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Afemen: cómo sobrevivir a la crisis

La asociación de familias de enfermos mentales teme que programas conseguidos gracias al esfuerzo de años se vayan a pique por el recorte de las ayudas · Ya ha tenido que cerrar un taller ocupacional con 30 alumnos

Dos usuarias del centro social de Afemen se entretienen jugando al parchís esta semana.
Gloria Moreno / Jerez

19 de junio 2011 - 01:00

Llegar hasta donde se ha llegado cuando se partía de tan poco ha sido un logro, pero la crisis y los recortes de las Administraciones y de entidades privadas están poniendo al borde de la asfixia a Afemen, una asociación veterana, que cogió impulso en aquellos años complicados de la reforma psiquiátrica, con familias temerosas de que con el cierre de los manicomios sus enfermos se quedasen en la calle. Casi 20 años después, el gerente de Afemen, Blas García, advierte de que la falta de recursos no puede poner en jaque lo que ya se ha conseguido y en cierta forma lo está haciendo. García habla desde las magníficas instalaciones con que Afemen cuenta junto al centro de salud de San Benito: su centro social, un edificio que costó Dios y ayuda construir, y que se inauguró finalmente en diciembre de 2004, gracias al apoyo de muchas Administraciones y entidades.

Afemen trabaja con personas con trastornos mentales graves, que siguen un largo proceso desde el tratamiento en el ámbito sanitario hasta que se consigue su estabilización, su derivación a recursos sociales gestionados por Faisem (Fundación Andaluza para la Integración Social del Enfermo Mental) tanto residenciales como ocupacionales y laborales y por último, su paso por los recursos de la asociación Afemen. "Nosotros trabajamos con las familias, en la concienciación social, somos la voz de estas personas y los que intentamos defender sus derechos", mantiene García. Las actividades son numerosas: a los familiares, Afemen ofrece escuelas de familias, grupos de autoayuda, formación y asesoramiento y apoyo individual a cargo de una sicóloga. En el área de atención a los propios afectados por la enfermedad mental, la asociación cubre especialmente el campo del ocio y tiempo libre: talleres como el de inglés, lectura de prensa, informática, actividades deportivas e incluso un servicio de comedor a los usuarios con escasos recursos o sin soporte familiar. Otra actividad que se ha incorporado es el programa de vacaciones. Esta misma semana volvía de Benidorm un grupo que había pasado en esta localidad quince días y todos los años Afemen organiza el certamen de literatura y pintura. Todo persigue el mismo objetivo: "Pretendemos dignificar la vida de unas personas que durante muchos años han estado relegadas a un segundo plano y en muchos casos se convirtieron en ciudadanos invisibles", afirma el gerente de Afemen, recordando que hace apenas 15 o 20 años no recibían un tratamiento adecuado por falta de medios y ni tan siquiera se podían quitar de encima el estigma de la enfermedad mental "cuando no es más que una enfermedad más, que en su caso se produce en el cerebro. Hoy en día hay más medios y tratamientos que hacen posible una recuperación aceptable dependiendo del grado en que haya afectado la enfermedad, como ocurre con cualquier otra y en función también del soporte familiar y social que tengan".

Afemen había conseguido en los últimos años abordar también el aspecto ocupacional y contaba con un taller de restauración de muebles, carpintería y tapicería, pero las deudas de ayuntamientos como el de Jerez, que el pasado año ni siquiera sacó la convocatoria para ayudas a ONGs, obligó a paralizar en mayo pasado este taller en el que han participado durante dos años unos 30 enfermos. "La actividad ocupacional para estas personas es fundamental dentro del proceso que tienen que seguir, porque favorece la adquisición de hábitos de vida normalizados. Es muy importante porque son personas que tienden al aislamiento, fruto de su propia enfermedad", explica García. Las salas en las que se realizaba el taller permanecen ahora cerradas a cal y canto con todo el material infrautilizado. Las subvenciones de las Administraciones llegan más tarde o no tan siquiera llegan, la obra social de las entidades financieras se empieza también a recortar y el año pasado Afemen se vio ya en la tesitura de poner en marcha un plan de choque porque entró en pérdidas. "El hecho de que el Ayuntamiento de Jerez no sacase la convocatoria, por la que veníamos recibiendo unos 15.000 euros, nos desequilibró por completo", lamenta García. "Entendemos la situación económica, no estamos pidiendo más, no queremos ampliar nuestras instalaciones con un centro ocupacional, que sería lo ideal, sino simplemente queremos una estabilidad y la continuidad de los programas que ya venimos desarrollando. No podemos estar siempre con el agua al cuello, porque al final la búsqueda de recursos te ocupa un tiempo que tendríamos que dedicar a la atención a las familias y los enfermos".

Afemen, que es una asociación provincial, tiene en Jerez unos 110 usuarios y cerca de 500 en toda la provincia. Se estima que entre un 1,5 y un 2 % de la población sufre trastornos mentales graves. Si se extrapola a la provincia estaríamos hablando de entre 15.000 y 20.000 personas, aunque no todas con el mismo grado de discapacidad. "De todo ese grupo de personas, aquellas más desfavorecidas son las que atendemos nosotros, bien porque están más afectados o tienen escasos apoyos. Somos un complemento de los dispositivos sanitarios del SAS y de los de Faisem". La asociación es también la que conoce de primera mano lo que supone para las familias la aparición de la enfermedad, la que reivindica la atención adecuada para sus enfermos. "Si bien entendemos que ha habido avances importantes en la última década, como el atraso que sufríamos era histórico queda todavía mucho por hacer", mantiene su gerente.

En este sentido, desde Afemen se reclama una alternativa a la comunidad terapéutica de San Miguel. "Se trata de un edificio viejo, que en todo caso podría servir más como recurso residencial que como dispositivo sanitario". El proyecto de su traslado se quedó parado, pese a que García asegura que no hubiese supuesto un coste excesivo para la Consejería de Salud. San Miguel funciona como un hospital de día, pero sin reunir las condiciones, critica el gerente de Afemen. "Las ventanas tienen candados puestos porque ya se han caído tres enfermos desde un primer piso", señala como ejemplo. La comunidad terapéutica de San Miguel es además el único dispositivo sanitario que tiene Jerez para enfermos mentales, además del equipo de Salud Mental de San Dionisio y el del hospital. En el ámbito residencial se cuenta con una casa hogar en La Cartuja, y una segunda recientemente inaugurada en La Pita, además de varios pisos protegidos. No existe sin embargo una unidad de rehabilitación y Afemen considera prioritario que se utilice la zona de diálisis del hospital, un espacio que quedará libre con el traslado de este servicio a otro edificio, para hospital de día de Salud Mental. "Ese espacio es muy necesario. La carencia de dispositivos sanitarios hace que busquemos otras alternativas y esa nos parece adecuada. A personas con un trastorno grave se les podría evitar el ingreso de varios días y se podrían poner en marcha otro tipo de terapias".

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