Atracón de puntos Parker

Luis Gutiérrez avala la transición del jerez hacia una nueva época gloriosa en su última revisión de los vinos del Marco para la revista 'Wine Advocate'

Casi un centenar de vinos alcanzan la 'excelencia'

Willy Pérez y Ramiro Ibáñez (De la Riva) en una cata de Vinoble junto a otros jóvenes enólogos del Marco.
Á. Espejo

15 de enero 2018 - 08:33

Jerez/Autenticidad y mucha verdad. El jerez se mantienen en la cresta de la ola de la escena mundial del vino, vuelco en el que tiene mucho que ver Equipo Navazos, que envidias aparte, inició la remontada cuando pocos creían en unos caldos anclados en el recuerdo de su glorioso pasado, y que tiene continuidad en las promesas, ya consagradas, de la joven generación de enólogos que se sumerge en las raíces más profundas de las tradiciones vitícolas jerezanas para sacar lo mejor de sus pagos, del terruño.

En forma de jereces y en la versión de vinos blancos sin fortificar (outsiders), el ejemplo Navazos -liderado por Eduardo Ojeda y Jesús Barquín- y de sus discípulos aventajados -Willy Pérez y Ramiro Ibáñez al frente - cala hondo en el Marco, donde los antiguos operadores se han puesto las pilas para no quedar descolgados, mientras surgen nuevos proyectos sin cesar, alguno apadrinado por grandes nombres, como el de Peter Sisseck.

De la evolución de este cambio revolucionario da cuenta el embajador de Parker en España, Luis Gutiérrez, en su última revisión del jerez - 'Jerez, otros vinos fortificados y dulces de Andalucía'- recién publicada en la revista 'The Wine Advocate', la gran referencia para millones de consumidores, principalmente de Estados Unidos, a la hora de decidir sus compras de vino.

El crítico oficial de los vinos españoles, chilenos, argentinos y de la región francesa del Jura para la publicación de Robert Parker recaló en Sanlúcar en julio para la revisión periódica de los vinos del Marco -cada año y medio, aproximadamente, toca pasar examen-, pero en esta ocasión no se topó con ningún vino que le pusiera el corazón a cien, uno de los síntomas que según él mismo reconoce anticipan la llegada de los anhelados '100 puntos Parker'.

Tampoco hace falta, pues de las excelencias del jerez, que ya ha saboreado en varias ocasiones las mieles de la máxima puntuación de Parker reservadas para casos excepcionales y contados en España, habla el casi un centenar de vinos con más de 90 puntos, señal inequívoca de la debilidad que siente Gutiérrez por los caldos jerezanos.

Nuevos valores

El jerez se da un nuevo atracón Parker , de esos que no dejan una digestión pesada. Equipo Navazos repite al frente de la larga lista de muestras catadas por el influyente crítico español durante su estancia en el Marco con 'La Bota de Oloroso 78, Bota NO' y sus 98 puntos. La primera posición es compartida por el 'Moscatel Viejísimo Loma Baja' de De la Riva, la gran revelación en el repaso a las novedades del Marco en las que se centra el catador en sus revisiones.

De la Riva es el nuevo proyecto compartido por Willy Pérez (Bodegas Luis Pérez) y Ramiro Ibáñez (Cata 45), la pareja de baile de moda en el Marco y, a juicio del crítico de 'Wine Advocate', entre las figuras más influyentes de la escena vinícola jerezana. Para la puesta en marcha de esta iniciativa, Pérez e Ibáñez han rescatado el nombre de la histórica firma jerezana que acabó en manos de Domecq, a cuyo anterior propietario (Beam Global) adquirieron la marca para su relanzamiento con vinos elaborados a la antigua usanza en algunos de los pagos históricos del jerez (Macharnudo, Balbaína...) del que bebían los desaparecidos 'Fino Tres Palmas' y 'Fino La Riva' de esta casa. La sociedad De la Riva se estrena con fuerza al alcanzar la excelencia con otros dos vinos, 'Oloroso Viejísimo Balbaína Alta' (96 puntos) y 'Fino Balbaína Alta' (92 puntos).

No acaban aquí los reconocimientos al inquieto tándem, que por separado superan los noventa con otros tres jereces de la colección Barajuela (Bodegas Luis Pérez) en el caso de Willy Pérez, mientras que Ramiro Ibáñez y su proyecto Cota 45 de vinos sin fortificar logra otros dos sobresalientes.

Gutiérrez vivió en primera persona el origen de Equipo Navazos, que rompió los esquemas que hasta entonces tenía de los generosos jerezanos el catador de Parker y también los de Jancis Robinson, la crítica británica especializada en el sherry, que tras probar algunas de sus vinos 'selectos' se planteó la necesidad de revisar todo lo que pensaba sobre el jerez. Los Ojeda y Barquín suman una decena de vinos con más de 90 puntos en la última revisión del hombre Parker.

Eduardo Ojeda, en su condición de enólogo de Bodegas José Estévez, ve igualmente respaldada su buena labor con otra decena de vinos excepcionales de las marcas Real Tesoro, Valdespino, La Guita y los blancos Ojo de Gallo.

Entre los nuevos proyectos, la gran sorpresa la da Bodegas Alonso con el relanzamiento de la antigua Pedro Romero y sus nueve vinos de más de noventa puntos, entre ellos dos 97, que se dice pronto.

En el capítulo de nuevos valores por encima de los 90 puntos, alguno con más trayectoria que otros, también figuran las selecciones personales del americano Alexander Jules, la Colección Roberto Amillo, un riojano enamorado de los vinos y brandies de Jerez que lanzó recientemente su propia gama con muy buenas críticas; la sanluqueña Callejuela, la bodega almacenista fundada a principios de los ochenta por la familia Blanco y entre las grandes revelaciones de los últimos años; Sacristía AB (Antonio Barbadillo), Viña Santa Petronila, Primitivo Collantes e Hijos de la Albariza, proyecto similar al de los Navazos que cuenta entre sus socios con el actor Juan Echanove.

Clásicos renovados

El resurgimiento del jerez no se entiende sin la aportación de las bodegas tradicionales, que en menor o mayor medida se han contagiado del entusiasmo de las nuevas corrientes que inundan el Marco, con González Byass y su sherry revolution, impulsada por Antonio Flores,a la cabeza. Junto a los González y su media docena de vinos de más de noventa puntos (el de mayor puntuación un 96) aparecen la familia Rivero (Bodegas Tradición) con cuatro; Barbadillo, bajo la inspiración de Montse Molina, con 9; los mismos que cosecha Williams & Humbert, en la que se nota la mano de la joven enóloga Paola Medina con la colección de Añadas como estandarte; y Lustau, que tras la sucesión del malogrado Manuel Lozano por Sergio Martínez, se corona con doce vinos excelentes.

La relación se completa con dos vinos de la renovada Cayetano del Pino, otros dos de Hidalgo La Gitana, el 'Fino Perdido' de Sánchez Romate, y el 'Fino en Rama' de Fernando de Castilla.

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