La casa de la ginebra gallega de albariño y once botánicos
Casa Nordés es un destino turístico en sí, a la vera de la recta final del Camino de Santiago. La firma ha lanzado una botella de edición limitada en homenaje a los faros gallegos
Esta es la casa gastronómica que une Galicia con Andalucía Nordesiño, el aperitivo de moda: una bebida refrescante con un toque de gin y albariño
Galicia es nostalgia y acento. Mares que se envuelven en rocas y fragas de espesura que se aprietan por sus montañas. Y el Camino, una estela de estrellas que señalan el destino de la renovación. Y a su vera, en la alquimia de la esencia de esa vieja tierra gallega, la destilería de Nordés, una firma del Norte con respaldo del Sur a través de la compañía Osborne.
A apenas unos 20 kilómetros de Santiago de Compostela y lindando con las tierras pontevedresas de La Estrada se encuentra la destilería de Nordés. Una ginebra peculiar y única, elaborada con destilado de uva albariño y una decena larga de botánicos (salvia, eucalipto, menta) que evocan su procedencia y se ensamblan con una viaje por el mundo a los vientos favorables del nordeste, que anuncian el buen tiempo en Galicia. Seis de esos botánicos son autóctonos y otros cinco son de ultramar, extraídos todos en destilados para la preparación de una bebida con personalidad.
De esta destilería alfombrada de prados, a la vera del Camino, ha surgido en estos días un edición limitada sugerente con botellas en las que un faro gallego se ilumina en la oscuridad señalando el camino. Es “la Maxia Pura de Nordés” en homenaje al espíritu atlántico que le da sentido y vida. Es un diseño único que se ha editado coincidiendo con el Día de la Madre para que sea un regalo diferente y con toda la personalidad galaica.
Las raíces y los vientos forman la base de Nordés Gin que se ha convertido en emblema de su tierra en las barras de medio mundo. En Estados Unidos, Italia o Reino Unido esta elaboración gallega se va imponiendo como embajadora de la excelencia española en el beber con pausa y con sabor.
Los icónicos faros gallegos, que se despliegan por una sinuosa costa de 1.500 kilómetros, con la coruñesa y romana Torre de Hércules como máximo exponente (el faro en funcionamiento más antiguo del mundo), reciben el homenaje esa botella luminiscente de reclamación atlántica. Todas las claves de lo que es Galicia se condensan en esta elaboración y en una destilería que puede visitarse para conocer la historia y el por qué de Nordés. Una experiencia viajera en sí misma, con mucho pasado, casi tanto como de futuro.
El mundo no termina aquí, en Fisterra, sino que comienza en un viaje por los sabores y las añoranzas. Y el viaje puede arrancar con un brindis cerca de Santiago de Compostela, una copa gallega con alma de albariño que sabe aún mejor con la catedral del Obradorio en el horizonte o con Coruña a los pies como sucede con el restaurante Árbore da Veira, una estrela Michelin de alta cocina gallega y con un cóctel con Nordés para empezar.
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