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Marco de Jerez
Fedejerez se tambalea. La patronal bodeguera jerezana pierde uno de sus principales pilares con la decisión de José Estévez de abandonar la federación que agrupa a las principales bodegas del Marco para presentar una candidatura independiente a las elecciones a vocales del Consejo Regulador, trámite que formalizó ayer.
“Nos une mucho con Fedejerez, pero nos separa lo más importante y la disciplina de voto dentro de la patronal nos obliga, algunas veces, a votar en contra de nuestros intereses”, explicaron fuentes autorizadas de la firma bodeguera jerezana, no sin subrayar que pese a las dudas que han tenido hasta último momento al entender que no era el momento más propicio por la crispación vivida en las últimas semanas en el Marco, finalmente han dado el paso por “coherencia”.
Desde Fedejerez, su presidente Evaristo Babé manifestó ayer su pesar por una decisión que “no es buena para el sector”. “Estévez es una gran bodega con unos magníficos profesionales y siento mucho que por no compartir proyectos con otras bodegas se salga”, significó, al tiempo que puntualizó que “creo que es más fácil pelear por los objetivos comunes desde dentro que desde fuera, pero es su decisión y hay que respetarla, aunque confío en que la reconsidere”.
La ruptura debilita a Fedejerez en un momento en el que hay mucho en juego, ya que pierde a una de las bodegas con mayor volumen de ventas de la Denominación de Origen –Grupo Estévez abarca marcas como Real Tesoro, Valdespino y manzanilla La Guita– y al mayor propietario de viñedo del Marco, donde cuenta con 800 hectáreas.
Y aunque la patronal podrá contar con Estévez en asuntos de vital importancia para el sector como la negociación del acuerdo de modificación de los pliegos de condiciones en el que se enmarca la controversia entre el fino y la manzanilla, cuya solución se ha demorado unos meses, tendrá más dificultades para retener su apoyo en otras cuestiones sectoriales.
En concreto, detrás de la ruptura subyace la falta de apoyo de la patronal a la reivindicación de Estévez de buscar soluciones a otros problemas estructurales que arrastra el sector como los excedentes o la falta de rentabilidad, para lo que aboga por que todo lo que entre en una botella de jerez tenga su origen en el Marco –es decir, que el vino de Jerez sea 100% de Jerez en lugar de utilizar productos complementarios como el alcohol vínico o los mostos concentrados que se elaboran con uva de otras zonas vitivinícolas–.
Precisamente, los contactos mantenidos en los últimos meses por José Ramón Estévez, presidente de la bodega, con distintas organizaciones sectoriales en la búsqueda de apoyos para su causa propiciaron que su nombre sonara con fuerza como posible candidato a presidir el Consejo Regulador del vino tras las próximas elecciones de septiembre.
La candidatura de Estévez, llegado el caso –las elecciones del vino se vota a los vocales del pleno que, tras su toma de posesión, proponen al presidente del Consejo–, contaría con un amplio respaldo de los viñistas independientes de Asevi-Asaja y de una parte de las cooperativas del Marco, no así con el apoyo de Fedejerez, que según la información recabada por este periódico, considera que la presidencia del vino es incompatible con los intereses particulares de un bodeguero en activo.
La situación no es nueva para Estévez, que ya estuvo con anterioridad unos años fuera de Fedejerez entre finales de los noventa y mediados de la siguiente década con motivo del pleito de las histaminas que le enfrentó tanto a las principales bodegas del Marco como al Consejo Regulador.
Las mismas fuentes de la bodega explicaron que la decisión ha sido meditada y, aunque la lamentan, no cabía otra opción, ya que incluso se barajó la posibilidad de seguir asociado a la patronal y presentarse a las elecciones en su candidatura conjunta, pero tarde o temprano se habría planteado el dilema entre la defensa del interés general y el particular en una votación, lo que podría haber derivado en expulsión.
Hay un precedente de expulsión por este motivo en Fedejerez, el de Barbadillo en 2008, cuando la bodega sanluqueña rompió la disciplina de voto al oponerse a la redacción inicial del pliego de condiciones de la Denominación de Origen del vino de Jerez, en el que la crianza del Fino se restringía a los municipios de Jerez y El Puerto.
Con posterioridad se llegó a un acuerdo para incluir a Sanlúcar en la zona de crianza del Fino y se constituyó una comisión en el seno del Consejo que, dos años después, concluyó que no había diferencia entre el fino y la manzanilla –de aquellos lodos, estos barros–, pero Barbadillo, abanderada en la actualidad de la Asociación de Bodegas de Sanlúcar que reclama la diferenciación entre ambos vinos, terminó siendo expulsada por votar en contra del interés general.
La de Estévez no fue la única sorpresa que deparó ayer el cierre del plazo para la presentación de candidaturas a los 20 vocales del pleno del Consejo Regulador, donde Fedejerez pierde peso con cinco vocales frente a los ocho que tiene en la actualidad, mientras que las cooperativas –que ocupan a día de hoy cinco sillones– se convierten en la principal fuerza con posibilidad de alcanzar seis vocales bajo sus siglas y siete en la práctica con el del vinagre. En cuanto a los viñistas independientes de Asevi-Asaja, está por ver si conservan cinco de los seis vocales en sus manos o se quedan finalmente en cuatro.
La representación de Fedejerez se desinfla, ya que además del vocal de las bodegas Estévez, que pasa a ser independiente, perderá otros dos sillones en el pleno del vino, en el que mantendrá cinco vocales dentro del subcenso de las bodegas de más de 2.500 hectolitros, ya que la patronal bodeguera no presenta esta vez candidatura para el vocal del vinagre y cede otro de sus vocales a la manzanilla.
La única candidatura para la vocalía del vinagre, donde por tanto no habrá votación, se presenta bajo las siglas de la Asociación de Vinagreros de Jerez (Asevijerez), que según fuentes del sector ha alcanzado un acuerdo con Díez-Mérito para su estreno en el pleno del Consejo –en el censo del vinagre se exige que al menos la mitad de las ventas del condimento sean embotelladas, condición que cumple esta bodega, propiedad de Salvador Espinosa, presidente a la sazón de la cooperativa de Jerez–.
A propuesta de Fedejerez, la manzanilla, que hasta ahora tenía una vocalía, pasará a tener dos tras las próximas elecciones, ambos miembros de la nueva Asociación de Bodegas de Sanlúcar, aunque se presentan bajo las siglas Bodegas Tradicionales de Sanlúcar. Los titulares de la única candidatura presentada en este subcenso son Barbadillo e Hidalgo-La Gitana.
Los diez vocales del sector comercializador se completan con el vocal de las pequeñas bodegas –menos de 2.500 hectolitros–, donde la cooperativa Virgen de Palomares de Trebujena tiene todas las papeletas de ocupar el sillón frente a la sanluqueña Caydsa, avalada por Coag.
Coag, que renunció a presentarse en las últimas elecciones en desacuerdo con las normas del proceso, aspira a otras dos vocalías de entre las diez que se reparte el sector productor, la del viñedo de menos de 20 hectáreas, donde peleará con el candidato de Asevi-Asaja y la que presenta en representación de viticultores de la cooperativa sanluqueña de La Caridad por las cooperativas.
En el resto de subcensos de viñistas y cooperativas, todas son candidaturas únicas para ocho vocalías, cuatro de ellas para Asevi y otras cuatro para las cooperativas.
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