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La Reina Sofía, siempre al pie del cañón

La Reina Emérita, empeñada en defender la Corona desde hace casi 60 años, es un ejemplo intachable.

Estos días, se ha convertido en el mejor apoyo para su hija Cristina, con la que se encuentra en Ginebra.

Primer plano reciente de la Reina Sofía. / Efe
Fátima Díaz

30 de enero 2022 - 08:46

El ejemplo intachable de la Reina Sofía en los peores tiempos para la Monarquía española nadie lo pone en duda. De ahí que no sorprendiera en absoluto su reacción a las fotos de su yerno, Iñaki Urdangarin, en actitud cariñosa con otra mujer. "La Reina está triste y profundamente decepcionada", ha señalado la periodista Paloma García-Pelayo al respecto de los sentimientos de la Emérita ante la "interrupción" del matrimonio de la infanta Cristina.interrupción" del matrimonio de la infanta Cristina.

Como cualquier madre, ha brindado todo su apoyo a su hija y, tras salir a la luz la exclusiva de la revista Lecturas,enseguida puso rumbo a Ginebra, donde tiene establecida su residencia doña Cristina, para estar con ella en estos complicados momentos. De hecho, hay quienes piensan que la primera aparición pública de la infanta Cristina, tras el enorme revuelo mediático, será en compañía de Doña Sofía.

Lejos de entrar en el debate sobre si una persona debe soportar deslealtades o malos gestos por el mero hecho de estar casada, la Reina Sofía es una persona que ha demostrado siempre tener aguante, fortaleza y dignidad, con creces. La madre del Rey Felipe VI se ha mostrado desde que el Rey Emérito abandonó España, en el verano de 2018, con mucha más libertad, como si se hubiese quitado un peso al no tener que estar constantemente aparentando normalidad.

Los Reyes, Leonor y Sofía y la Reina Emérita llegando a la entrega de los premios Princesa de Asturias en 2020. / Efe

La Reina Sofía ha continuado con su agenda oficial, mucho más reducida desde que dejó de ser la consorte de hecho, y compuesta fundamentalmente por actos benéficos y solidarios. Ha realizado, eso sí, numerosas apariciones públicas, sobre todo desde que la situación sanitaria por la pandemia del coronavirus se normalizó un poco y recibió la pauta completa de la correspondiente vacuna del covid-19. En todas ellas ha demostrado ser un pilar fundamental para el Rey Felipe y en el pasado incluso ha soportado estoicamente algún rifirrafe familiar, que de cara a la galería se ha visto solucionado pronto y bien.

Ha dado la cara y ha mostrado una enorme sonrisa frente a las cámaras, una imagen de normalidad y calma que tanto ha tranquilizado a los que se pensaban que su papel a partir de la marcha de Don Juan Carlos iba a carecer de sentido. Nada más lejos de la realidad: Doña Sofía es, y sigue siendo, el miembro de la familia del Rey más valorado y querido en nuestro país.

La última reina consorte de sangre real, bisnieta, nieta, hija, esposa y madre de Reyes, llegó a España junto a su marido, el entonces príncipe Juan Carlos, aún en vida de Franco, en el año 1963 con una determinación clara: defender la Corona y a su familia. El año que viene se cumplirán 60 años de su desembarco en este país, y Doña Sofía continúa inamovible en este propósito.

Dicen que el matrimonio de su hija Cristina con Iñaki Urdangarin nunca fue de su agrado, aunque posteriormente el ex jugador de balonmano logró conquistarla tanto a ella como a Don Juan Carlos, quien lo convirtió en su yerno favorito.

Con Urdangarín y Cristina, antes del 'Caso Nóos'. / Efe

A sus 83 años y empeñada en limpiar la imagen de la Corona, la Emérita lucha cada día por levantar la imagen de una Monarquía que se ha visto afectada por demasiadas polémicas. En 2018, cuando Urdangarin ingresó en prisión, fue ella quien aconsejó a la infanta Cristina que continuara al lado de su marido. Otro divorcio, y más con él en la cárcel, hubiera afectado negativamente a la imagen de doña Cristina. Así que la hija mediana de los Reyes Eméritos se vio abocada a mantener una imagen de familia unida que no se correspondía con la realidad.

Los Reyes, con los ex duques de Lugo, en su boda en 1997. / Efe

Se ha comentado estos días que Doña Sofía fue de las pocas que “protegió, apoyó y ayudó” a su yerno Urdangarin en los peores momentos –los de su condena por el caso Nóos y su posterior entrada en prisión– y nunca se hubiese imaginado que el padre de sus nietos Juan, Pablo, Miguel e Irene fuera capaz de hacerle algo así a su mujer. Pero lo cierto es que la apuesta de la Reina tenía que ver más bien con su hija y con su matrimonio que con el ex deportista.

Es un hecho que Doña Sofía y Don Juan Carlos hacen vidas separadas desde hace, al menos, dos años; él, en Abu Dabi, y ella en Madrid, aunque también viaja con frecuencia a Grecia, donde vive su hermano Constantino y sus sobrinos. La mujer del Rey Juan Carlos prefiere no pronunciarse sobre este ni otros asuntos personales, y mucho menos en lo que respecta a la vida de sus hijos.

Tierna imagen de Doña Sofía con su hija Cristina de niña.

Siguiendo la discreción que siempre ha caracterizado a la Familia Real –y su entorno–, fuentes del Palacio de la Zarzuela inciden en que la separación de la infanta Cristina y Urdangarin es un asunto de carácter privado, y además, alegan que la hermana de Felipe VI ya no forma parte de la institución. Doña Sofía tampoco, pero de sobra es conocido su afán por proteger y estar cerca de los suyos, de modo que con doña Cristina no hará una excepción ahora, que es uno de los momentos en que más necesita la comprensión y el respaldo más que de una reina, de una madre.

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