Altanza se convierte en la primera bodega de Rioja en aterrizar en Jerez
Anuncia la inauguración a principios de verano de su nueva bodega jerezana, ubicada en el casco histórico
La apertura coincidirá con el lanzamiento de 'La Saca', un Palo Cortado de más de 100 años que se suma a la Colección Roberto Amillo de vinos y brandies de Jerez
Las bodegas jerezanas hace mucho tiempo que tienen intereses en Rioja, pero nunca antes una bodega riojana había dado el paso para instalarse en Jerez. Altanza rompe el hielo con el anuncio de la inauguración el próximo verano de sus nuevas instalaciones bodegueras en la ciudad, de las que detalla en un comunicado que se ubican en el casco histórico, en concreto en el entorno de Santiago.
La firma riojana que sorprendió hace dos años al unirse a Roberto Amillo, un enamorado confeso del jerez, además del mayor coleccionista de piezas de sus vinos y brandies, para lanzar al mercado la Colección Roberto Amillo, con la que se convertían en los primeros riojanos en hacer vinos jerezanos.
Ahora, Altanza vuelve a sorprender con el establecimiento de su propia bodega en tierras jerezanas, señala la firma riojana en su nota, en la que especifica que este proyecto pionero verá la luz a principios de verano y llegará acompañado del lanzamiento de La Saca, un Palo Cortado exclusivo de más de 100 años.
El nuevo vino, con una producción limitada de sólo 360 botellas, se presentará en la inauguración de la bodega para sumarse a la Colección Roberto Amillo, si bien ya puede reservarse a través de Altanza, que venderá esta joya enológica al precio de 120 euros la botella de 50 centilitros.
“Y es que esta ‘saca’ es muy especial, ya que se trata de un descubrimiento único y centenario, una auténtica joya que proviene de la colección de una familia jerezana cuya bodega data de 1829 y sólo su nombre, ‘La Saca’, ya insinúa lo que puede contener, pero además tiene historia”, señala el comunicado, en el que se detalla que el vino fue descubierto en una cata de “la colección privada de esta familia, que tras el cierre de su bodega, en 1950, heredó botas en aquel entonces ya antiguas”.
“El misterio está servido, porque este Palo Cortado seguramente tenga más de 100 años, aunque no existe fecha detallada”, prosigue la nota, que insiste en la exclusividad de este vino con “una edición limitada de algo que no tiene réplica y a la que Altanza ha llegado gracias a la experiencia venenciando referencias de antiguas soleras y a su cercanía al círculo de productores jerezanos”.
La bodega riojana avanza, a modo de nota de cata, que se trata de un vino centenario de color caoba, complejo a la vez que expresivo. Es punzante en nariz con notas de la crianza oxidativa. En boca es potente con un final largo y equilibrado.
Su packaging, acorde con el contenido, evoca los orígenes y la historia que lo acompaña, y va dentro de un cuidado estuche de madera. La bodega asegura que los pocos que han tenido el privilegio de probar esta ‘saca’ la denominan excepcional, como es el caso del experto José Peñín, que le ha concedido 98 puntos, la mayor puntuación para un Palo Cortado, arguyendo que se trata de “un vino con un marcado carácter de oloroso pero con una finura excepcional”.
‘La Saca’ complementa la Colección Roberto Amillo, formada por un Amontillado, un Oloroso, un Pedro Ximénez, otro Palo Cortado, un Brandy de Jerez y dos vermuts, uno Reserva y otro Reserva Especial, con los que Roberto Amillo estuvo presente el año pasado en el Alcázar en la última edición de Vinoble, el Salón de los Vinos Nobles.
“La bodega riojana es conocida a nivel internacional por la elaboración de vinos para todo tipo de paladares con un estilo propio, vivaz y expresivo”, apostilla el comunicado, en el que recuerda que los vinos de la casa se distribuyen en más de 50 países y pueden adquirirse tanto en locales especializados como a través de su tienda online.
También te puede interesar
Lo último