Chumberas en peligro de extinción

Una pared de chumberas atacadas por la cochinilla del carmín en uno de los 'cerrados' para los toros de la ganadería de Torrestrella en la finca Los Alburejos.
Una pared de chumberas atacadas por la cochinilla del carmín en uno de los 'cerrados' para los toros de la ganadería de Torrestrella en la finca Los Alburejos.

No teman. Sería temerario pensar que algún toro bravo podría escapar de la finca para ponerse a embestir coches en mitad de la Jerez-Los Barrios. Es del todo improbable y de ello se cuidan los criadores de reses bravas de las ganaderías que pueblan la comarca de la Janda, que reclaman no obstante una mayor implicación de la Junta de Andalucía para hacer frente a la plaga que arrasa las chumberas, en muchos casos, refuerzo natural de las lindes de los cerrados en los que reposa el ganado de lidia.

En la puerta de la plaza de abastos escasean este año los vendedores ambulantes de higos chumbos, el fruto de esta planta originaria de México y que habita en estado silvestre toda la cuenca del Mediterráneo, por la que se propaga a velocidad vertiginosa la plaga de la 'cochinilla del carmín' (Dactylopius coccus), así conocida por el colorante natural de tono rojizo de uso alimentario y en cosmética que se extrae de este parásito de los cactus.

La plaga entró por el levante español, posiblemente por Murcia o Almería, de los primeros destinos de la chumbera -también conocida como tuna, palera...-, que se trajo de América tras el descubrimiento para el cultivo de esta cochinilla algodonosa. Tras recorrer el litoral oriental andaluz de este a oeste, la plaga llegó el año pasado a la provincia, haciendo estragos en una planta que forma parte del paisaje por mucho que la Administración autonómica mire hacia otro lado al considerarla una especia invasora (alóctona).

La comarca de La Janda es de las más afectadas. Cerca de Medina Sidonia, en la finca Los Alburejos de la familia Domecq ya se han reforzado con vallas los tramos más debilitados de la barrera natural de chumberas, completamente secas en las palas más afectadas y repletas de motas blancas similares al algodón en los nuevos brotes que ataca con virulencia la colonia de estos insectos.

Las hileras de chumberas se pierden a la vista en la cuna de los Torrestrella, donde ocupan kilómetros y kilómetros en los que los higos chumbos ni han llegado ni se les espera. Los Domecq permitían el acceso a su explotación agrícola-ganadera de vecinos de Medina que se hacían cargo de la recolección con caña de los higos, con los que sacaban por estas fechas un sobresueldo como ocurre en otras épocas del año con los caracoles o las tagarninas.

Los Domecq han probado un tratamiento recomendado contra la plaga que no surte efecto por la necesidad de inundar las chumberas, tarea harto complicada tanto por la gran superficie que ocupa la planta como por sus características. Ante la falta de resultados, los propietarios de Los Alburejos ya se plantean sustituir las tunas por alambrado por motivos de seguridad, pues muchos de los cerrados naturales no cumplen ya su función. Pero no en todas las fincas de la zona están en condiciones de hacer frente a una inversión de este calibre. Además, muchas de las chumberas asentadas a los bordes de las carreteras están en tierra de nadie, con lo que el problema persistiría.

El alto coste de la operación es un handicap, pero la preocupación de los Domecq se extiende al valor ecológico de esta planta integrada en el paisaje de la zona, motivo por el que piden una intervención de la Junta que permita salvar las chumberas.

Tras consultar con vecinos de la zona para buscar posibles soluciones, a oídos de Luis Domecq, a cargo de la explotación agrícola y ganadera de la finca familiar, llegan noticias sobre el ofrecimiento del Ayuntamiento de Benalup a facilitar los medios para el arranque y la retirada de las plantas, mientras que en Medina, relata, han tenido que fumigar las chumberas próximas al casco urbano para que los vecinos puedan pasear por las noches, cuando millones de machos de la cochinilla -la versión alada del insecto- revolotean formando una "insoportable" nube blanca.

Ni en Los Alburejos ni en La Janda hay constancia de plagas de la 'grana tintórea' antes del año pasado, como tampoco la había del picudo rojo, el mismo que hace estragos en la población de palmeras de Jerez y que se ha 'fundido' tres palmeras en la finca en la que se crían los Torrestrella, aunque contra este mal sí hay un remedio efectivo.

stats