La historia a golpe de ingenio
La crítica · 'Imágenes'
El Ballet Flamenco de Andalucía repasa sus 20 años de historia en el Villamarta.
Teniendo en cuenta los antecedentes, el que pudimos ver el pasado año con 'En la memoria del cante: 1922' y ese Giraldillo concedido en la pasada Bienal al Mejor espectáculo, todos esperábamos algo más de 'Imágenes'. La última creación del Ballet Flamenco de Andalucía, que conmemora sus 20 años de vida, no termina de convencer a pesar de que a lo largo de esa hora y media de espectáculo ofrece detallazos y coreografías de un nivel altísimo, en cuanto a ejecución y en cuanto a originalidad.
La visión personal de Rafaela Carrasco está presente de principio a fin, y se mueve en una línea del tiempo imaginaria en la que constantemente hace guiños al pasado, a esas obras que labraron la historia con nombres como Mario Maya, María Pagés, José Antonio, Cristina Hoyos o Rubén Olmo, anteriores directores del BFA.
El planteamiento engaña, por aquello de que nada más comenzar, con esa primera escena (se divide en cinco en total) homenaje a Mario Maya, la sensación que da es de una verdadera obra maestra. Sí, porque el trabajo colectivo que ha forjado Rafaela con el resto de la compañía es brillante, innovador y toda una explosión de conceptos, al que se le añaden destellos de su baile, ese baile que mezcla sapiencia, sensualidad, feminidad y porte. La fuerza se repite en el homenaje a María Pagés y 'El perro andaluz', con esos candiles de luz y esa movilidad escénica que casi introduce al espectador en ella. Sin embargo, con el paso de los minutos las sensaciones se quedan en meros efectos visuales, que a veces florecen, como la gran bata de cola con la que la sevillana se acuerda de José Antonio (y donde Rafaela alimenta torsiones imposibles), y otras se marchitan, como el abuso de las proyecciones.
A partir de ahí el protagonismo es casi exclusivo para el Ballet y sus solistas, Ana Morales, excepcional en el baile por tangos del Piyayo, a los que dota de su propia cadencia, Hugo López, un prodigio de la técnica, y David Coria, al que vemos desplegar todo su fortaleza física en la última escena, 'Las cuatro esquinas'. Del mismo modo, como ocurre en anteriores montajes de la sevillana, la guitarra y el cante también están dotados de vida propia gracias al talento de Jesús Torres (preciosa su farruca), de Suárez Cano (cuya musicalidad está presente en varios momentos con algunas piezas de su último disco, Atlante) o de Antonio Campos, comprometido y valiente.
Se echa de menos quizás algo más de pausa en los integrantes de la propia compañía porque llega un momento en el que las coreografías (salvo las de Rafaela y alguna de Ana Morales) y la manera de ejecutar el baile alcanza tal velocidad que todo pierde la esencia natural quedándose en esa moda del baile rectilíneo y de mucho movimiento geométrico que ya cansa.
Baile
Imágenes
Dirección artística: Rafaela Carrasco. Coreografía: Rafaela Carrasco y David Coria. Solistas: David Coria, Ana Morales y Hugo López. Bailaoras: Rafaela Carrasco, Alejandra Gudí, Ana Morales, Florencia O’Ryan, Laura Santamaría, Paula Comitre y Carmen Yanes. Bailaores: David Coria, Hugo López, Eduardo Leal, Antonio López y Alberto Sellés. Cantaores: Antonio Campos y Gabriel de la Tomasa. Guitarristas: Jesús Torres y Juan Antonio Suárez Cano. Creación musical: Antonio Campos, Jesús Torres, Juan Antonio Suárez Cano. Diseño iluminación y espacio escénico: Gloria Montesinos. Imágenes: Visuales Trama. Diseño Vestuario: Blanco y Belmonte. Realización batas de cola: Amay Flamenco. Zapatería: Gallardo. Diseño Sonido: Rafael Gómez. Día: 5 de marzo. Lugar: Teatro Villamarta. Aforo: Lleno
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