Asaja-Cádiz pone el grito en el cielo ante el "hachazo" de la nueva PAC
Agricultura
Alerta de la pérdida de 280 millones en el campo de la provincia y reclama el apoyo de la Junta, organizaciones empresariales y sindicatos para que el Ministerio reconsidere su plan
Asaja-Cádiz alerta del "nefasto" cambio de modelo para el reparto de las ayudas de de la PAC
El Ministerio de Agricultura prepara el rejón de muerte para la actividad agrícola productiva de Andalucía con el silencio cómplice de las Consejería del ramo y, lo que es peor, de las asociaciones provinciales de las organizaciones profesionales del sector, salvo Asaja-Cádiz, la única que ha dado la voz de alarma sobre el "leñazo" que se avecina con la reforma de la PAC.
"Estropicio, roto, hachazo..." han sido otros de los sustantivos empleados ayer por el presidente de Asaja-Cádiz, Pedro Gallardo, para referirse al impacto económico que tendrá la nueva Política Agrícola Común en la provincia si no se reconsidera el grueso del contenido del Plan Estratégico Nacional elaborado, que no negociado, por el Ministerio.
Para evitarlo, Asaja-Cádiz hace un llamamiento a las Administraciones públicas, partidos políticos, organizaciones empresariales y sindicatos, a las que solicita su apoyo frente a una reforma que es "lo peor de lo peor" por el empeño de España en ir más allá de lo que exige Europa tanto en la convergencia previa como en la aplicación de los criterios básicos, en los que aseguró que el Ministerio se ha ido al máximo.
Los cálculos de Asaja
Las simulaciones sobre las consecuencias de la PAC que viene, realizadas con gran esfuerzo por Asaja-Cádiz con las informaciones que le traslada la Consejería y las filtraciones ante la falta de comunicación oficial del Ministerio, apuntan a una pérdida de 40 millones al año para los agricultores y ganaderos de la provincia, 280 millones en el conjunto de los siete años a los que podría prorrogarse su aplicación -periodo de 2023-2030-.
En rueda de prensa, Gallardo ha explicado este jueves que Asaja-Cádiz es la única organización que viene convocando asambleas informativas desde el año 2020 -la última, celebrada hace una semana, congregó a más de 300 agricultores- para trasladar a los profesionales del sector el impacto estimado de una reforma "muy lesiva para la provincia y que nació malparida con el recorte del 20%, y no del 2% como quiso vender el Ministerio, del presupuesto del marco financiero plurianual".
"La música sonaba mal, pero la letra suena incluso peor”, ha manifestado el responsable agrario, quien ha defendido que “los agricultores y ganaderos no tienen por qué cargar sobre sus espaldas el coste de la salida del Reino Unido de la UE o la política de migración".
Las simulaciones sobre el impacto en explotaciones reales de las distintas comarcas de la provincia -de secano, regadío y mixtas, de pastos, de cultivos leñosos...- , anuncian recortes en los pagos directos que oscilan entre el 20 y el 50 por ciento, situación ante la que el secretario general de la organización agraria en Cádiz, Luis Ramírez, ha confesado que "me hierve la sangre, me quema".
Ramírez echa en falta una defensa firme de la Consejería de Agricultura y de su titular, Carmen Crespo, a los que ha instado a hacer los números para darse cuenta del daño que la nueva PAC representa para el campo andaluz y de la provincia. "Los agricultores aquí son empresarios agrarios; viven de ello, aportan al PIB y generan empleo", ha indicado el secretario general de Asaja-Cádiz, quien ha reclamado una actitud "más beligerante" de la Consejería frente a los planes del Ministerio, el "gran culpable" de una "situación insostenible".
Asaja-Cádiz se opone a la reducción de las regiones económicas de 50 a 20 prevista en el Plan Estratégico Nacional, que implica una bajada de los pagos en provincias, como Cádiz, donde son altos porque los agricultores han invertido y se han endeudado para ser productivos. Rechaza igualmente el reparto de los pagos acoplados en sectores vulnerables como la ganadería, el trigo duro y la remolacha, así como el aumento en cultivos proteícos que en España son difíciles de producir. Y está en contra de los ecoesquemas que sustituyen al greening, y más en concreto de la degresividad -reducción de la ayuda a partir de una determinada superficie-, "nuestro gran caballo de batalla" y que "penaliza a la agricultura profesional", y del capping o techo de las ayudas por explotación.
Asaja-Cádiz critica la "opacidad y falta de sensibilidad" del Ministerio, también en otras cuestiones que preocupan como el trato de las comunidades de bienes, características de la provincia, al tiempo que lamenta que hayan hecho "oídos sordos" a su reivindicación de pasar fondos del segundo al primer pilar de la PAC para destinarlos a subir los derechos de pago base de los agricultores que están por debajo de la media y que, de paso, contribuirían a que la convergencia sea "menos dura", ha explicado Gallardo.
"Creo que vamos tarde, pero aún hay algo que rascar", ha apostillado Ramírez, quien ha recordado que los Estados Miembros tienen hasta final de año para presentar a la Comisión Europea sus planes estratégicos, plazo que posiblemente se ampliará hasta principios de 2021 por el retraso que acumulan países como Italia y por el rechazo a los avances de las propuestas presentadas por Francia y Alemania, entre otros.
El tiempo se agota y "da la impresión de que está todo listo ya" y, por las informaciones no oficiales que llegan a Asaja-Cádiz, la aplicación en el territorio nacional de la reforma de la PAC ideada por el Ministerio de Agricultura va a suponer un "palo tremendo" para el campo de la provincia si nadie lo remedia, aunque sea sobre la campana.
También te puede interesar
Contenido ofrecido por El Centro Inglés
Contenido Patrocinado
Especial