Carmen de Soto Díez

El 12 de julio de 1923

12 de julio 2024 - 05:00

Fecha memorable para los jerezanos de aquel entonces: 12 de julio de 1923. Fallecía una Jerezana que ciertamente dejó huella, no solo en los jerezanos, que quisieron darle su último adiós, tanto en su casa, como el mendigo ciego, cuyo nombre no nos dejaron y seguro que su benefactora bien lo sabría, sí, él se presentó en su casa, nada más saber la noticia y pidió que lo acompañaran donde se velaba su cadáver. Estaba en la capilla de su casa, ante el Santísimo reservado en el sagrario. Sus nietos, al verlo aparecer, le salieron al encuentro, interrumpiendo el rosario que rezaban todos los presentes, para retomarlo una vez que el ciego pudo tomar asiento.

Fuera, en el patio, algunos recordaban los múltiples beneficios de quien llamaban: la Señora madre.

Y en la calle antes de la hora del funeral en la parroquia de San Salvador -hoy catedral-, se concentró una gran multitud, deseosa de acompañar sus restos mortales al lugar donde ya reposarían. El cariño y agradecimiento hacia quien siempre les ayudó, era patente. Las crónicas que aún se conservan hacen ver el aprecio que le tenían tantas y tantas personas.

No vamos a hacer aquí un recuento de favores materiales, que ciertamente fueron incontables, más bien queremos traer el recuerdo de quien realmente vivió todos los requisitos para alcanzar la santidad. Si, me refiero a Carmen Núñez de Villavicencio y Olaguer Feliú, madre y abuela de una numerosa descendencia ya en vida, y más aún con el pasar de los años. Las primeras generaciones pudieron aprender directamente de ella, esperemos que las posteriores, sepan desempolvar tan valioso legado y vivirlo tal y cómo ella supo hacerlo.

Jerez puede tener otra ciudadana que llegue a alcanzar el reconocimiento de sus virtudes heroicas, como así lo fueron en vida. Y en respuesta a los favores que ahora se le soliciten, si se trata de un milagro, ser declarada beata, y posteriormente, con otro ser elevada a través de una solemne canonización, al reconocimiento de su santidad.

Lo que ahora puede hacer, es interceder ante Dios Todopoderoso, para otorgar milagros a quienes con fe y humildad se lo pidan.

Este es el verdadero camino, abierto al noble pueblo de Jerez, y a todos los seres humanos que a Carmen quieran recurrir.

Para más información acerca de su vida, solicite el libro electrónico gratuito: Una Dama según el Corazón de Dios, en: CarmenNunezdeVillavicencio@gmail.com

3 Comentarios

Ver los Comentarios

También te puede interesar

Lo último

Las ciudades y los libros

Londres: todo lo que arrastra el río