Adiós a Ramón Guerrero, gran empresario y ganadero
Falleció a los 88 años ·Fundador de la Hermandad de Donantes de Sangre, iba a recibir este año el premio 'Caballo de Oro'
Cuando contaba con 88 años de edad, se nos fue Ramón Guerrero González, 'Ramón Guerrero de Jerez', como conocían en todo el mundo a este gran empresario de la sociedad jerezana que siguió en vida la tradición agrícola y ganadera y sus actividades en favor de la ciudad heredadas familiarmente desde su abuelo Manuel Guerrero Castro.
La muerte le sobrevino por causas naturales en Córdoba, en el Hospital de la Cruz Roja, donde permanecía ingresado desde hacía una semana. Ramón Guerrero González estaba casado con María del Dulce Nombre (Maruchi) Pemán Domecq, hija del escritor y dramaturgo José María Pemán, con quien mantuvo una estrechísima relación. Fruto del matrimonio, Maruchi le dio nueve hijos (Manolo, Ramón, Pedro, José María, Esmeralda, Juan, Ángela de la Cruz, Mercedes y Pablo) y tenía 32 nietos y tres biznietos. Ramón era uno de los cinco hijos que tuvo el matrimonio entre Manuel Guerrero Lozano y Dolores González-Gordon: Pedro, María de los Dolores, Manuel, Ramón y María de las Mercedes.
Profesor mercantil, Ramón Guerrero fue Medalla al Mérito Agrícola, cónsul honorario de Bolivia en Jerez, Chevalier du Tastevin -condecoración concedida por el gobierno galo-, agente comercial y, por su profunda religiosidad, fundador de las hermandades del Amor y Sacrificio y las Cinco Llagas, además de otras muchas responsabilidades. Fue también consejero de la cadena hotelera de Meliá -levantó el hotel Meliá Caballo Blanco, en Valdelagrana- y presidente del consejo de administración de Hoteles Agrupados SA (Hotasa), años antes de la expropiación del Grupo Rumasa.
Pero, sobre todo, una de las facetas en las que Ramón más destacó fue como relaciones públicas en bien de la ciudad. No en vano, fundó, casi se podría decir que a pulso, la Hermandad de Donantes de Jerez. "Tenía una agenda completísima -ha declarado uno de sus amigos-, con teléfonos de personajes españoles y de todo el mundo que nadie imaginaría". Fue Ramón, precisamente, quien -siendo consejero de la compañía Aviaco- logró poner en marcha el primer vuelo Jerez-Madrid y convencer a sus dirigentes para que continuaran con este servicio y se asentaran en el antiguo aeródromo de La Parra.
En la década de los sesenta, por exclusivas gestiones de Ramón, vinieron a Jerez los famosos caballos de la Escuela Española de Equitación de Viena, que ofreció dos espectáculos de doma de alta escuela durante las dos semanas que permanecieron en la ciudad. En agradecimiento al trato recibido, la Escuela envió a Ramón dos yeguas paridas y un semental, todos de raza Lipizziana como regalo del gobierno austríaco. Con ese motivo, la hermana del rey de Inglaterra, en una visita a Jerez, quiso conocer aquellos caballos Lipizzianos en el cortijo de 'La Mariscala', donde hicieron de anfitriones Ramón y su hermano Manuel, ya fallecido, que fueron invitados más tarde por la Casa Real a la Semana del Caballo Inglés.
Continuando con el ejemplo y labor de su padre, los hermanos Manuel y Ramón prosiguieron con la actividad agrícola y ganadera, ya que su hermano Pedro -fallecido en 1973 en un trágico accidente de tráfico en Sevilla- ingresó en el seminario de los jesuitas de El Puerto. Su causa de beatificación se encuentra actualmente en proceso.
De igual manera, los dos hermanos continuaron en 'La Mariscala' con la cría caballar, llegando a contar con 400 yeguas de vientre, recibiendo numerosos reconocimientos por esta actividad. Con mucho trabajo y esfuerzo, el hierro de los Guerrero continuó acumulando premios y trofeos, hasta convertirse en la mejor ganadería de Jerez. Como ejemplo, cabe destacar que, en sólo un día, ejemplares de su hierro lograron cuatro primeros premios en el hipódromo de Pineda de Sevilla.
La familia Guerrero había mantenido durante generaciones su pasión por la ganadería equina y la cría de caballos y se dice que, ya en el siglo XIX, los Guerrero-Hermanos fueron los ganaderos criadores de caballos de raza española más importantes del mundo, sin olvidar la traída a Jerez de los caballos ingleses 'Hackney', magníficos corceles de tiro, caballos de pura raza inglesa para las carreras y extraordinarios cruzados para obtener equinos que sirvieran para el trabajo en el campo. Tampoco descuidaron su negocio vinatero, con las bodegas Guerrero, ubicadas en la carretera de Cartuja y ya desaparecidas. Tras el fallecimiento de su hermano Manuel, Ramón Guerrero cogió el testigo del legado paterno de las explotaciones agrícolas y ganaderas.
En el plano personal, Ramón destacaba por ser una persona muy religiosa, que perteneció a la congregación de los Luises, dirigida espiritualmente por los sacerdotes de la Compañía de Jesús. En su juventud, el director espiritual de la congregación fue, durante muchos años, el muy popular y querido padre Viu, quien a la vez fue director espiritual de Ramón y de muchas personas de su generación.
No se puede olvidar tampoco su enorme contribución al nacimiento de la Hermandad de Donantes de Sangre de Jerez -de la que fue su primer presidente-, alrededor de 1974, en colaboración muy estrecha con el reconocido hematólogo Ángel León y el veterano periodista Andrés Luis Cañadas Machado, que lograron hacer entonces de la asociación el colectivo más importante en número en la ciudad, entre unas tres mil o cuatro mil personas.
Todos los que le conocieron coinciden en definir a Ramón Guerrero como "un caballero en extremo, amigo de sus amigos", por los que siempre se entregó a hacer favores. Marido ejemplar, siempre consideraba que su mujer había sido el mejor regalo. De buen sentido del humor, se consideraba muy jerezano y era gran conversador. Por su enorme dedicación al mundo ecuestre, Ramón Guerrero iba a ser distinguido durante la próxima edición de la Feria con el premio 'Caballo de Oro', galardón instituido por la Secretaría de Estado de Turismo.
Las exequias por su descanso tendrán lugar en la parroquia Nuestra Señora de Fátima hoy a las 16:00 horas. A través de estas líneas, Diario de Jerez, donde su hijo Manuel es presidente del Consejo Asesor, desea sumarse al cúmulo de condolencias trasladadas a sus familiares y amigos por tan sentida pérdida.
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