¿Se va a casar Sarah Ferguson con el príncipe Andrés para limpiar su imagen?

Familia real británica

La duquesa de York ha recuperado un lugar en la familia real británica con la llegada al trono de su ex cuñado y está revalorizada

Sarah Ferguson está destrozada al saber que tiene otro cáncer agresivo

El príncipe Enrique no verá a su padre, Carlos III, ni a su cuñada enferma, Kate Middleton

El duque de York, su ex mujer Sarah Ferguson y la princesa Ana saludan al pastor que oficiaba la misa pascual en Windsor
El duque de York y su ex mujer Sarah Ferguson, en la pasada misa pascual en Windsor
Francisco Andrés Gallardo

27 de junio 2024 - 10:00

La duquesa de York llegó a ser el miembro de la familia real británica más valorado junto a Lady Di. Eran las dos consortes, las dos jóvenes esposas de los hijos mayores de Isabel II que parecían haber traído frescura y desenvoltura al palacio de Buckingham. Cada una en registro diferente, Sarah Ferguson dejó de ser persona de confianza para la fallecida monarca cuando aparecieron aquellas imágenes de infidelidad conyugal cuando le mordisqueaba un pie piscinero el millonario tejano John Bryan. Aquello desencandenó el divorcio y un affaire que terminó llamándose "Toe-job scandal", que no necesita demasiada traducción.

Pese a las infidelidades y pulsiones sexuales de ella y del príncipe Andrés (que acabaría siendo acusado de abusos sexuales), los duques de York mantuvieron un contacto cordial y hasta han llegado a exhibir una relación de total complicidad pese a que han transcurrido casi 30 años del sonado divorcio, en 1996, en vísperas del accidente mortal de Diana Spencer. Fueron diez años de matrimonio donde la pelirroja Fergie, a la que siempre se la ha visto como una mujer sin complejos y también con muchas deudas, era bien considerada aunque se la observaba como una mala marca blanca de Diana. Los duques mantuvieron una relación aceptable en favor de la posición de sus hijas, Beatriz y Eugenia. A fin de cuentas el príncipe y sus vástagos estaban en la parte alta de la ínea de sucesión.

La duquesa de York, Sarah Ferguson
La duquesa de York, Sarah Ferguson / EFE

Sarah Ferguson, que también ha desvelado que está tratándose de un cáncer, y su ex marido han mantenido además ese contacto porque pese a estar divorciados han compartido techo, de una amplia mansión, en Windsor y aquí no ha habido 'guerra de los Rose' porque tienen suficientes metros cuadrados (o como se mida por allá) suficientes para que cada uno viva su vida.

Con el socavón de reputación del príncipe Andrés a raíz del caso Epstein, donde se destaparon los primeros casos de abusos sexuales de la pandilla, el segundo hijo de Isabel II, destacado militar, quedó apartado de todo tipo de compromisos para la casa real, estando viva la longeva reina, y su hermano al llegar al trono ha mantenido un tono de silenciosa tolerancia hacia la oveja negra de York, que pasó a ocupar la mansión que dejó libre el príncipe Enrique al marcharse a EEUU (lo que ya dice de la ubicación del hijo menor del rey en estos momentos en el seno de su familia).

Así que al príncipe de cara al público le queda poco margen, si acaso mantener una imagen cordial con su ex exposa, que tiene sus afectos en el Reino Unido pese a sus desleatades económicas, y que fue pillada cuando vendía al mejor postor influencias en la familia real. Pese a todo, sigue la confianza entre ambos e incluso se ha barajado que la pareja ducal podría de nuevo casarse. La reaparición de la madres de las princesa Beatriz y Eugenia en actos familiares, como la pasada misa de Pascua, llamó la anteción.

Efectivamente si los duques de York volvieran a casarse tres decenios después de su divorcio sería beneficioso para la imagen de ambos y, si lo saben negociar, para sus respectivos bolsillos. La posibilidad está ahí, como manejan medios británicos. Al hermano de Carlos III, que tiene la boca tan ancha como su altanería, no se le ha preguntado directamente, pero a Fergie, sí. ¿Estarían animados sus corazones para rubricar de nuevo un matrimonio? Sarah Ferguson no le da importancia, no le importaría, pero por ahora es sólo la ilusión de los pocos incondicionales irredentos que pueden tener ambos.

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