Andrés Luis Cañadas, pregonero de los Reyes Magos de Jerez
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No existe mejor método salutífero que formularnos preguntas en la voz alta del negro sobre blanco. Por escrito. Con estilosa caligrafía de jesuita de los años cuarenta. Y -a ser posible- tinta color verde esperanza. O tecleando, que es gerundio. Verba volant, scripta manent. Ante la duda, la escritura dirime. Sin cambalaches ni cachivaches. Abrimos interrogante: ¿dónde comienza -ipso facto- y dónde culmina lo real y lo aparente? ¿Quién llevaba más razón en los pliegues de la sesera: Quijote o Sancho? ¿Quién según los personajes de ‘Los renglones torcidos de Dios’ de Torcuato Luca de Tena? ¿Hemos de responder en apenas doce segundos? ¡Corto me lo fiáis! Sobre todo porque -nombres de pila aparte- algunos jerezanos también abusan demasiado de las falsas apariencias. De la simulación. Del fingimiento externo. Y entre la cáscara y la certeza hay mucha tela de cortar. Con “un cuchillito de luna lunera”, como cantara Lola Flores.
¿Dónde radica, dónde estriba, dónde estorba, dónde escarba, la verdad y la mentira de la realidad cotidiana? ¡Quién toma el rábano por esta hoja! La solución y la resolución la complican aposta quienes hacen de su vida un puro teatro -un “estudiado simulacro”, como rezara la canción de la Lupe-. Aquellos que -deshonestos- prefieren vivir en el embuste consigo mismo -sobreactuando en un supremacismo infantiloide- no consiguen sino distorsionar la luz clara del día a día de su cotidianeidad. Para confundir -o no- a quienes rodean -sin culpabilidad ninguna- esta ridícula cantinela unipersonal. Es labor harto difícil discernir, desbrozar, desligar la pureza de la ficción, la pulpa de la corteza, en esta sociedad entremezclada de seres auténticos y de fantasmas fríos como el témpano en el tema musical de Juan Carlos Baglietto.
Sí: existen envoltorios vacíos, pátinas de poquedad. Cajas huecas. Aparentes caramelos que saben a óxido. Voz que sólo lanza ajujúes. Son las menos, Deo gratias. Pero haberlos, haylos. Si en la densidad festiva de estas Navidades nos preguntaran dónde reside la verdad, la autenticidad, enseguida un servidor respondería que en la pura inocencia ilusionada de los niños ante la preciosa certeza de los Reyes Magos. Nada hay parangonable, en Navidad y fuera de sus fechas entrañables, a la esencia de cuanto sucede entre la noche del 5 y las primeras claras del 6 de enero. Aquí no se parten peras con nadie. Hablamos de unas vivencias de limpia inmortalidad. Nada, en estos linderos, deviene hiperbólico. Nada fluctúa como tiempo perdido. Nada estriba en la mera insustancialidad. ¿Esencia de vida? Cuando MAV-Comunicación (Agencia de Comunicación y Gestión Cultural) decidió hace años crear el Pregón de los Reyes Magos -inexistente hasta la fecha- no pretendía sino subrayar los postulados de este anual milagro emocional que tanto nos mueve y conmueve. Y, por ende, eterniza. Enseguida el Pregón de los Reyes Magos constituyó una cita referencial de las navidades jerezanas. Su valor intrínseco así lo establecería. Este Pregón -con letra capitular- pone en alza el origen y fin cristiano de la visita de los Reyes Magos, la grandeza de espíritu por la desbordante alegría del prójimo, las demostraciones implícitas y explícitas de cariño de unos para con otros, los recuerdos de infancia, la llama siempre encendida de la ilusión, la tenaz conservación de lo tradicional, la fértil pujanza de la solidaridad a espuertas, la nobleza de sostener y reavivar al niño que habita en nosotros, la defensa de la urdimbre y la vivencia y siempre unidad familiar… Y los pequeñines, los chiquillos, la algarabía: ¡bendito sean todos ellos!
Para este año la organización del Pregón, es decir, MAV-Comunicación y el Aula Cultural Cultusema -que, como es sana costumbre, cuenta con la colaboración incondicional de tres entidades indispensables al unísono: la Real Academia de San Dionisio, de Ciencias, Artes y Letras; la Asociación de Reyes Magos de Jerez y la Asociación de Belenistas de Jerez, además del Ayuntamiento de la ciudad- ha nombrado pregonero al veterano periodista y académico Andrés Luis Cañadas Machado, cuyo amplísimo currículo es de imposible condensación y ni siquiera extractado resumen aquí y ahora. Cuanto Andrés Luis ha aportado a la ciudad ignoro si es de sobras conocido por las nuevas generaciones de jerezanos. En lo concerniente al ámbito de la Navidad, la Semana Santa, el Rocío, etcétera, inabarcable. Nada constatemos en el género periodístico (y no estrictamente local y/o provincial). Una institución en Jerez. Andrés es además un firme defensor de la familia. De la familia cristiana. De la familia en armonía. Por esta razón la suya -a la que, como esposo y padre, ha cuidado con una sensibilidad y un amor muy especial- lo quiere a rabiar. Y por dicha razón el arriba firmante ha ilustrado este ‘Jerez íntimo’ con una doble fotografía superpuesta cuya imagen -ya saben- vale más que mil palabras. A todo esto: ¡no se pierdan el Pregón de los Reyes Magos de Andrés -presentado por el pregonero de la edición anterior Antonio Padillo y con la actuación del Coro la Plata- este viernes 29, a las 20.30 horas, en la sede de la Academia de San Dionisio, sita en calle Consistorio, 13! Quien avisa…
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