillano el núcleo de este concurso no es otro que “apoyar y dar oportunidad a los que bailan flamenco, a los que invierten energía, tiempo, dinero y pasión por él”.
Mónica Morra reconoce que parte del éxito es “la organización que tenemos, somos muy estrictos”, pero sobre todo “el ambiente que se crea en torno al concurso, es casi como una familia”. En este sentido, la directora artística destaca también “la contribución de los profesionales que forman el jurado (este año Alicia Márquez y Andrés Peña), que tratan a los concursantes de una forma humana, y bueno, el equipo organizativo”.
Precisamente, del jurado “que formamos una generación nueva”, apunta Manuel, “hay que valorar lo que inculcamos a los participantes, es decir, tratamos que vean que no hay competitividad, como puede haber en otros concursos, que no hay guerra, sino todo lo contrario, hay una unión. Eso quizás sea lo más complicado, pero se ha conseguido”.
Tras una semana de intenso trabajo, y de muchísima emoción, ambos consideran que entre los hechos positivos de esta edición encontramos “la participación de los solistas figuras o profesionales. Para nosotros ha sido un paso más dar una oportunidad a esa gente que está tocando en la puerta y que lleva mucho tiempo esperando. Convocarlo en Jerez con este Festival tan importante, ha sido un granito más a lo que es nuestro concurso”.
Además, los responsables ensalzan “el altísimo nivel que ha habido”, principalmente “en la categoría nueva, la de solistas profesionales”, aunque también en “las diferentes edades, pero sobre todo en los solistas. De hecho, Isamay (Benavente), cuando estuvo en la mesa del jurado, se quedó sorprendida del nivel, tanto internacional como nacional. Hay mucha gente con ganas, es un escaparate”, admite Betanzos.
“Hemos tenido gente de Estados Unidos, Japón, China, Alemania, Francia, Suiza, Italia, España, Tailandia, Méjico, Chile, Brasil, Rusia, Venezuela...Muchos de ellos viven aquí, pero otros han venido expresamente al concurso”, continúa Mónica. En palabras de Manuel Betanzos, “el flamenco es patrimonio universal y hay mucho nivel en el extranjero. Además, son muy respetuosos y se preocupan, centran su vida en esto porque le gusta”.
Una de las noticias para el próximo año será la celebración, tal y como ha adelantado Mónica Morra, de una edición especial. “El concurso lo estábamos haciendo siempre cada dos años, pero tras el éxito que ha tenido en Jerez, y como hay mucha gente que se ha quedado un poco desubicada con este hecho, vamos a hacer el año que viene una edición extraordinaria para repetirlo y ya luego veremos si seguimos cada dos años. También queremos hacer una entrega de premios exclusiva, sin cortar la gala, para que los colaboradores, que son fundamentales, tengan también su espacio. Y que la gala se quede gala, como un espectáculo más del Festival”.
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