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"He intentado que el disco sea un reflejo de mí y lo más parecido a lo que hago en directo"

David Lagos

Fran Pereira / Jerez

17 de enero 2009 - 10:24

Más conocido fuera que dentro de nuestras fronteras, como él mismo reconoce, David Lagos ha dado un paso más en su carrera artística con la grabación de su primer trabajo discográfico (El espejo en que me miro), que saldrá al mercado en la próxima primavera y con el que espera dar el espaldarazo definitivo a una trabajada trayectoria.

–¿Qué le queda al disco?

–El disco está terminado, está grabado lo fundamental, guitarra, voz, palmas y percusión, nos falta que se mezcle y demás, y eso lleva su tiempo.

–‘El espejo en que me miro’. ¿Por qué ese título?

–Lo he titulado así porque con el disco he querido homenajear a los artistas en los que yo me miro cuando canto. Cada tema del disco está dedicado a algún artista, uno a Antonio Chacón, otro a Chano Lobato, a Enrique Morente, a Fernando de la Morena....En fin, hay todo tipo de artistas y no porque los vaya a imitar ni mucho menos, sino porque me acuerdo ellos, de una manera inconsciente, cada vez que canto. Es un homenaje a estos cantaores y a estos personajes, no a todos, pero sí a los más representativos. Luego también está dedicado a mi familia y a todos mis puntos de apoyo. En el espejo se refleja un cantaor que ha vivido de muchas fuentes.

–Háblenos un poco más de ese primer trabajo.

–El disco es muy tradicional aunque también tiene algunas pinceladas musicales. La base es soleá, toná, alegrías, fandangos, es decir, es un trabajo muy tradicional, aunque también aporto cosas mías más personales.

–Muchos artistas reconocen abiertamente el respeto que le tienen a un estudio de grabación. En su caso, ¿cómo ha sido esa experiencia?

–Ha sido muy bonita, aunque no tiene nada que ver con el día a día de un cantaor. Cuanto tú cantas en directo estás contando con la emoción de la transmisión entre el público y el artista. A veces ahí cometes algún error, pero eso lo tapa todo la emoción del momento. En un disco eso no ocurre y hay que intentar dejarlo no lo más perfecto, porque el flamenco no es perfecto, pero sí lo más escuchable posible. En el estudio se controla la afinación, el tempo... todo de una manera diferente, por eso cuesta un poco.

–¿Qué es lo más complicado entonces?

–Lo peor es poner de acuerdo a todos los artistas. Hoy en día los discos se graban con la ayuda de compañeros artistas. ‘Quillo ven y mete las palmas, quillo ven y mete la guitarra...’ y bueno eso hace que estemos limitados al trabajo que tengan ellos. Luego, también cuesta cantar con la claqueta, porque te limita y más en el flamenco donde los cantaores no estamos acostumbrados a eso. Yo quería que el disco fuese un reflejo de lo que soy y creo que se ha conseguido.

–David Lagos ha sido un cantaor que todo lo que ha logrado lo ha hecho por su trabajo. Grabar un disco ¿qué supone para usted?

–Creo que es un arma de doble filo porque lo mismo subes un escalón que lo mismo lo bajas. Depende del que te oiga. Cuando uno va a hacer un disco tiene siempre un poco de miedo por las expectativas que levanta y porque no sabe cómo lo va a acoger la gente. Hoy día cualquiera puede grabar y puede hacer un tema con quinientos pinchazos que no se nota. Mi idea es hacer lo más parecido a lo que yo hago en directo.

–En los últimos años se ha caracterizado por ser un cantaor de atrás, ¿Puede ser éste el punto de inflexión para dar ese paso adelante?

–Primeramente, para mí el baile es un sustento económico y después a mí me gusta mucho cantar ‘pa’ bailar. No soy el típico cantaor que está cantando para bailar y está deseando pasarse delante. No soy de esos, de hecho por mucho trabajo que me salga para cantar delante siempre me gustaría cantar para bailar. Lo que sí me gustaría es que llegara un momento que yo pudiera seleccionar, es decir, que tuviera preferencia en las apariciones en solitario y las de atrás fuesen seleccionadas por mí, porque ahora mismo para darle de comer a mi familia tengo que coger lo que va saliendo, salir al extranjero e ir un par de veces al año a Japón, porque para mí Japón es mi seguro para poder pagar las letras. A partir de ahí, el resto de cosas son para comer o para salir a tomarte una copa a un bar.

–Creo que es el único artista al que he escuchado hablar bien de Japón. ¿Tanto lo aprecia?

–Pues sí. A Japón le estoy enormemente agradecido porque sé que mi casa y mi familia se ha mantenido muchos años gracias a Japón. A Japón y al baile, porque gracias a mis compañeros bailaores y cantaores he aprendido mucho. Gracias a ellos soy lo que soy. Nunca voy a renegar de cantar atrás y menos hoy que hay una preparación enorme.

–Actualmente, hay muchos artistas que dicen que el flamenco pasa por su mejor momento y otros en cambio aseguran lo contrario. ¿En qué bando está?

–Eso es cuestión de gustos y de ver el vaso medio lleno o medio vacío. El flamenco ha ganado muchas cosas y ha perdido muchas otras. Antiguamente la transmisión era oral, y al ocurrir eso había familias muy marcadas que luego en fiestas aprendía cosas para después hacerlas a su manera. Llegó un momento en que el flamenco estuvo marcado por las personalizaciones, y eso hoy se ha perdido. Tenemos tanta información que personalizar está vetado. Cuando personalizas algo te dicen que tú no sabes. No, si yo sé, pero intento no hacerlo igual que lo que está grabado. ¿De quién es culpa esto? Creo que del público o de quien tiene en esto la última palabra. En mi caso intento siempre personalizar partiendo de que he estudiado durante muchos años las cosas básicas, los cantaores viejos. El flamenco pasa por un momento bueno por el hecho de que se canta más afinado, más rítmico y con más sentido del compás. En los detalles más superficiales ha ganado mucho, pero ha perdido en sentimiento. Entiendo el flamenco como un reflejo de la vida, y hoy día la vida es muy superficial, la sociedad es superficial. Por eso para sentir hay que mirar hacia el amor, hacia las cosas trágicas...Ese es el camino a seguir.

–¿Los artistas están notando la crisis o al flamenco no llega?

–Está la cosa mala y eso se nota en todo. A la hora de recortar presupuesto se recorta antes de cultura que de otro sitio o al menos eso es lo que te dicen. En mi caso tengo muchas puertas donde llamar y cuando no tengo un bailaor tengo una peñita...Se nota pero gracias a Dios vamos tirando.

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