Antonio Banderas, el mejor anfitrión del verano marbellí

Por primera vez en 19 años Antonio Banderas y Melanie Griffith celebran sus respectivos cumpleaños cada uno por su lado. Ella cumplió ayer 57 años y el actor sopla hoy 53 velas. Cuando eran un matrimonio feliz acostumbraban a celebrar sus cumpleaños de manera conjunta. En ocasiones lo hicieron con grandes fiestas y otras veces de forma más privada, pero siempre unidos. Aunque los dos estaban de acuerdo en que su matrimonio tenía que llegar a su fin este no está siendo un fin de semana fácil para la ex pareja, ya que casi 20 años de amor no se olvidan en tan poco tiempo.

Melanie celebró su cumpleaños al otro lado del charco rodeada de sus familiares y amigos. Antonio tampoco está solo en un día tan marcado en su calendario. Anoche tuvo lugar la gala Starlite Festival en Marbella y a las doce de la noche, ya día diez de agosto, el actor estuvo rodeado de muchos amigos que se acercaron a felicitarle. Al menos durante unas horas pudo olvidarse del difícil momento personal por el que está pasando. Entre los asistentes a la gala se encontraban Tita Cervera, El Cordobés, Remedios Cervantes, Ana Torroja, Carmen Lomana o Raquel Revuelta.

Al divorcio de Banderas hay que añadir que su ex mujer está luchando por conseguir su parte de los bienes que poseía la pareja, por lo que todavía les queda por delante un largo proceso judicial por delante. Pese a estos problemas Antonio vivió anoche un momento agridulce porque el año pasado, el mismo día y en el mismo lugar, fue sorprendido en plena gala por su esposa. Mientras cenaban unos amigos le llevaron a la mesa una tarta de fresa en la que había dos enormes bengalas, un gesto del que Melanie había sido cómplice y con el que el malagueño y la madre de su hija Stella del Carmen se mostraron muy emocionados.

Poco a poco la mediática pareja va aceptando que lo suyo ha llegado a su fin. Mientras Banderas ha retomado su trabajo, con la vuelta a la alfombra roja para Los Mercenarios 3 y el comienzo en octubre del rodaje de la película Altamira, Melanie continúa con sus sesiones en una clínica láser de Los Ángeles, donde vive con sus hijos, para borrar por completo el tatuaje con el nombre de Antonio.