Paola de Bélgica habla sin tapujos de su infidelidad
Perfil real
Atractiva y rebelde, Paola Ruffo di Calabria fue en su juventud icono de belleza y elegancia.
En un documental revela que estuvo a punto de divorciarse de Alberto II
Tras la entrada en escena de la princesa Delphine, la hija extramatrimonial que Alberto II de Bélgica reconoció en 2020, la reina Paola, su esposa desde hace 62 años, también tiene mucho que contar. La principal cadena de la televisión pública belga emitió el viernes Paola al lado del jardín, un ambicioso documental sobre la vida de Paola de Bélgica. Grabado a lo largo de tres años, el programa contó con el testimonio de la propia monarca, quien no ha dudado en hablar por primera vez de temas tan espinosos como los problemas de pareja que tuvo con el rey Alberto II.
Si bien la reina no comenta el caso de Delphine Boël, Paola no tiene reparos en hablar de su propia infidelidad con el conde Albert Adrien de Munt, un fotógrafo de la revista francesa Paris Match con quien fue fotografiada en bañador. "No me siento culpable en absoluto. Ocurrió en un momento en el que las cosas no marchaban bien. Fue un amor un poco egoísta", asegura Paola de Bélgica en el espacio. Después, la reina habló de lo infeliz que fue con su marido. "Durante diez años, de 1970 a 1980, fui muy, muy infeliz. Estaba muy triste y me sentía muy sola", reconoció. Y llega a confesar que estuvo a punto de divorciarse del rey.
Así lo asegura también el propio Alberto II, cuyo testimonio aparece igualmente en el documental junto al de otros miembros de la familia real belga. El antiguo monarca de Bélgica asegura que los papeles del divorcio estaban listos y a punto de ser firmados, pero que finalmente no aceptó que su esposa fuese a perder la custodia de sus hijos como habían establecido los abogados.
El matrimonio logró superar sus problemas, aunque para entonces estos ya habían afectado a sus hijos. "De niños fuimos testigos de momentos difíciles. Fueron muy difíciles para toda la familia. Todos hemos sufrido mucho. Pero hoy sois felices", interviene en el documental el rey Felipe I, actual jefe de Estado de Bélgica. "Esa reconciliación y ese perdón es lo más difícil que hay, pero también lo más grande. Estoy convencido de que siempre os habéis amado", añade el monarca.
La reina Paola le da la razón a su hijo y asegura que, si pudiera dar marcha atrás, no cambiaría su vida y volvería a casarse con Alberto II. "Sí, desde luego que sí, porque es único".
Los reyes Alberto y Paola de Bélgica se conocieron en 1958 en una recepción en la Ciudad del Vaticano, donde Alberto fue invitado por el embajador belga. Inmediatamente se enamoró de los encantos de la joven ciudadana romana Paola Ruffo di Calabria. Todo fue muy rápido y se casaron ocho meses después, el 2 de julio de 1959. "Los dos éramos todavía jóvenes y entramos en un mundo sin saber mucho". Cuando se le pregunta si estaba enamorada, busca sus palabras. “Sí”, dice vacilante. Aunque con un pero: "Tenía que crecer. Estábamos en el comienzo de una historia".
Paola habla también en el documental sobre sus problemas de adaptación. De niña fue de la soleada Italia a Bélgica, un país totalmente desconocido, donde el cielo siempre estaba gris. Fue encerrada en una jaula de oro y el repentino interés público en ella también fue abrumador. "Mi esposo nació siendo una figura pública, pero yo no", afirma más adelante.
Pero con la admiración por su belleza llegaron los comentarios y las críticas. Fue llamada enfant terrible y pin up y se decía que pasaban "más tiempo en los clubes nocturnos de Saint-Tropez que en la corte belga". Un momento crucial fue la llegada de la reina Fabiola, que se ganó el corazón de los belgas en poco tiempo. "Mi hermano se casó un año después que nosotros y eso cambió nuestras vidas profundamente", dice Alberto. "Nos dijeron que ya no estábamos en primer plano y que teníamos que retirarnos. Eso no fue un problema para mi esposa ni para mí".
La vida despreocupada de Alberto y Paola se puso patas arriba en el verano de 1993, cuando el rey Balduino murió durante sus vacaciones en España. Alberto, que ya tenía 59 años, fue llamado a convertirse en el nuevo rey, con Paola como reina. El rey Alberto abdicó en 2013. Tenía casi 80 años en ese momento. “Mi esposo estaba cansado. Realmente vi que estaba cansado”, dice ahora la reina Paola. Y lo más importante: Felipe estaba listo para el trono.
Alberto y Paola ahora pueden disfrutar de su jubilación. En casa en Laeken, cerca de Bruselas, o en sus casas de campo en Las Ardenas o el sur de Francia. A Paola le encanta el jardín y disfrutar de las cosas buenas de la vida, como el arte y la cultura. Los monarcas retirados ahora también tienen más tiempo para sus hijos y nietos.
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