Análisis
Santiago Carbó
Algunas reflexiones sobre las graves consecuencias de la DANA
El número de viviendas turísticas continúa creciendo en la ciudad, un fenómeno que viene reflejado en el último avance conocido este jueves sobre la Medición del número de viviendas turísticas en España y su capacidad que semestralmente elabora el Instituto Nacional de Estadística (INE) con datos recogidos de portales especializados en alojamientos de este tipo. La cifra total de alojamientos de este tipo contabilizados en toda la ciudad es de 742, un 9,6% más que hace dos años.
Como es de prever, la mayor concentración se produce en el centro histórico (siete de cada 10 de los registrados por esta estadística oficial). Zonas como el entorno de la Catedral-Arroyo y las plazas Belén, del Arenal o de las Angustias son los enclaves donde la proporción vivienda residencial/vivienda turística es superior en comparación con el resto de la ciudad.
El INE detecta que se ha producido un notable incremento en el conjunto de la ciudad en comparación con 2021, donde hubo una bajada respecto a 2020, primer año en el que se hizo este estudio. Aunque por número siga sin estar entre las ciudades con más viviendas turísticas (hay 27 en toda la comunidad que le superan), bien es cierto que esta estadística está encabezada fundamentalmente por municipios costeros —Marbella, Málaga, Mijas o Benalmádena son las que más tienen en Andalucía, mientras que en la provincia localidades como Conil, Chiclana, Cádiz o El Puerto tienen más que Jerez—. Sin embargo, solo en Sevilla, Córdoba y Granada hay registradas más si se tienen en cuenta aquellos destinos que no son de playa.
Bien es cierto que no hay ninguna zona de la ciudad donde el porcentaje de viviendas turísticas respecto al de inmuebles residenciales sea superior a los 10 puntos porcentuales, tal y como ocurre en ciudades de gran afluencia turística como Sevilla o Granada —en la capital andaluza, por ejemplo, hay cuatro viviendas turísticas por cada 10 viviendas en puntos como el barrio de Santa Cruz, por ejemplo—. Ahora bien, el número de este tipo de alojamientos en el centro de la ciudad ha crecido notablemente en los dos últimos años (en 2020 se contabilizaron unas 460, según el INE, un 15,4% menos).
El enclave con un mayor número de viviendas turísticas en el casco histórico jerezano se encuentra en la sección censal que engloba el entorno de la Catedral y Alameda Vieja, así como las calles José Luis Díez, Visitación, plaza Plateros, Alameda del Banco y los números impares de calle Larga y Lancería (en agosto había contabilizado 64 inmuebles en oferta). En él, la proporción vivienda turística/residencial es del 6,6%.
Mientras, la zona de Jerez con un mayor porcentaje de vivienda turística en comparación con la residencial es la conformada por la plaza de San Marcos, Compañía y Francos, donde la proporción se sitúa en los 8,3 puntos porcentuales. En los dos últimos años ha habido un incremento de un punto y medio, según los datos recopilados por el organismo estadístico.
Otro de los puntos con una mayor concentración de este tipo de alojamiento turístico es el entorno de la plaza de las Angustias (incluye calles como Sol, Molineros o Santísima Trinidad, entre otras) donde se han contabilizado unas 40 (el 8,1% del total de las existentes en este enclave del centro histórico.
Corredera es otra de las calles del centro de la ciudad con más oferta de viviendas turísticas (28, un 7,3% del total de viviendas) junto al entorno de la plaza de Abastos y del teatro Villamarta (un 6,7% de todos los inmuebles). Mientras, en los alrededores de la plaza Belén hay unas 64 viviendas turísticas contabilizadas y en las inmediaciones de la Iglesia de San Miguel, una treintena.
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