Ciudad, Medio Ambiente y Educación

Educación

Imagen del curso celebrado en el Centro del Profesorado de Jerez.
Mª Carmen Yélamo

10 de diciembre 2019 - 06:00

Jerez/En el siglo XXI, el hábitat natural del ser humano son las ciudades. Más de la mitad de la población mundial vive en ellas, en Europa un 75%, en España el 80% y hasta 2/3 lo hará en 2050. Esta expansión del fenómeno urbano plantea grandes retos de sostenibilidad en los que la educación ambiental se debe involucrar. De hecho, en la Cumbre del Clima celebrada en Madrid en estos días, se ha puesto el foco en la importancia de actuar en las ciudades, las cuales consumen más del 75% de la energía y producen el 80% de las emisiones de gases de efecto invernadero.

En noviembre se celebró en el Centro del Profesorado de Jerez el curso Ciudad, Medio Ambiente y Educación, que pretendía dar a conocer los retos, debates y planes actuales en materia de medio ambiente urbano, así como mostrar recursos para trabajar la educación ambiental en el aula.

El curso contó con charlas de expertos de la Fundación de la Nueva Cultura del Agua, de la Delegación Territorial de Agricultura, Pesca y Desarrollo Sostenible en Cádiz, del Ayuntamiento de Jerez, de Ecologistas en Acción y de profesorado de distintos centros de Jerez (IES Savater, IES JM Caballero Bonald, IES Seritium, CDP Las Esclavas), IES Paterna y CEIP San Ignacio de San Fernando. Además, se realizaron salidas a la estación de medida de calidad del aire de Chapín, la potabilizadora de Cuartillos, la depuradora de Jerez, el depósito de Aguas del Tempul y los jardines del Zoo.

Las ideas transmitidas versaron sobre la importancia de:

Tomar conciencia de la vulnerabilidad, dependencia del exterior e insostenibilidad de las ciudades.

Pasar de una economía lineal (fabricar, consumir y tirar) a una economía circular con nuevas formas de diseñar productos, de comportamiento y de gestionar los residuos.

Reducir el uso del coche privado a favor de los desplazamientos a pie, en bici y en transporte público.

El verde urbano, la biodiversidad y la recuperación de espacios públicos.

Buscar modelos urbanísticos sostenibles.

Una transición alimentaria basada en la proximidad, temporada, producción ecológica y hábitos saludables.

La participación y movilidad social.

Construir ciudades sensibles al agua en la que ésta no se entienda sólo como un recurso productivo sino en las que los ríos se vean como ecosistemas a conservar, así como ciudades con sistemas de drenaje sostenibles.

•A nivel educativo, se destacó la necesidad de:

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