"El flamenco es una religión"

Diego Fernández Suárez

El jerezano dirige esta entidad desde el pasado 11 de junio con el objetivo de "mantener viva la llama de este arte" · Pide ayuda a las instituciones privadas y públicas para dar a conocer mejor lo que aquí se cuece

Diego Fernández, en el despacho de la Federación, durante la entrevista, días atrás.
Diego Fernández, en el despacho de la Federación, durante la entrevista, días atrás.
Arantxa Cala / Jerez

30 de septiembre 2008 - 05:00

Gitano, jerezano y español. Por ese orden. Color de ojos: indescifrable, entre verdes y grises. Aunque una juraría que son azules. En las venas: la sangre de artistas de la tierra de la talla de Tío Parrilla, Manuel Morao, Tío Juanichi 'El Manijero', Terremoto, El Zambo, El Serna... Iba para sacerdote, pero a los 19 años decidió dedicar su vida a la familia, su religión, junto al flamenco. "Prefería ser un buen padre a un mal sacerdote", dice Diego Fernández Suárez, presidente de la Federación Local de Peñas desde el pasado 11 de junio, integrada por 15 entidades.

Edad: 63 años, "pero muy joven. ¡Uf, si me hubieras visto hace unos años..., estaba como un cañón. Ahora lo que me queda es ser buena gente. Es lo que quiero ser". Trabajó durante décadas en las bodegas Díez-Mérito, "donde hice de todo", aunque ahora sus horas de trabajos las pasa en Jereyssa. "Allí hay colas de gitanos que sólo quieren que les arregle yo los papeles. Y lo hago encantado. Y cuando alguna persona mayor viene a que le rellene uno porque no sabe, pues también se ayuda. ¿Cómo nos vamos a negar, por Dios?".

Diego dirige también la peña 'Tío Juanichi El Manijero'. "Desde aquí le quiero mandar un saludo al antiguo presidente de la Federación, Francisco Orellana, a quien le agradezco toda la labor que ha hecho durante su legislatura, como haber conseguido que fuéramos en 2007 'Jerezanos del año'".

El presidente asegura que las peñas "no ganamos dinero, al revés, lo buscamos. Todo esto nos roba mucho tiempo para estar con nuestra familia. Y tardes libres para tomar café con mi mujer..., pocas. Pero todo esto lo hacemos porque el flamenco es una religión a nivel mundial. Hay que dignificarlo. Adictos al flamenco hay en todas partes Queremos mantener viva la llama del flamenco. Somos unos enamorados del flamenco, aficionados. En Jerez tenemos bodegas, caballos y flamenco. Y lo primero que hacen los turistas cuando vienen a la ciudad es preguntar por el flamenco".

Se queja de que en Jerez todo el mundo gana dinero con el flamenco "menos los artistas. Y tenemos un bendito problema, que estamos sobraos de cantaores y bailaores. En toda España cuando contratan artistas llaman a Jerez. Aquí tenemos artistas muy grandes y otros jóvenes que lo serán, pero nos falta la ayuda de instituciones y del Ayuntamiento para poder mostrar como es debido todo lo que tenemos".

Habla de entendidos del flamenco como Manuel Morao, "que creo que es quien más sabe de flamenco ahora mismo. Nosotros somos sus discípulos. Luego ya vienen los puristas, pero para saber de este arte hay que tener vivencias. No se puede opinar sin ellas". "Por suerte", Diego tiene esas vivencias, "porque soy gitano de pata negra y he crecido en el flamenco. Me gusta bailar, pero por bulerías".

Diego tiene envidia "sana" cuando ve en la televisión autonómica cómo se promociona el fandango de Huelva, "casi a diario. Resulta que aquí, la bulería sólo se escucha pocas veces al año. A no ser que te vayas a una peña. Yo pediría que se difundiera más lo que tenemos en Jerez desde las televisiones locales".

Y sigue su análisis y dice que "faltan más actividades flamencas en el Villamarta a lo largo del año. Y en Jerez". A este respecto, propone la puesta en marcha de un programa para 2009, en coordinación con el Ayuntamiento, las bodegas, hoteles y otras empresas. E incluso, "por qué no", hacer una ruta turística, un circuito, para los visitantes que incluya las peñas, con espectáculos de día y de noche. "Esto nos beneficiaría a todos. Pero para abrir las peñas es necesaria la ayuda económica de entidades privadas y públicas. Nosotros queremos asesorar al Ayuntamiento para próximas actividades flamencas", y para ello la Federación está pendiente de una reunión, "solicitada hace meses", con la alcaldesa, Pilar Sánchez, y la delegada de Cultura, María Dolores Barroso.

"Mira, los artistas de Jerez, que son muy sensatos en esto, tienen un caché mucho más alto fuera de Jerez que aquí, porque nos hacen un favor cobrando menos. Entienden que aquí se hace así porque no tenemos ayudas suficientes y en las peñas no cobramos por escuchar. Pero aquí la cosa está muy mal vendida y la culpa la tenemos todo. Y los perjudicados son siempre los artistas. Se pasan muchas fatigas, y los que ahora están arriba lo saben. Tenemos que planificarnos y reunirnos todos, empresas y Ayuntamiento, para organizar esto y hacer un programa. Se podría crear un Consejo de Administración del Flamenco. Hay asesores muy buenos como Manuel Morao". "En Jerez estamos acostumbrados a dar el flamenco de balde, y esto no es malo. Jerez se merece disfrutar gratuitamente de lo que nace en su tierra", añade.

A la vista está ahora la celebración de 'Otoño en las peñas', pendiente aún de reunión con el Ayuntamiento para la elaboración del programa. "Esperamos colaboración y que no caiga en saco roto. Nosotros lo único que queremos es asesorar".

"Ya los presidentes de las peñas-comenta- nos hemos reunido varias veces, algo que me da satisfacción porque hacía muchos años que no se conseguía reunir a todos los presidentes. Sobre 10, la relación entre las peñas ahora es de un 8. Como en todas las casas de familia hay desacuerdos. Pero para eso estamos aquí, para dialogar y conseguir nuestros objetivos".

¿Y el futuro? Diego dice que hay que colaborar, "no desvirtuar el flamenco, en el que hoy se incluye de todo. Y aquí todo no vale. En Jerez no nos pueden dar gato por liebre".

Y en el poquito tiempo que le queda al día, ratitos para su familia. Como su hermano, Rafael Suárez 'El Nene', ya fallecido, del quien está haciendo una recopilación de conferencias sobre flamenco, y está traduciendo un libro de lenguaje gitano chipi callí y habla también de su obra 'Fábula gitana', que cuenta la historia de aquellos gitanos de la gañanía, "aquellos recuerdos...".

'El cura', tal como le llaman las gitanas más viejas, el hijo de Maruja, dice que va con la verdad por delante. Y hace silencios durante la entrevista, que le encantan porque asegura que dicen mucho. Pide a la periodista que saque jugo de ellos, que ahí es donde ha dado las mejores respuestas.

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