“Hemos creado música para cantes que no la tenían”
Joaquín Grilo | Bailaor
El Festival de Jerez acogerá este martes el estreno absoluto de Cucharón y paso atrás, el nuevo espectáculo del bailaor jerezano
Será en el Teatro Villamarta a partir de las 20:30 horas
Martes de Festival con Araceli Muñoz, Manuel Montes y Luis Moneo
Jerez/Joaquín Grilo (Jerez, 1968) recupera para su nueva propuesta los cantes de viejos oficios relacionados con el flamenco: el campo, la mina y el mar. Para ello se ha aliado con el musicólogo Faustino Núñez, con José Valencia y Carmen Grilo al cante y con Francis Gómez y José Tomás a la guitarra.
Este Cucharón y paso atrás será un homenaje a quienes forjaron un repertorio de cantes, toques y bailes inspirados en esos trabajos. Cantes de labor, cantes mineros, los llamados de fragua, formarán parte del recorrido musical. Pero el bailaor pretende no solo recoger la esencia de estos cantes, también la esencia de una forma de vida.
–Este espectáculo va a tener un componente importante de nostalgia e introspección, ¿se reflejarán también las alegrías del campo?
-El espectáculo es intimista pero muy duro. Es duro porque los cantes que había, los cantes de entonces, son tonás. También tendrá momentos de luz en los que nos acordaremos de los pescadores y se escucharán alegrías, y estará presente la última generación de flamencos que trabajó en el campo. En este momento, cuando los gitanos dejan de vivir en los cortijos, hubo un punto y final en cierta manera de entender el flamenco.
-¿Cómo ha sido el proceso de creación musical en Cucharón y paso atrás?
-Francis Gómez ha sacado la música para cantes muy profundos, como el martinete o la trilla. Estos cantes no tenían música, pero nosotros la hemos incorporado. Lo más original es que le hemos puesto música a cantes que no la tenían. Un martinete es muy profundo, pero con la música que se incorpora empieza a verse florecer, se saca de la oscuridad para ponerle luz. Es la gran aportación que hacemos con este espectáculo.
-¿Tiene referencias anteriores de música para cantes mineros?
-No tenemos referencias. Faustino Nuñez es musicólogo e historiador y hasta hoy, que sepamos, nunca se ha hecho una composición musical para estos cantes.
-¿Ha podido encontrar en su propia familia inspiración de esa vida en el campo?
-Yo he trabajado en el campo. Tengo 56 años, el mayor de una familia de 8 hermanos y he tenido que buscarme la vida en todos lados, recogiendo algodón y haciendo la vendimia. Sé lo que es el campo no porque me lo cuenten, yo lo he vivido, sé el sufrimiento que es estar desde por la mañana hasta por la noche trabajando en el campo. Mi madre también me cuenta cosas increíbles, iba con sus hermanas andando y se quedaban en el cortijo con mantas en el suelo y colchones de paja. Esa es una forma de compartir primitiva que se sitúa en los propios orígenes de la humanidad cuando vivían en las cuevas. Hoy en día eso no existe, se han perdido los patios de vecinos y la forma de compartir. Esa manera de compartir es lo que quiero reflejar.
-¿Cree que este cambio en la forma de vida se refleja en el flamenco que se escucha en la actualidad?
-La esencia se pierde por la forma de vivir de la gente. La música va con los tiempos, y si miramos cómo está la música, vemos que está entregada al consumismo actual. Va todo muy rápido, como la comida.
-¿El flamenco ha dejado de lado estos orígenes del campo, de la tierra?
-El flamenco contemporáneo no puede existir sin una base fundamental. La gente hoy no tiene punto de partida desde la tierra, la gente vuela, pero para volar hay que despegar primero, y para ello el suelo y los orígenes son fundamentales. Ahora hay artistas de una moda o una época, pero luego desaparecen porque no hay una raíz. El flamenco es un laberinto, cuando entras hay tantas puertas diferentes para elegir que tienes que saber cuál es la justa para ti y jugártela. Cuando encuentras la puerta hay que ser consecuente y seguir hasta el final.
-¿En qué punto de su trayectoria artística se encuentra Joaquín Grilo?
-Ahora sé menos que cuando empecé, porque afortunadamente sé más. Estoy en un punto tranquilo, porque sé de dónde vengo y donde estoy, pero no sé a dónde voy, me dejo llevar más por la intuición que por la razón. Sigo aprendiendo de todo lo que me rodea pero con una cierta tranquilidad de saber que no hay prisa. Sé que puedo contar lo mismo con menos, porque el secreto en el arte está en quitar, no en poner.
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Joaquín Grilo ha dirigido y protagonizado con su propia compañía los montajes Jácara (2000), De noche y Grilo (2001), A solas (2006). En 2010 presenta en el Festival de Jerez Leyenda personal, con el que obtiene el Premio de la Crítica, y Reencuentro, con el que logra el Premio del Público. Sus últimos montajes llevaron por título La mar de flamenco (2012), Cositas mías (2014), Soniquetazo (2017), La calle de mis sueños (2019) y Alma (2021).
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