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Entrevista/ Marina Testino, diseñadora
Es imposible separarse de la influencia de un apellido famoso, especialmente si éste es Testino. Marina es la sobrina del famoso fotógrafo peruano, uno de los grandes de la industria de la moda, en la línea de la editora de vogue USA Anna Wintour o la top model Kate Moss. Pero Marina se aventuró a lanzar su propia marca de ropa, Point off View, en octubre de 2017.Edition Zero se llamó su primera colección, que incluía prendas de estilo relajado, oversized y sport, fáciles de llevar con mensajes en la tela, y también accesorios, y estaba dirigida a mujeres de 18 a 30 años. Para embarcarse en esta aventura, Marina dejó Nueva York y se fue a Lima a producir las prendas, con ayuda de profesores y familiares de su país. Marina ha logrado ganarse un sobrenombre en la última edición de la Semana de la Moda de París, 'la chica de amarillo'. No es una tendencia, sino una decisión con la que ha intentado concienciar a la industria de la moda sobre la importancia de la sostenibilidad.
Este es el segundo proyecto de concienciación ecológica que Testino realiza, tras haber pasado dos meses vistiendo el mismo traje rojo y compartiéndolo orgullosa en su perfil de Instagram, donde cuenta con más de 22.000 seguidores. En aquella ocasión, la idea de esta graduada en marketing de moda, nacida en Nueva York en 1994 de padre peruano y madre española y criada en Cataluña, era mostrar que el ciclo vicioso de vestir un estilismo cada día debe superarse.
"En el mundo de las redes no es cada día un look, son cinco cada día, y por las influencers todos los demás se sienten forzados a tener cada día un estilismo. Esta saturación de ropa no funciona y no estamos haciendo nada para mejorarlo, solo empeorarlo", afirma. Tras dos meses con el traje rojo, que lavaba fácilmente al vapor, ahora viste de amarillo usando prendas de marcas ecológicas como Eco Alf, Hip Bottle, For days, Stone Shop, Sonia Carrasco o Escudo, para servirles de altavoz.
Si marcas no sostenibles quieren vestirla para eventos –gesto frecuente entre influencers– pide que sea ropa vintage, y si tiene un acto especial, la alquila o la pide prestada a sus amigos. "La finalidad es ver las opciones y crear conciencia de que hay marcas que están haciendo algo bueno, que son de tendencia y guays, solo que la gente no las conoce", asegura.
El proyecto se engloba en su marca Point off View, que crea colecciones cápsulas con artistas de todo tipo para aunar moda y arte, y se vende a través de internet o puntos de venta en Perú y México, pero el acto de rebeldía del rojo y ahora el amarillo la están convirtiendo en un fenómeno en sí misma. "Odio esa palabra, pero ahora que soy una influencer, pensé que sería bueno tener un enfoque que importe y una voz a favor de la sostenibilidad, ya que no hay mucha gente en el sector que lo haga de forma divertida", señala, apuntando que las marcas ecológicas pueden parecer "aburridas".
Su perfil en Instagram, al contrario, es un panel de colores con ideas originales y propuestas de estilismos fáciles de llevar. "Creo que la idea de todo esto es decir que no necesitas tanto. El proyecto se construye con respecto a cuatro ideas: simplifica; comparte o alquila; opta por mercados de segunda mano; y compra en marcas sostenibles", defiende. Después del rojo y el amarillo, no sabe qué color o idea vendrá, pero ahora está convencida que su futuro en la moda será sostenible o no será.
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