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Anpehi, la asociación que consigue la inclusión social a través de las artes marciales

El jerezano Antonio Pedro Hirch pone en valor que el deporte, en concreto la disciplina Nihon Tai Jitsu, permite la inclusión y la normalización de la discapacidad

Con Anpehi, Fernando Alejo consiguió ser la primera persona en completar el Camino de Santiago en cama

Antonio Pedro Hirch, fundador de la asociación Anpehi. / Vanesa Lobo
M. Valero

18 de noviembre 2019 - 05:30

Le llamaron loco, pero él estaba seguro del proyecto. ¡Para qué más! No le hizo falta que nadie le diera la palmadita en la espalda, ni halagos, ni bravos. Antonio Pedro Hirch confiaba en sí mismo y en la idea de la inclusión real a través del deporte. Así nació Anpehi.

Anpehi es una asociación de discapacitados y un club deportivo, que trabajan de manera conjunta. Utilizan las artes marciales, en concreto la disciplina Nihon Tai Jitsu, como medio de inclusión y normalización de la discapacidad, y los éxitos son indiscutibles.

El club deportivo nace en el año 2010 de la mano de su presidente, Hirch. Osteópata y maestro de Nihon Tai Jitsu de profesión, detecta la necesidad de combinar sus dos pasiones, salud y deporte. A principios de 2016 y ante la creciente demanda de servicios y la variedad de los programas, se constituye la asociación de

discapacitados físicos, psíquicos, sensoriales y orgánicos Anpehi. "Esto nos permite dar cobertura a los 330 alumnos que tenemos en la provincia con diversidad funcional haciendo arte marciales", declara Hirch.

El fundador de la entidad es una persona inquieta, sonríe continuamente y hasta se le ponen los pelos de punta cuando recuerda momentos especiales, como subir a O Cebreiro durante una etapa del Camino de Santiago con alguno de sus jóvenes con discapacidad. "Los ejercicios que hacemos en las artes marciales, en concreto en Nihon Tai-Jitsu, son muy similares a los movimientos que hacemos para la rehabilitación de las personas", relata Hirch. "Empiezo a buscar información por toda Europa y no encuentro nada específico, pero cuando nació la hija de un amigo con Síndrome de Down me dio las fuerzas para lanzarme al barro y empezar a trabajar con el método inclusivo", añade.

Los ejercicios que hacemos en las artes marciales, en concreto en Nihon Tai-Jitsu, son muy similares a los movimientos que hacemos para la rehabilitación

"Durante el transcurso de los años se nos van ocurriendo cosas. Un año hice el Camino de Santiago con todos los monitores y viendo lo mágico que es el Camino pienso que mi gente con movilidad reducida tenía que compartir lo mismo que yo estaba viviendo. Y cuando digo lo mismo es que me propuse que fueran por el mismo camino por el que yo iba", declara Hirch.

"Nos lanzamos a la aventura y ya hemos llevado a seis personas con movilidad reducida al Camino, entre ellas a Fernando, que es el primer peregrino del mundo en hacer el Camino en una cama", relata Hirch, quien agradece a Asprodeme -entidad en la que se encuentra Fernando- "su total disposición con nosotros".

En una ocasión uno de sus alumnos le pidió que quería hacer el camino de El Rocío. ¡Le faltó tiempo a Antonio para prepararlo! 250 kilómetros en ocho días, "una auténtica locura, pero es muy guay cumplir los sueños de alguien".

"Siempre digo en las charlas que doy que es muy bonito ser la primera vez de alguien en la vida y Anpehi ha vivido esa primera vez en muchísimas personas. La primera vez que sale de Andalucía, la primera vez que sale de España, la primera vez que una persona se monta en un avión, en ir al cine, tomar una cerveza...", pone en valor Antonio.

Anpehi lleva cinco años participando en el proyecto Erasmus Plus: "En diciembre traemos a Espera, que es nuestra casa, a 40 personas con discapacidad. Imagina qué impacto cultural tiene para todos. Ganamos todos. Además nosotros también vamos a sus países". Hace un par de semanas un grupo de Anpehi estuvo en Atenas, "y entre ellas iba Ana María Valle, una chica que no tiene brazos, va en una silla eléctrica y ha estado conmigo en Indonesia, en Inglaterra, Italia...". "Una persona con una gran discapacidad, con 17 años, mujer y del colectivo rural... Cumplía todos los requisitos para ser excluida. Y la tienes que ver. Es uno de los referentes de Anpehi a nivel mundial", subraya.

¿Qué hace falta para eliminar barreras? "Hace falta conciencia, que las personas se pongan en la piel de los demás". "Hace unos días hemos estado en París, en un congreso de artes marciales, y un compañero que es de Vigo me contó que se están instalando allí muchísimos ascensores y rampas para conseguir la accesibilidad. Es cierto que es un coste enorme, pero ¿cuánto se gastan los partidos políticos en publicidad? Hay que redirigir bien los recursos y que haya una buena gestión del dinero público para que las ciudades sean más accesibles", denuncia.

Una de las barreras que cuesta mucho derribar es el miedo y el 'no' de las familias. Antonio explica que "hay un gran problema con la gente joven y sus familias. Para hacer excursiones normales hay padres que plantean problemas. Después no hagas un vídeo reivindicativo, no. El problema lo tienes en casa que no dejas que tu hijo sea accesible para los demás y se queda metido en una burbuja. Es muy fácil pedir el rebaje de un bordillo, pero mejor vamos a dejar que salga a la calle y después peleamos por el bordillo".

"El balance que hago es súper positivo. Soy un privilegiado por lo que hago, con la gente que estoy, y porque creo que cambiamos muchas vidas"

". Hacer el Camino con Fernando fue el acto que le dio mayor visibilidad, pero el éxito para Anpehi es cumplir todos los sueños.

"Este año haré con Rubén (monitor) el Camino de Santiago en invierno, subiremos a O Cebreiro y queremos ver qué nos encontramos, porque queremos hacerlo en un futuro con usuarios, para meterle un poco más de dificultad. Con el tiempo muchos usuarios se quedan sin familia y van a un centro. Si podemos cambiar el concepto de la Navidad haciendo cosas de este tipo... Sé que es algo a largo plazo, pero lo haremos", avanza el jerezano.

"Yo tengo que ir dos pasos por delante, si sólo pienso en el hoy voy mal. La vida corre y si no estás en el ritmo, estás fuera de juego. Es una pena que mi gente que tiene una vida plena con Anphei terminen en un centro solo", declara Antonio.

El fundador de Anpehi viene acompañado por Salva, un usuario con discapacidad intelectual que ha estado más de 20 años en un centro. "Ahora viene conmigo a donde yo vaya. Desde reuniones, vamos en bici, vamos al gimnasio, viene a San Sebastián conmigo, el otro día estuvimos con Juan Meira...", declara.

Antonio no se queda ahí y avanza que "estamos trabajando en la idea de un centro ocupacional itinerante, es la idea que estamos cocinando. Es una idea diferente, nada de estar estáticos en un sitio porque la vida no es eso. Hablamos de inclusión real. La inclusión real es que Salva se levante y pague la comida y no darle yo el dinero justo".

"En comparación con Europa estamos muy mal en materia de inclusión y eliminación de barreras, pero si echas la mirada atrás 30 años, pues hemos mejorado, ¡cómo no podía ser de otra forma! Pero no nos podemos glorificar de algo que no está terminado. Nos queda muchísimo, nos queda mucho por trabajar", subraya Antonio. Sólo hace falta una conversación con él para saber que no va a parar, aún queda mucho Anpehi por delante.

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