Abducido por el 'Sherry Cask'

Bodegas

Sánchez Romate 'abduce' un destilado de malta escocés y lo transforma en whisky jerezano envejecido en ‘Sherry Casks’

La primera saca de 715 botellas de 'Abducted' se realizó en septiembre con destino básicamente a la exportación

Botella de ‘Abducted’ junto a las soleras de las botas de oloroso, amontillado y Pedro Ximénez en las que se cría este whisky de malta de Sánchez Romate.
Botella de ‘Abducted’ junto a las soleras de las botas de oloroso, amontillado y Pedro Ximénez en las que se cría este whisky de malta de Sánchez Romate. / Manuel Aranda
A. Espejo

05 de enero 2020 - 06:00

Jerez/El mundo de los spirits se ha vuelto loco. Las destilerías más afamadas del mundo se pelean por las botas envinadas con vinos de Jerez para darles a sus productos, en particular los whiskies, un toque de distinción durante el proceso de envejecimiento. El sello ‘Sherry Cask’ o ‘Sherry Oak’ es símbolo de calidad y prestigio para muchas de las grandes firmas del sector de las bebidas espirituosas, que han incorporado las botas jerezanas como un elemento esencial de sus sistemas de crianza.

El Marco de Jerez no es ajeno a este fenómeno, pero al igual que escoceses, asiáticos, caribeños... abducen los ‘Sherry Casks’, Sánchez Romate ha querido dar una vuelta de tuerca a este ingenio –cabe recordar que el Brandy de Jerez emplea esta técnica desde tiempos remotos–, para abducir la materia prima con la que se elabora el whisky escocés y redondearla en la tierra de origen de estas botas.

Otra bodega jerezana se adelantó en su día con la traída de un whisky escocés para su envejecimiento en botas envinadas con sus jereces, producto que presentó como ‘whisky de carácter escocés con alma jerezana’. Sin embargo, la firma del Cardenal Mendoza no importa whisky propiamente dicho, sino el aguardiente para envejecerlo en Jerez desde cero, con lo que el puro malta que acaba de sacar al mercado bajo el nombre ‘Abducted’ podría definirse como ‘whisky de estilo jerezano con alma escocesa’.

En palabras del consejero delegado de Sánchez Romate, Francisco Javier Requejo, “nosotros nos traemos la holanda, lo que denominan en Escocia ‘new make malt spirit’, que se hace whisky en Jerez después de tres años –el mínimo exigido por la UE– de envejecimiento en 'Sherry Casks”.

La crianza de este singular whisky de malta se prolonga durante siete años, el tiempo justo para que el jerez no acabe tapando al whisky, y sus características vienen determinadas por su envejecimiento en botas envinadas con oloroso, amontillado y Pedro Ximénez, tras el que se realiza una mezcla o blend a partes iguales –un tercio de cada bota– para su embotellado. Según Requejo, “es un whisky de malta al estilo jerezano o con un toque jerezano, no escocés, ni japonés, ni taiwanés”.

César Gutiérrez, del departamento de Exportación y Marketing de Sánchez Romate, junto a las soleras de 'Abducted Malt Whisky'.
César Gutiérrez, del departamento de Exportación y Marketing de Sánchez Romate, junto a las soleras de 'Abducted Malt Whisky'. / Manuel Aranda
El producto final es un blend del destilado transformado en whisky en botas de amontillado, oloroso y Pedro Ximénez

La campaña de presentación de ‘Abducted’ juega con estos ingredientes, que presenta a modo de crónica periodística: “Testigos oculares han declarado que una malta pura fue abducida de Escocia para ser envejecida en 12 barricas muy especiales de oloroso, amontillado y Pedro Ximénez en Jerez de la Frontera, España”.

En el relato, que se incorpora a la botella a través de la etiqueta en forma de crónica del ficticio 'The Caledonian Herald', la bodega señala que la malta abducida sufrió una “profunda metamorfosis” en su proceso de envejecimiento tanto por el uso del tradicional sistema de criaderas y soleras propio de los vinos de Jerez como por el empleo de botas de roble americano que “debieron contener jereces fuera de lo común”. Y concluye que, según un reconocido experto, las “características extraterrestres” de este whisky “pueden deberse a la influencia mágica del triángulo de Jerez”.

El resultado, según la bodega, es “un whisky fuera de lo común con un toque especiado y un final elegante, digno de los más distinguidos paladares” y del que realizan una saca anual –la primera se realizó en septiembre–, con una producción limitada de 715 botellas.

El diseño de la botella y el packaging es obra de Luis Vázquez Pinteño, “nuestro diseñador de referencia”, apunta Requejo, quien explica que la botella es de una casa francesa que se distingue por hacer vidrio blanco y su formato encaja con el brand story, ya que el fondo cóncavo se asemeja a un ovni.

Sánchez Romate barajó en un principio la posibilidad de llamar a este producto ‘The Alien’, pero la marca estaba ya registrada. Pero tenía claro que el nombre debía enlazar con los fenómenos extraterrestres y la ufología, hasta que acertaron a dar con ‘Abducted’.

Se desconoce si alguna botella ha llegado a otro planeta, más allá de Japón, China, Croacia, Ucrania, Lituania y Grecia, principales destinos

La bodega jerezana se embarcó en este proyecto después de que su importador en Israel les lanzase el reto de hacer lo mismo que hacían en Escocia con los ‘Sherry Casks’, pero a la inversa, empleando para ello botas viejas de los mejores vinos de la casa, en lugar de las barricas nuevas que se realizan en el Marco por encargo de las destilerías escocesas y de otros rincones del mundo y con el tiempo de envinado que demande el cliente, generalmente entre uno y dos años.

Lo más difícil fue convencer a los escoceses de que les vendieran el destilado de malta. “No es tarea fácil”, apunta el director general de Sánchez Romate, pero al final se consiguió y la única información que han logrado arrancar al proveedor es que el ‘new make malt spirit’ procede de Speyside, pequeña región de las Highlands escocesas que concentra la mitad de las destilerías del país y de la que emanan los whiskies más elegantes y equilibrados.

El caso es que las poco más de 700 botellas de la primera saca han volado, o mejor dicho, han sido abducidas, si bien se desconoce si han llegado a algún otro planeta de la Vía Láctea. Salvo alguna unidad que ha llegado a manos de maestros cocteleros o bartenders de España especializados, la práctica totalidad de la producción se ha destinado al exterior, en concreto a Japón, China, Croacia, Ucrania, Lituania y Grecia, detalla César Gutiérrez, del departamento de Exportación y Marketing de Sánchez Romate.

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