"O daba un paso más y crecía o me hubiese marchitado"
encarna anillo. cantaora
La gaditana abre 'Las puertas de Gades' esta noche en Sala Compañía con una propuesta en la que ofrece su versión artística más variada
Jerez/-ha tardado usted en volver al Festival de Jerez...
-Bueno, como solista sí porque he venido pero acompañando a otros artistas como Farruquito. Sinceramente, estoy muy contenta porque ya tenía ganas de estar aquí. Yo soy de las que pienso que las cosas pasan cuando tienen que pasar y a lo mejor antes no hubiese estado en el momento de madurez y de convicción en el que estoy ahora, tanto a nivel personal como a nivel artístico.
-Su última aparición en solitario fue en 2008 en la Bodega Los Apóstoles. Diez años...
-Sí, fue en la bodega pero tampoco era una propuesta mía propia, sino que fue la presentación del sello discográfico que hizo mi primer disco. Compartí escenario con otros compañeros.
-Y ahora, por fin. 'Las puertas de Gades'...
- Sí es un espectáculo que presenté el año pasado en Madrid y que ya hemos llevado a otras ciudades como Córdoba o Cádiz. Yo me siento ahora mismo como esa estatua que está en Cádiz, la diosa Gades, desnuda y con los pies firmes en lo que creo. Por eso mismo decidimos ponerle ese título al espectáculo.
-¿Y qué va a contar?
-Sobre todo lo que he vivido en estos últimos nueve años, que han supuesto un cambio importante en mi vida. Tenía ganas de quitarme la etiqueta de cantaora, de salir de la silla de enea y cantar desde dentro. Es algo que siempre he soñado, porque desde niña incluso me visualicé como artista, como cantaora y como cantora, me ha gustado mucho interpretar. Necesitaba dar este paso, cantar músicas de otro tipo y liberarme por fin. O daba un paso más allá y crezco o me iba a marchitar.
-En los últimos años usted ha viajado mucho a Latinoamérica, ¿qué le ha aportado esta parte del mundo?
-Me ha enriquecido. Siempre he sido una persona que ha escuchado otras músicas. Evidentemente, mi formación y mi fondo es el flamenco porque llevo desde los 11 años trabajando con Farruquito y mi tío artístico es Juan Villar. Además, he cantado en muchísimas peñas y festivales y necesito cantar malagueñas del Mellizo o hacer las bulerías de La Perla, por ejemplo. De Sudamérica conocía algunas cosas pero siempre por encima. Sin embargo, desde que conocí a mi pareja, que es chileno, ha descubierto un mundo impresionante y una cultura musical, la del folcklore sudamericano, que me ha abierto la mente.
-¿A qué se refiere?
-Bueno, sobre todo la riqueza que existe en países como Perú y Argenina, que poco a poco he ido conociendo. Date cuenta que yo no iba más allá de aquel 'Gracias a la vida' de Violeta Parra, algunos boleros o la salsa. Ahora he descubierto un folcklore riquísimo y al que todavía tengo que descubrir porque es un universo artístico increíble.
-Últimamente estamos asistiendo a una especie de despertar artístico de los jóvenes de Cádiz, ¿coincide en eso?
-Sí, totalmente, parece que nos hubieran agitado para despertarnos. Siempre he creído que los jóvenes de Cádiz, tanto en el flamenco como en otras disciplinas, tienen muchísimo talento, lo que pasa es que ha estado ahí aparcado. El problema es que a veces nos etiquetan, como ha pasado en mi caso o con David Palomar, y parece que no podemos salir de lo mismo, por eso me alegro mucho que toda esa generación esté despertando.
-Volvamos al montaje. ¿Ha cambiado mucho respecto al estreno?
-No, es casi igual. A Jerez vendremos con Eduardo Guerrero y la bailaora chilena Florencia O'Ryan y el elenco habitual, con Pituquete a la guitarra, el piano de Melchor Borja o la percusión de Antonio Moreno.
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