Un estudio da forma a la posible existencia de un anfiteatro en Asta Regia
Patrimonio
El jerezano Pablo González plantea un trazado urbano del yacimiento y asegura que es más que viable que existiera un anfiteatro, que desapareció a finales del XIX
Asta Regia, a pesar de seguir bajo tierra, sigue aportando novedades. Un estudio iniciado en 2018 por el jerezano Pablo González Zambrano, estudiante del Máster Interuniversitario de Arqueología de la Universidad de Granada, planteó la posibilidad de que Asta Regia contara con un anfiteatro dentro de su estructura urbana. Esta investigación se inició a partir de encontrar referencias a los orígenes de Jerez y de Asta en la obra de Esteban Rallón (s. XVII) y en la de Manuel Bertemati (1883), "que hablan del anfiteatro como sí aún estuviese en pie", apunta. Junto a esto, y al estatus de colonia de Asta según Plinio, se procedió a iniciar los estudios históricos correspondientes.
Se hizo así un análisis de las fotografías áreas históricas donde se pudo identificar una posible estructura circular, huellas en el terreno, cuyas dimensiones, una hectárea, se compararon con las de otros anfiteatros conocidos en Hispania. "Vimos que en el Olivar de la Mariscala, pegado a Mesas de Asta, había una mancha circular en el terreno en el que no crecen los olivos, pero sí en el centro, que es donde se desarrollarían las actividades lúdicas romanas. Serían huellas de la grada o la cávea. Hicimos un recorrido por las fotografías aéreas que se han hecho en Mesas desde mediados del siglo pasado y es una constante hasta hoy en el terreno".
"A raíz de los resultados obtenidos, calculamos a partir de dos magnitudes de 250 habitantes por hectárea y un espectador cada dos metros y medio cuadrados, el aforo de cada uno de los distintos anfiteatros, así como la población de las ciudades en las que se ubicaban. Esto dio lugar a un coeficiente entre aforo-población que para la Bética determinaba que los anfiteatros poseían más capacidad de espectadores que habitantes tenían cada uno de los enclaves analizados, a diferencia de la Tarraconensis o la Lusitania. Estos hallazgos fueron publicados en el libro 'Pensando Andalucía. Una mirada transdisciplinar'", cuenta González.
"El anfiteatro de Asta, a través de las fuentes, las fotografías aéreas y las magnitudes que hemos procesado, entra dentro de los parámetros que estudiamos, así que es más que viable, a falta de excavaciones, que existiera en Asta Regia un anfiteatro que desapareció a finales del siglo XIX".
Una ampliación de este estudio, en fase de publicación, plantea el posible trazado urbano de Asta Regia a partir de las excavaciones de Manuel Esteve, en la década de los 40 y 50 del siglo XX, a cuyas planimetrías se les ha aplicado la técnica de la 'varatio' con el fin de determinar la orientación de la traza urbana y si ésta responde a algún motivo simbólico o de adaptación al terreno o a condicionantes climáticos como el viento o la salida del sol.
"Hemos podido determinar que existe una relación entre el trazado y el posible anfiteatro, lo que hace reforzar la hipótesis lanzada en 2018. Las vías centrales (el cardo máximo) de Asta tenían una orientación de 70º Este, que coincidía con el amanecer del 4 de noviembre, que son los inicios de los juegos plebeyos o ludi plebei en Roma, que tienen una tradición del siglo IV a. C., y que se desarrollaban en los anfiteatros. Tiene sentido porque posiblemente Asta Regia fuera arrasada en el contexto de la Segunda Guerra Púnica (por lo que cuando se reconstruyó pudo adquirir la morfología típica de una ciudad romana) y un siglo después, con César, adquirirá el estatus de colonia romana, una pequeña Roma en miniatura, teniendo en cuenta que no hay muchas ciudades romanas alrededor con tal estatus ni que salgan en las fuentes clásicas, además de Gadir, Híspalis o Itálica (que pudieran alberga este tipo de edificios lúdicos)".
Para finalizar, se aplicó la misma técnica en el Olivar de la Mariscala, con DStretch, "que nos permitió -añade- adivinar unas estructuras cuadradas junto al anfiteatro, algo en común con Mérida, con edificios auxiliares. La varatio que tenía es un ángulo perfecto de 45 grados, que es muy típico en las construcciones nuevas del periodo romano. Todo este estudio nos permite proponer el trazado urbano de la ciudad de Asta a partir de Esteve y de los resultados del georradar de la UCA (que podrían corroborar lo aquí planteado, pero no han sido publicados aún)".
Estos estudios pretenden ser "una pequeña aportación al conocimiento de Asta mientras que no se inicien las excavaciones arqueológicas, que permitan ver si estas ideas (hipótesis) planteadas están en lo cierto o no. Un trabajo que complementaría lo que ya está elaborando la UCA en Mesas de Asta", concluye el investigador.
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