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Santiago silencia su cante

Santiago y San Miguel han sido siempre los focos flamencos de Jerez

Fran Pereira

18 de octubre 2008 - 01:00

Jerez/Santiago y San Miguel han sido siempre los focos flamencos de Jerez. Dicen los ancianos de sus barrios que no hace mucho tiempo la competencia, siempre sana, entre sus cantaores llegó a desatar duendes a mansalvas en momentos que quedaron para la posteridad y para el recuerdo de algunos privilegiados. Eran tiempos de fiestas por doquier, de bodas de tres días o de dichos interminables donde todo giraba en torno al cante y al baile. Todo ello, además de la necesidad, consiguió que la nómina de cantaores se ampliase hasta convertir a Jerez en la Cuna del Cante.

De Santiago han salido artistas de la talla de Antonio Frijones, Paco la Luz, El Gloria, Sordera de Jerez, Terremoto, Juanichi el Manijero, Tïo Borrico, El Troncho, El Guapo, Romerito, Diamante Negro, Tía Anica la Piriñaca, El Batato, El Sernita, Tío José de Paula, La Macanita, Fernando Gálvez, Mateo Soleá, Lorenzo Gálvez Ripoll, José Mercé y un sin fin de voces que hicieron grande y diferente el cante de Jerez.

Al otro lado, en el lado sur de la ciudad amurallada se encontraba San Miguel, una verdadera cantera de estilos y formas de entender el cante que han quedado para la eternidad. El Loco Mateo, Diego el Marruro, Joaquín La Serna, Antonio Chacón, El Pili, Manuel Torre, Los Moneo, Diego de los Santos 'Rubichi', Manuel Agujetas, Agujetas Viejo, La Paquera, Lola Flores, El Garbanzo o el mismo Tío Juane fueron y son algunos de los cantaores más emblemáticos de este personalísimo barrio cuyo estilo es agresivo, salvaje, arrollador y más pausado.

En la actualidad, el panorama flamenco de ambos barrios ha cambiado. Y es que mientras en San Miguel se han preocupado por mantener la herencia y costumbres cantaoras de hace casi un siglo, en la otra parte de la ciudad, en Santiago la pérdida de identidad se ha hecho patente de unos años a esta parte, abogándose por un tipo de arte completamente diferente a lo anterior, aunque igual de respetable.

Con datos objetivos en la mano, esta cuestión se puede comprobar con la aparición reciente de cantaores noveles de La Plazuela. A los ya existentes y que desde hace años sobreviven como pueden, llámense Luis Moneo, José Méndez, El Torta, Manuel Moneo, Nano de Jerez, Barullo, Salmonete, Alfonso Carpio 'El Mijita', Elu de Jerez…, se han unido en los últimos tiempos jóvenes que llegan con una fuerza descomunal y con condiciones artísticas mayúsculas. En pocas palabras, si se saben cuidar y siguen aprendiendo comerán de esto y con creces. Hablamos pues de Pedro Garrido 'Niño de la Fragua', de 'El Tolo', de Jesús Méndez, Manuel de la Fragua, David Carpio, Juanillorro, Juan Fajardo 'Moneíto', Quina Méndez, Tamara de Tañé, José 'El Mijita', voces singulares, con personalidad pero que sobre todo han sabido nadar en lo añejo y en ese cante tan característico de San Miguel.

¿Ocurre lo mismo en Santiago? Lo cierto es que no. Si nos paramos a pensar qué jóvenes vienen con fuerza (cantando por derecho) en dicho barrio poca cosa encontraremos. Con la repentina marcha de voces tan sui generis como la de José Vargas 'El Mono', Curro de la Morena, Tío Paulera o Luis de la Pica, sin duda emblemas de Santiago, el horizonte cantaor queda muy limitado habida cuenta de que muchos de los cantaores que en algún momento de su carrera llegaron a vivir de esto han pasado a un segundo plano, unas veces por escasez de trabajo y otras por mera voluntad. ¿Qué nos queda realmente? Hablando en plata, el cante de Fernando de la Morena, Luis 'El Zambo', La Macanita, José Mercé, Vicente Soto, Enrique Soto y poco más porque cantaores como Ángel Vargas, Joaquín 'El Zambo', Pepe de Joaquina, Mateo Soleá, Lorenzo Gálvez 'Ripoll', El Diamante Negro o Fernando Gálvez aparecen de forma esporádica o casi no aparecen. No hay más.

Posiblemente algunos puedan asegurar que sí hay nombres, los hay pero desafortunadamente su repertorio se limita sólo al cante por tangos y por bulerías, poco más. De todos ellos únicamente Felipa la del Moreno y El Quini ahondan algo más, aunque no demasiado.

¿Qué está ocurriendo entonces? ¿Por qué los jóvenes de Santiago han abandonado el cante por derecho y optan por otras ramas? En todo este asunto tres nombres propios otean el horizonte. Uno es el de José Soto, fundador de Ketama y de lo que se denomina Nuevo Flamenco, otro es Diego Carrasco, y el tercero Navajita Plateá. Los tres se han forjado en el barrio pero sus manifestaciones artísticas han caminado por otras vías basando su música en un cante con el sello de la tierra aunque a la vez con sonidos innovadores.

No es de extrañar pues que los últimos productos de Santiago lleven impregnados ese talante. Primero con José Gálvez y Caché Juncal, y posteriormente con Musho Gitano y La Tropa Santiaguera. No obstante, de todos ellos, algunos como José Gálvez ha demostrado en ocasiones que puede cantar por derecho cuando se lo propone.

Joselete el de la Mayeta, componente del grupo Musho Gitano, considera que "no es que no haya cantaores, en Santiago hay jóvenes que cantan por derecho 'pa rabiá', lo que pasa es que no se dedican a eso. Yo he coincidido con el Maloko en una fiesta, ha cantado por soleá y a mí me ha puesto el vello de punta".

Para el jerezano "el problema es que existe mucho respeto. El cante es muy difícil y en mi caso por ejemplo prefiero cantar temas míos, algo más modernos, que cantar en una peña por fandangos, para eso no me veo con facultades. Me da mucho respeto ir a cantar a una peña, entre otras cosas porque los mismos ortodoxos te critican, no entienden que estás empezando. Eso y el dinero, está claro. Si vas a una discoteca con el grupo se llena de gente joven y te pagan bien, y eso es importante para nosotros, chavales jóvenes".

Fernando de la Morena, por su parte, es consciente de la situación, de ahí que admita su preocupación "porque el cante es el santo y seña de esta tierra y no sabemos qué puede pasar. Sería bueno que aunque fuéramos poco esta seña de identidad no se pierda. Yo confío en que algunos chavales luchen por no perder la raíz del cante".

La realidad para el santiaguero es que "los niños del barrio llevan dentro el cante pero tiran por otro carril. Ahora hacen el cante ese que a mí me da coraje hasta de nombrarlo, pero bueno, entiendo también que hay muchos jóvenes que han recibido de sus padres el cante de verdad y que lo tienen ahí, lo que pasa es que prefieren lo otro. A ver si alguno se anima a cantar por derecho. Como las nuevas generaciones son tan cambiantes nunca se sabe, aunque sí que he notado que la juventud está muy interesada en el cante".

De la misma opinión es José Mercé, quien recientemente aseguraba a Canal Sur que "desgraciadamente, de los años cincuenta o sesenta para acá no están saliendo esos ecos cantaores con perfume, esperemos que cambie la situación".

Para Ángel Vargas, otro artista del barrio, el problema radica en que "el dinero es lo que manda y actualmente las criaturas ven que se puede ganar más dinero de la otra forma. Entiendo que el cante no se va a perder, porque la gente lo hace, en las fiestas, en las reuniones y demás, pero luego profesionalmente no se hace demasiado. La juventud prefiere meterse en lo moderno, en los tangos o en la rumba esa que hacen, que les deja dinero".

Más contundente es Luis 'El Zambo'. Para él, "todo lo que se hace hoy no es flamenco. El cante gitano es sota, caballo y rey, no hay más, pero ahora, por dar el pelotazo, quieren cambiarlo todo y se están equivocando. La culpa la tienen los artistas actuales, las figuras, que están equivocando a la juventud porque cantan lo fácil no se meten en la cartagenera, el taranto, la malagueña, seguiriyas". "Lo peor es que esto no tiene arreglo y cuando pasen dos generaciones se perderá. La cultura nuestra es la cultura nuestra, y el cante por soleá es el cante por soleá, lo que no se puede es cantar una soleá haciéndola por otro lado. Hoy lo quieren cambiar todo y alguien debería ponerle freno. Para mí es una vergüenza y a los que cantamos puro nos están dejando sin espacio. En diez o quince años, en Jerez existirá el flamenco moderno, lo que está dejando Diego Carrasco o Capullo. Como el dinero fácil es con lo otro pues tiran por ahí".

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