Mercedes de Córdoba: “Lorca o Alberti están muy reconocidos, pero sus compañeras de generación desgraciadamente no”
La bailaora Mercedes de Córdoba presenta en el 29º Festival de Jerez Olvidadas, un homenaje a Las Sinsombrero, las españolas de la Generación del 27, como María Zambrano o Maruja Mallo

Mercedes de Córdoba (Córdoba, 1980) estaba preparando un proyecto artístico cuando en su camino se cruzaron Las Sinsombrero, la generación del 27 femenina. Desde ese momento, sintió una atracción irrefutable y tuvo que cambiar el rumbo de su proyecto. En 2024 presentó en Jerez Infinita (con el alma fuera y el cuerpo dentro), dedicado a Marga Gil Roësset, un ‘work in progress’ de su proyecto Olvidadas (A Las Sinsombrero). En 2025 ya viene con el espectáculo final, un resultado que nada tiene que ver con lo que se vio hace justo un año. Tras su estreno en la Bienal de Sevilla, Mercedes de Córdoba se declara “como loca” por hacer este segundo pase en Jerez.
Pregunta.–¿Qué queda en esta nueva propuesta del esbozo que presentaste en la pasada edición?
Respuesta.–Esta es una versión más simbólica y metafórica, menos evidente, aunque sigue hablando sobre la represión y ese olvido asfixiante, sobre la manipulación y la desigualdad total contra la mujer.
P.–¿Qué has aprendido de ellas?
R.–Seguir luchando siempre por lo que se ama, defender tus derechos. El mayor aprendizaje es saber dar las gracias y reconocer todo lo que hicieron ellas para las generaciones futuras.
P.–¿Te has sentido representada en sus historias de vida, en Maruja Mallo, Concha Méndez o María Zambrano?
R.–A veces en la frustración artística. Vivimos en un sistema en el que cuesta trabajo tener los medios suficientes para hacer volar y llevar a la realidad lo que yo como artista tengo en mi cabeza. Pero estoy totalmente agradecida porque gracias a ellas yo hoy en día puedo estar haciendo mis proyectos y firmando con mi nombre. Sí he sentido el dolor, el choque y la ira, un enfado grandísimo. Ha sido doloroso conocer estas historias, y sobre todo, ver que hoy en día siguen sin estar donde deberían de estar.
"Cuesta trabajo tener los medios suficientes para llevar a la realidad lo que yo como artista tengo en mi cabeza”
P.–Durante el proceso creativo, ¿has necesitado tomar distancia, alejarte de sus vidas?
R.–Me tuve que alejar cuando hice el work in progress. Tuve que tomar un poquito de distancia porque estaba totalmente mimetizada. Hay que centrarse y poner los pies en la tierra.
P.–¿Hay mucha diferencia a la hora de abordar un espectáculo de este tipo, con un hilo argumental basado en otras vidas?
R.–El espectáculo está enfocado e inspirado en ellas, pero yo buscaba un mensaje más generalista y simbólico. Fue muy curioso porque todo esto surgió de un enfado grandísimo. Las Sinsombrero se cruzaron en mi camino, yo estaba con otro proyecto e investigando me encontré con un título: Las Sinsombrero. Vi el documental y me cambió la vida por completo en ese momento. Ahí surgió la pregunta: ¿Cómo lo pongo en escena? ¿Cómo lo bailo? Busqué que fuese orgánico y poder transmitir desde la verdad algo más personal. Porque yo me puedo sentir identificada por ser mujer con muchas cosas, pero yo no he vivido eso, vuelvo a repetir, gracias a ellas.
P.–¿Y por qué ese enfado?
R.–Mi enfado es porque yo no las conocía. Empecé a hablar con todo el mundo y casi nadie, por no decir nadie, las conocía. Por eso hice este encuentro imaginario, una ansiedad casi obsesiva de querer sacarlas a la luz. Quiero que el mundo las vea y las busque.
"Esto no es un acto de rebelión contra los hombres, pero la historia es como es y debo contarla”
P.–¿Ha sido un camino creativo doloroso?
R.–Durante el proceso se me han removido muchas cosas porque la historia es fea. Esto no es un acto de rebelión contra los hombres, pero la historia es como es y debo contarla. Estoy muy segura con este espectáculo. Siento dolor pero también tranquilidad. No tengo ninguna pretensión, estoy muy segura del mensaje, una reivindicación de lo que no debe volver a pasar.
P.–Se agradece encontrar referentes que crean sorpresa, que no sean evidentes, ¿era intencionado por tu parte?
R.–Totalmente, esa es la pretensión de esto. En Infinita contaba más cosas, ahora la intención es contar muy metafóricamente la historia, mi estado y la película que yo me he formado en la cabeza y he puesto en escena. Quiero que la gente salga del teatro y vaya corriendo a su móvil a buscarlas. Conocemos las historias de Lorca o de Alberti, ellos están muy reconocidos, pero las mujeres de esta generación, que también tenían una calidad artística increíble, desgraciadamente no.
El equipo artístico de ‘Olvidadas’
El equipo artístico de Olvidadas está compuesto por la guitarra y co-dirección musical de Juan Campallo, el cante de Jonathan Reyes, el contrabajo de Gal Maestro, en palabras de Mercedes de Córdoba, “una contrabajista increíble, un descubrimiento personal y artístico maravilloso”, el baile de Alejandra Creo, Marta Cañizares y Polina Sofía, la colaboración especial y asesoramiento en letras de Jesús Corbacho, la percusión de Paco Vega, el compás de José Manuel Ramos ‘Oruco’ y la colaboración coreográfica de Miguel Ángel Heredia. En la parte técnica, destaca el diseño de iluminación de Antonio Valiente, el sonido de Ángel Olalla, la coordinación de Sergio Collantes, la regiduría y maquinaria de Jorge Limosna y Balbi Parra, el vestuario de Carmelilla y la producción de Juan Alfonso Romero.
P.–A la hora de llevar a la escena esta idea, ¿qué música y qué estilos has encontrado más propicios?
R.–La música la he creado con Juan Campallo, mi pareja artística y personal, nacimos además el mismo día, y la verdad es que todo fluye increíble. Yo bailo tres palos, un tango, una bulería y una seguiriya. En la parte más coral hay mucha creación. Hay también una creación muy libre, un ritmo de taranto con cante de milonga y el acento totalmente invertido.
P.–¿El cuerpo de baile tiene más protagonismo que en anteriores espectáculos?
R.–Tiene muchísima presencia porque estoy hablando del mundo de ellas. Además, estoy pasando por un momento en el que necesito coreografiar mucho. Me encanta coreografiar coralmente, es algo que me fascina y me llena de felicidad.
P.–¿Mercedes de Córdoba a qué le tiene rabia en la actualidad?
R.–A muchas cosas. He dejado hace mucho tiempo de ver las noticias porque está el mundo regular. Siento rabia por toda persona que no deje que otro ser humano sea libre y que pueda vivir con dignidad. Y también el maltrato animal, es algo que me supera.
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