El jerez se topa con Trump en la protección del sherry en China
Bodegas
EEUU y Australia se oponen a la inclusión de los vinos jerezanos en el acuerdo sobre indicaciones geográficas con el país asiático
El acuerdo contempla aumentar la protección de 100 productos agroalimentarios europeos y otros tantos chinos
El vino de Jerez vuelve a chocar de frente con el Gobierno de Trump. A la tormenta por la disputa comercial que enfrenta a Washington con Bruselas tras la amenaza del presidente norteamericano de subir los aranceles a la entrada del vino francés, medida que salpicaría al resto de vinos europeos, se une el rechazo de Estados Unidos a la protección del sherry en China.
El acuerdo alcanzado por la Unión Europea y el país asiático sobre las Indicaciones Geográficas, por el que se contempla la protección de unas 100 indicaciones de alimentos y bebidas de calidad por cada lado, entre ellas el Vino y el Brandy de Jerez –no así la Manzanilla de Sanlúcar y el Vinagre de Jerez, que se quedan pendientes de la futura ampliación de términos geográficos reconocidos prevista en el acuerdo–, no ha sido bien recibido por las autoridades norteamericanas, que al igual que las australianas han presentado sus objeciones ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) por la inclusión del vino de Jerez –Jerez-Xéres-Sherry– en el listado definitivo.
En el repaso a los asuntos interés para el jerez en el último pleno del vino, los responsables del Consejo Regulador informaron sobre el rechazo de ambos países a la incorporación del sherry entre el centenar de indicaciones geográficas europeas que gozarán de mayor protección en China, asunto sobre el que deberá pronunciarse la OMC.
Si bien cabía esperar el rechazo al acuerdo de EEUU, país que se resiste a abandonar la elaboración de falsos sherries, entre otras muchas Denominaciones de Origen e Indicaciones Geográficas de vinos europeos que son usurpadas por los productores norteamericanos al considerarlos productos semigenéricos –el nombre se refiere a un estilo de hacer vinos y no al origen de los mismos–, la oposición de Australia es más difícil de entender.
No en vano, cabe recordar que el 1 de enero de 2010 entró en vigor el acuerdo bilateral suscrito por Australia con la UE para el abandono del uso de nombres de vinos europeos protegidos, caso del sherry, para el que las autoridades del país de las antípodas eligieron el término ‘Apera’ como sustituto para denominar a los vinos fortificados locales.
Junto a los vinos españoles y portugueses, en la lista de productos europeos para el acuerdo con China figuran el jamón español, el queso manchego, el whisky irlandés, la cerveza checa o el salmón escocés.
España cuenta en el listado con una docena de productos, lejos de países como Francia e Italia, con el doble de indicaciones cada una.
El acuerdo sobre protección de las Indicaciones Geográficas tiene su origen en las negociaciones iniciadas entre Bruselas y Pekín hace una década con el denominado proyecto ‘10+10’, en el que se incluían una decena de denominaciones por cada bando, dos de ellas españolas: los aceites de Priego de Córdoba y Sierra Mágina. Del ‘10+10’ se pasó al ‘100+100’ con el ánimo de que, una vez entre en vigor, se pueda pasar al cabo de cuatro años al ‘200+200’.
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