Capacidad de adaptación
Reflexiones sobre psicología
El alumnado debe aprender a evolucionar según las circunstancias
Muy pocas, son las palabras que necesita quien quiere entender y muchas, demasiadas, quien no quiere. Una de las principales cualidades del ser humano es su capacidad de adaptación al medio o a las circunstancias en las que vive. De lo contrario, seríamos una de las especies más imperfectas del reino animal, donde podemos encontrar ejemplos asombrosos de la capacidad de adaptación y cambio. Prueba de ello es como muchas especies cambian de hábitat o de entorno en función de las condiciones meteorológicas, teniendo que prepararse desde que nacen para realizar largos viajes. Otras especies son capaces de adaptar sus habilidades de mimetismo o camuflaje al entorno en el que se encuentran. Está claro, que las habilidades que son útiles en determinadas circunstancias pueden no serlo en otras. El cambio de las circunstancias, implica para cualquier especie desarrollar nuevas habilidades o en el mejor de los casos hacer unos retoques a las ya existentes, según sea el calibre de estos cambios producidos en su entorno.
De la misma forma, el ser humano es también una especie con estas prestaciones. Desde su nacimiento el ser humano se desarrolla, probablemente en el sentido del menor esfuerzo evolutivo, es decir, la dirección del crecimiento siempre será la que encuentra menor resistencia. Para tratar de explicar este concepto de crecimiento o desarrollo en el sentido de la menor resistencia, un sencillo ejemplo: si el menor tiene que elegir entre aprender dos conceptos, o realizar dos tareas A o B, donde la primera de ellas requiere el control de tres habilidades previas y la segunda solo de dos de esas habilidades, con mucha probabilidad será elegida la opción B, que es aquella que pueda realizar con mayores garantías. Así, es cada paso del desarrollo de los menores, elegir entre habilidades asumidas o intentar adquirir algunas nuevas, elección que desafortunadamente tan sólo acontece en casos de necesidad.
Así, llegará para el menor, el momento de tomar decisiones importantes en su curriculum académico, donde habrá de decidir entre elegir lo que parece mejor o elegir lo que parece más fácil. La decisión entonces no admite discusiones, si con mucha anterioridad no hemos conseguido hacer coincidir lo mejor con lo fácil, la elección seguirá el sentido de los requerimientos mínimos, lo fácil por encima de todo.
Hacer coincidir lo fácil con lo mejor, o dicho de otra forma, conseguir que lo mejor resulte fácil al alumno, ha de ser una de las prioridades de la educación, tanto a nivel escolar, como a nivel familiar. Cada aprendizaje, cada habilidad adquirida es una herramienta que permitirá luego la adquisición de otras de manera más fácil. Ejemplo de ello son las claras diferencias observadas en la motivación de aquellos que han de estudiar un libro de doscientas páginas, pero tienen una velocidad lectora de sólo cincuenta palabras por minuto y aquellos que pueden leer doscientas cincuenta palabras por minuto. Por hacerlo, más sencillo de entender, es menos probable que decidamos ir desde Jerez a Madrid con un automóvil que no pasa de cuarenta kilómetros horas o por una mala carretera que ir en un vehículo que alcance la velocidad máxima permitida y circulando por autovía.
Supedito, en estos momentos, la motivación a las aptitudes intelectuales, aunque ha de quedar claro que no siempre es así.
También en ocasiones son unas altas capacidades las que doblegan a las ilusiones por el aprendizaje, instaurando en su lugar, tan solo apatía y desgana hacía el colegio.
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