Back in Business vuelve para salvar todas las bodegas de Nueva Rumasa

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Los nuevos planes de los propietarios del ex grupo de los Ruiz-Mateos pasan por mantener las cuatro firmas bodegueras en concurso · No ocultan que la reestructuración implicará recortes de plantilla

Back in Business vuelve para salvar todas las bodegas de Nueva Rumasa
A. Espejo

10 de noviembre 2011 - 08:24

Los nuevos propietarios de Nueva Rumasa, la sociedad Back in Business que tiene como último responsable al empresario valenciano Ángel de Cabo, se han tomado su tiempo antes de volver a Jerez para terminar de desvelar sus planes para las bodegas del grupo, que supuestamente darán a conocer la próxima semana.

El regreso de los emisarios de Back in Business se produce casi dos meses después de su primer desembarco en la ciudad y tres semanas después del plazo anunciado por sus nuevos gestores para la presentación del plan de viabilidad, del que únicamente trascendió en la anterior visita la necesidad de recortar plantilla y cerrar empresas para mantener sólo las rentables.

Los compradores, precedidos de fama de liquidadores por su actuación en Viajes Marsans, trasladaron entonces a los trabajadores del grupo su firme decisión de mantener el negocio bodeguero, premisa que, según fuentes sindicales, mantienen en su reaparición, aunque con un matiz fundamental en su discurso, ya que ahora aseguran que su voluntad es salvar a todas las bodegas, es decir, las cuatro en concurso –Complejo Bellavista (Garvey-Jerez), Zoilo Ruiz-Mateos, Valdivia y Teresa Rivero– y la quinta en liza y única ajena a la intervención judicial –Vinícola Soto–.

En cierta manera, el mensaje de los responsables de Back in Business ha tranquilizado a los trabajadores, ya que, según las mismas fuentes, los nuevos dueños no ocultaron en su primer contacto el martes con los representantes sindicales la necesidad de una reestructuración que llevará aparejada despidos.

La falta de noticias de los compradores hasta hace escasos días sembró el desconcierto entre los trabajadores, cuyo nerviosismo se plasmó en el acuerdo de la plantilla de Garvey de impedir la entrada a compañeros de otras bodegas del grupo que habitualmente desempeñaban su función en Complejo Bellavista porque así lo dipuso la familia Ruiz-Mateos.

La restricción de acceso se mantiene, y tanto los afectados –una decena de empleados– como los nuevos propietarios –siempre según fuentes sindicales– respetan la decisión, hasta el punto de que ayer no hizo falta montar guardia a las puertas del complejo bodeguero como en los días previos para impedir la entrada de personal ajeno a Garvey.

Hay otro detalle importante en el que otras fuentes consultadas por este medio encuentran una explicación a la tardanza en la reaparición de los compradores de Nueva Rumasa, y es que, al parecer, los correligionarios de Ángel de Cabo han tenido que seguir por medio mundo –los paraísos fiscales en los que estaban domiciliadas las sociedades matrices de Nueva Rumasa– el rastro de las marcas de los vinos, brandies y licores que se producen en en el Marco y que incluso los directivos de las bodegas desconocían se habían sido adquiridos por Back in Business.

Las firmas bodegueras del Marco son prácticamente las únicas empresas en las que los compradores de Nueva Rumasa mantienen la capacidad de decisión después de que los jueces que instruyen los distintos concursos de las sociedades participadas del entramado empresarial antes en manos de la familia Ruiz-Mateos hayan decidido paulatiamente apartar a los nuevos dueños de gestión.

Las marcas son el principal activo sin las que las bodegas no tendrían ningún futuro, aseguran fuentes del sector. Y lo más importante, las marcas no están afectadas por los concursos declarados en las bodegas, por lo que difícilmente se podría garantizar la viabilidad de las mismas sin su propiedad y sin contar con la cesión de su uso por parte de sus propietarios.

Los responsables de Back in Business llegados a Jerez aseguran que están en disposición de documentar la propiedad de las marcas, claro que hasta ahora únicamente han acreditado la compra de 19 de las sociedades matrices de Nueva Rumasa, al valor simbólico de un euro cada una.

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