El jerezano Bruno Díaz impulsa al belenismo a ser Bien de Interés Cultural en Andalucía
La Federación Andaluza de Belenismo encargó en 2019 al investigador jerezano el informe por el que la Junta de Andalucía protege ahora como Bien de Interés Cultural el belenismo en Andalucía
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La Junta de Andalucía ha incoado el procedimiento para inscribir en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz (CGPHA), como Bien de Interés Cultural (BIC), con la tipología de Actividad de Interés Etnológico, el belenismo en Andalucía.
El jerezano Bruno Díaz ha sido el autor del informe por el que la Junta ha aprobado proteger como BIC el belenismo, un hito que permite protegerlo y mejorar su divulgación. "En 2019 se puso en contacto conmigo Andrés Quijano, presidente de la Federación Andaluza de Belenismo. Sabían que en 2015 me había doctorado con tema de belenismo y buscaban a alguien para que hiciera el informe. Han sido tres años de investigación complicados porque lo interesante que tiene el belenismo es su gran enemigo: su carácter efímero y cíclico", subraya el jerezano.
"Desde hace un tiempo somos más los investigadores los que nos interesamos por el belenismo porque vemos que tiene un gran valor artístico e histórico. Nombrarlo BIC le abre las puertas a todos los ámbitos de la sociedad", añade Díaz.
El doctor en Bellas Artes e investigador jerezano recuerda que en el siglo XVI comenzaron los belenes en los conventos femeninos, "empiezan a crear las representaciones entorno a la Natividad. En el XVIII empiezan a colaborar artistas de primer orden como La Roldana, José Risueño, Cristóbal Ramos, Duque Cornejo... En el XIX el portuense Ángel Martínez trae ese estilo costumbrista al mundo del belén y retrata fielmente la campiña, y en el siglo XX, el jerezano Pedro Ramírez Pazos revoluciona el mercado belenista, junto al madrileño José Luis Mayo, y se convierten en dos grandes referentes".
Para Díaz, haber logrado tipificar como BIC el belenismo andaluz ha sido cerrar un ciclo, devolver a esta disciplina artística todo lo que le ha dado desde que con sólo 8 años entró en la Asociación de Belenistas de Jerez. "Descubrí por el belenismo lo que son las representaciones artísticas. Gracias a la tutela de Pedro Ramírez Pazos, mi maestro, continué con mis estudios y cuando me profesionalicé quise poner en valor el belenismo porque sabía que tenía un interés cultural brutal", detalla.
El belenismo es de la representaciones artísticas "más completas que existen y además de las menos traumáticas para las personas que no son artistas. No es lo mismo enfrentarse a un lienzo en blanco que, a través de una especie de 'juego', afrontar con el belén todas todas las disciplinas artísticas, como la perspectiva, teoría del color, materiales, escultura... Hace unos días hablaba con mi compañero Javier García, del IES Seritium, de la gran relación que tiene el belenismo con el currículo de Plástica, que habla de tridimensionalidad, perspectiva, colores... Y la relación que tiene también con las enseñanzas artísticas con Grados como Arquitectura Efímera y el ciclo de Modelismo y Maquetismo".
Díaz resalta la raíz religiosa del belenismo, pero recuerda que ésta comenzó a desligarse en el siglo XVIII con el Belén Napolitano: "Fue una explosión de la artes del momento llevadas al pequeño formato y a partir del siglo XX entró en el mundo doméstico y empezó a acercar el arte a las familias, que sin darse cuenta buscan el ingenio, la elaboración de un proyecto, materiales... Ahora hay verdaderos profesionales que se dedican a esto y viven de ello".
Si hay algo que enorgullece al jerezano es que nombrar BIC el belenismo andaluz es "abrirle las puertas al ámbito educativo. Va a ser muy beneficioso, se va a ver fuera del contexto religioso y fuera del momento de Navidad. El trabajo se podrá ver en otros momentos y sectores, y además adaptado con la idea de que la gente joven conozca esto. A los jóvenes les parece desfasado, pero cuando mis alumnos comienzan a conocerlo les gusta, porque se dan cuenta del más allá. Ellos ven que tiene mucho potencial, además de su raíz religiosa que también es importante".
"Al igual que ha pasado con el carnaval o el flamenco, ahora el belenismo se podrá ver en institutos, en centros educativos, centros sociales... Es una forma de que no muera", subraya Díaz, quien añade que "en Jerez hubo un boom del belenismo en los años 80 y 90, y esa generación se va haciendo mayor. Hace falta gente joven que empuje y continúe con la tradición y que aporte algo nuevo. ¿Por qué no un Belén contemporáneo con materiales reciclados? Se puede abrir a la experiencia artística. La idea es que se vaya abriendo más a la investigación y que se acerque a la gente".
"Espero que con esta protección se abra a las clases y los jóvenes conozcan todo lo que les puede aportar el belenismo, porque cuando lo conocen les encanta", reitera.
Jerez, la primera de Andalucía
La Asociación de Belenistas de Jerez fue la primera que se creó en Andalucía, fue muy importante y creó un estilo, innovó en el uso del porexpan y dio una perspectiva diferente a la catalana. "Todo eso nació en Jerez y otras asociaciones han aportado muchísimo. Entré en la asociación en un momento álgido, me abrió las puertas Alejandro Cruz y era como un juego. Conocí a mi ídolo, mi maestro Pedro, y cuando empecé la carrera me di cuenta de todo lo que me había dado el belenismo", declara Díaz.
Por ejemplo, recuerda que "con Pedro practicábamos técnicas como el temple, y cuando llegué a Procedimientos Pictóricos y vi que se hacía temple, yo llevaba haciéndolo desde los 9 años y mis compañeros no sabían ni lo que era. La primera vez que escuché la Teoría del Color fue durante el montaje del Belén de Pedro en Caja San Fernando, en Porvera en el año 99, que me hablaba de cómo y por qué ponía los focos de una manera y no de otra, me habló de los colores complementarios... La Asociación de Belenistas aportaba muchísimo y tenía a gente muy potente".
"El belenismo atrae a mucha gente, tiene mucho valor patrimonial y económico. Es un mercado que ya se ha consolidado, de artesanos y profesionales que viven de esto", remarca el investigador. Para el jerezano, el belenismo hay que disfrutarlo y apuesta por la práctica para consolidar conocimientos: "Muchos belenistas crean obras de arte sin saberlo, porque a lo mejor tienen otros oficios. Y es además muy abierto. He visto un Belén con relación a la guerra de Ucrania que hacía referencia a la huida a Egipto. Te abre a mil opciones. Hay personas muy creativas que hacen verdaderas obras de arte y a nivel plástico son maravilla".
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