Clasificar, ordenar y cuantificar
Cerebros en toneles / Educación
El término científico aparece todos los días en los medios de comunicación. Todo el mundo valora la ciencia, pero no siempre se tiene claro en qué consiste esa praxis científica. La editorial sevillana Senderos ha publicado La ciencia, sus imágenes, sus conceptos, del matemático y filósofo Javier de Lorenzo, una obra que de forma rigurosa, crítica y creativa nos acerca al hacer científico y nos empuja a seguir investigando.
Para explicar y comprender la physis, la naturaleza, los científicos construyen conceptos. La ciencia que hoy desarrollamos arranca en el siglo XVII, con su imagen mecanicista del universo. El reloj se presenta como el mecanismo ideal. A partir del siglo XIX aparece otra imagen, gracias al dominio de la electricidad y el calor, con la locomotora como modelo de artefacto dinámico movido por un motor interno. El hacer científico se va a desplegar dentro de esas imágenes de la realidad. Son metáforas-raíz que contienen valores, ya que establecen lo que debemos observar y manipular.
Dentro del mecanicismo hay tres hipótesis que hacen posible la ciencia. Existe una realidad física independiente del sujeto. Esa realidad posee una estructura matemática. Y es posible obtener conocimiento objetivo de parcelas de esa physis. Para conocer la naturaleza, es preciso experimentar, llevar acabo algún tipo de manipulación agresiva de la realidad. La praxis científica consiste en elaborar conceptos y artefactos técnicos. Entre ambos hay una interacción constante. Cuando relacionamos conceptos de forma coherente para explicar un conjunto de fenómenos, surgen las teorías.
Según Javier de Lorenzo, clasificar, ordenar y cuantificar son los tres procesos que subyacen a la praxis científica. Son tres procesos necesarios en la ciencia que dan lugar a tres tipos de conceptos: clasificatorios, comparativos y magnitudes. La ciencia no solo cuantifica. “El paso de conceptos clasificatorios a magnitudes a través de los comparativos se considera uno de los grandes logros científicos". Hay ciencias, como la antropología, que solo utilizan los clasificatorios. La psicología recurre tanto a los clasificatorios como a los comparativos. Y la física, la química, la biología… usan los tres, clasificatorios, comparativos y magnitudes, por eso son las ciencias por excelencia. Así pues, según el tipo de conceptos, habría tres clases o tres niveles de ciencias.
En el libro hay dos enfoques: el estructural, que analiza los requisitos formales (lógicos); y el genético-epistemológico, que aborda el surgimiento de esos conceptos a la largo de las historia de la praxis científica. El enfoque formal nos permite saber qué es una buena taxonomía, por ejemplo, si cumple los criterios lógicos necesarios y si es útil para describir cierta parcela de la naturaleza. De nada sirve una clasificación u ordenación incoherente o arbitraria. A lo largo de texto aparecen múltiples ejemplos, como los grupos sanguíneos o la tabla periódica de los elementos. Javier de Lorenzo insiste en las implicaciones filosóficas, científicas y sociales que conlleva la elaboración de una clasificación determinada.
Tras la clasificación y la comparación viene la cuantificación. “La conceptualización cuantitativa se ha estimado como la auténtica creación del hacer científico.” Javier de Lorenzo explica los tipos de magnitudes, su estructura formal, y los problemas prácticos que genera la medida. Las magnitudes básicas forman una red o malla, lo que genera relaciones y leyes. El marco del mecanicismo, el surgimiento de los estados modernos y el capitalismo condicionan ciertas elecciones de la comunidad científica, como el sistema universal de medidas. En el libro explica cómo han ido surgiendo las medidas de longitud, masa y temperatura, dentro de determinados marcos conceptuales y sociales.
Cuando aborda cómo se han construido los conceptos científicos a lo largo de la historia, queda bien claro que el hacer científico es una labor abierta, inacabada, en la que se requiere un gran trabajo y una gran imaginación. Además, el hacer científico se desarrolla en sociedades concretas. Así que múltiples factores inciden en su desarrollo. Según los tipos de conceptos que utilicemos, realizaremos diferentes comprensiones de la naturaleza y del ser humano. Los conceptos hacen posible ciertas técnicas, que su vez estimulan la creación de nuevos conceptos. Y una reflexión final del autor. ¿Es todo cuantificable en la physis? ¿Se reduce la matemática a la cuantificación? La respuesta es clara: “La creación matemática no se limita a la cuantificación.” Además de la medición, para comprender la physis, el científico maneja estructuras como las topológicas y las algebraicas.
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