Santiago Cordero
¡A comerse el turrón!
Jerez/Decía Federico García Lorca en su conferencia Juego y teoría del duende que “el duende exprime limones de madrugada”. En Comedia sin título, Úrsula López y su flamante compañía se han encargado de sacarle hasta la última gota al limonero, y lo han hecho con un despliegue magistral de baile, música, cante y recital poético, con dirección escénica de Luz Arcas. El reto que la bailaora Úrsula López tenía entre manos, el trabajo de investigación y recuperación de las danzas inspiradas en Lorca entre 1936 y 1975, podía dar como resultado un montaje incomprensible en el que Lorca se diluyera por completo, o podía, como ha sido el caso, resultar un espectáculo complejo, rebosante de matices y con el pellizco justo serpenteando el rastro del poeta.
Pedro G. Romero ha sido el encargado de documentar y aportar los datos necesarios para este aparato, cómo él suele denominar sus trabajos. El artista e investigador ha seguido los pasos que Lorca dejó tras su muerte en el 36, en busca de las piezas más sobresalientes que tomaron su inspiración en las obras del granadino.
Comedia sin título fue la última obra de teatro que Lorca estaba escribiendo cuando lo asesinaron, una obra inconclusa y premonitoria de tres actos de la que solo se conserva el primer acto. Del tercer y último acto Lorca sólo nos dejó una frase: “Arcángeles, vestidos de faralaes ascienden a los cielos”, y así, con una escenografía simbólica acorde con estas palabras comienza la Comedia sin título de la bailaora cordobesa.
Una escena solemne, con un vestido de faralaes que empieza en el suelo y se eleva hasta terminar desapareciendo, da la bienvenida a la obra, invocando así a Lorca y a todos los que se han visto hechizados por el genio inagotable del poeta granadino. Mario Maya, Antonio Gades o Güito, entre otros, fueron algunos de los bailarines que se inspiraron en Lorca, y que ahora Úrsula López rescata y adapta para sus coreografías, inspiradas en Yerma, La casa de Bernarda Alba, Romancero gitano o Bodas de sangre.
Estas referencias, solo reconocibles por un público muy aficionado o experto, son llevadas a escena a través de un lenguaje único que se sirve de la música, la poesía y la danza para situarnos en este universo. Está presente Lorca pero también la “edad de oro” del baile, con coreografías que recrean la estética y el baile del momento en el que fueron creadas.
Comedia sin título no pierde en ningún momento la solemnidad de su inicio. La composición de ballet flamenco, que aunque estético y sorprendente por las continuas pericias técnicas, también puede resultar insustancial y repetitivo en ocasiones, aquí se lleva a cabo de manera magistral. Hay piezas en las que demuestran la calidad y el trabajo conjunto de la compañía, pero por suerte han dejado espacio para coreografías en las que se deja ver el trabajo individual, sin por ello dejar de tener un hilo interno que las va guiando.
Esta Comedia sin título propone pasajes punzantes, como la interpretación de Pasan los campanilleros, de Manuel López Farfán, con un arreglo de vientos y percusión exquisitos, que hacen que la marcha transite por lugares insospechados; la saeta cantada por Tomás de Perrate y Sebastián Cruz, el cante del Zorongo gitano de Lorca o el recital intercalado de Perrate: “A un pueblo no se le ahoga, un pueblo es el clamor”.
Úrsula López baila una seguiriya memorable, creando movimientos en los que intercala sus brazos agitados y su pelo que termina suelto, convirtiéndose en un personaje más de esta coreografía. Federico Núñez baila una soleá sublime con el único acompañamiento de la voz de Sebastián Cruz, que sigue por bulerías y que termina con un baile intimista en silencio sepulcral, rematado con palmas que parecen sonar desde otra dimensión.
Mención aparte para la música de Juan Jiménez, que crea con sus vientos capas y matices inusuales, creando una especie de ilusión sonora que envuelve a todo el espectáculo. La guitarra de Alfredo Lagos y la percusión de Antonio Moreno se suman con maestría a este viaje musical en el que no falta la música clásica. En esta edición del festival ya han estado en el Villamarta Julia Acosta, que estuvo con Ana Morales y Aitana Rousseau, que lo hizo con David Coria. Andrea Anto, María Gómez, Manuel Jiménez, Federico Núñez, Iván Orellana y Jesús Hinojosa completan el elenco.
La compañía baila de manera sobresaliente todos los estilos que tocan, flamenco, folclore o danza española, pasando de partes más corales a otras muchas en las que demuestran su propia personalidad en el escenario. Esta Comedia sin título consigue eternizar aún más la estela de Lorca, algo que solo los grandes artistas pueden provocar, y algo que solo las grandes bailaoras pueden lograr.
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