“Yo aprendo de los jóvenes, son los que están al día”
VIII Off Festival | Diego Carrasco. Entrevista
El jerezano, a quien dedican esta edición, llega esta noche al Off de La Guarida con “toda mi gente”
Jerez/–Esta madrugada, a las 00.45 horas, está usted de nuevo en Jerez, en el Off Festival... ¿todavía se tienen nervios?
–Estoy emocionado porque este año me han dedicado la programación de La Guarida del Ángel y han puesto mi imagen en el cartel general. Estoy como un niño con zapatos nuevos con el detalle de Mario, ha sido un gran detalle el dedicarme el ciclo a mis cincuenta años de profesión.
–¿Quiénes lo van a acompañar?
–Los mismos de siempre, mi familia Carrasco. Curro, Jorge, Ignacio, Maloko, Jesule, mis Gipsy Rappers... y alguna que otra sorpresa.
–Ediciones atrás sí ha estado en la programación oficial del Festival haciendo prácticamente de todo...
–El Festival siempre me ha tratado muy bien. Este año estoy en otro asunto metido, preparando algo que a ver si en la próxima edición podemos presentar.
–¿Qué recuerdos le llegan a la memoria cuando hablamos del baile?
–A mí es lo que más me gusta del flamenco. Está el formato de la profesionalidad y las grandes compañías y, luego, el de las fiestas de nosotros. He pasado grandes épocas junto a Antonio Gades, Israel Galván, Manolo Soler... pero también he visto bailar muy bien por bulerías a Tía Juana, Tía Luisa, Dieguito de la Margara o Moraíto.
–Toda una vida en esto y siempre con la misma ilusión...
–Eso no se puede perder. Cincuenta años y aún me despierto con ganas de todo, de aprender y de sacar la faceta que se me ocurre... me mandan letras les quiero sacar jugo. He intentado convertir mis errores en aciertos en estos años y siempre con la mente posivita. El flamenco está vivo y por eso hay que estar atentos cada día a lo que ocurre.
–Siempre se le ha considerado a usted un rompedor, ¿cómo le sienta?
–Yo no soy nadie para definirme en eso. Creo que he bebido sobre todo de las mejores fuentes de cada época y he ido con los tiempos, por eso tengo mi personalidad. Ahora estamos en otro momento, ya no estamos escardando en el campo... para pedir un préstamo hay que formar una que ni te cuento y a eso hay que cantarle también. Siempre respeto la ortodoxia, que es lo más importante para mí.
–A usted nada más que hay que verlo para saber que es diferente...
–Mira que camiseta tan chula me ha regalado mi amigo y pintor Juan Ángel de la Calle, el mono con su cigarrito. Hoy tengo que reconocer que como había quedado con ustedes he pensado más qué ponerme, que estamos en el Festival (risas).
–Lo que está claro es que usted ha marcado un estilo en Santigao, ¿no cree?
–Mis niños están ahí y yo me alegro de verlos triunfar cada uno en su camino, aunque a mí nunca me fallan. Yo soy el que está aprendiendo de ellos porque son los que están al día, arriba, en la cúspide... son serios y respetan el flamenco y su profesión.
–Le habrán preguntado cien veces pero... ¿qué tal se lleva con Rosalía?
–Todo músico que suene fresco y con personalidad tiene valor. Luego son las compañías las que te ponen de moda... pero hay que tener algo como artista. En mi último trabajo, el de los cincuenta años, su nombre estaba entre las mujeres que podían acompañarme en las colaboraciones lo que ocurre que ya había yo cerrado con otras y bueno, no pudo ser. Cada uno sabe donde está, nadie es juez de nadie y si ella es capaz de hacer algo moderno pero que, a la vez, abre la ventana al flamenco pues cuenta con todos mis respetos. Ella lleva su camino, el flamenco es otra cosa, pero si beben de nosotros pues aquí estamos para recibirlos.
–Volviendo a la actuación de esta noche, ¿qué podremos escuchar?
–Haremos de todo. No nos olvidaremos de los grandes éxitos, también queremos mirar cositas más actuales y que haya buen ambiente. Me han advertido que allí la gente va a escuchar y que está la cosa seria. Mi hijo Ané me ha dicho que La Guarida del Ángel se convierte en un pequeño teatro, con un público que da gloria.
–Estando aquí en Santiago, en el azulejo del Prendimiento... ¿con quién se tomaría usted una copa de los que ya no están?
–¡Ay! Con mi Morao de mis entrañas. No me queda más remedio que acordarme de él. Nos juntábamos él, Fernando de la Morena y yo para tomarnos un amontillao, el Viña AB.
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