“Clinfor apuesta por lo transversal con nuevas especialidades e incluso abriendo otras líneas de negocio”
Alfonso Puerto, fundador y gerente, afirma que Clinfor ‘se va a expandir, va a seguir expandiéndose durante muchos años’
-¿Cómo nace Clinfor?
-Nació hace cuestión de unos 20 años, como consecuencia de un accidente de tráfico que yo tuve. A raíz del cual profundizo en la realidad de los accidentados de tráfico. Como comercial que siempre he sido se me ocurrió montar una clínica propia especializada en accidentes de tráfico. La primera fue en Cáceres. Fue el origen de nuestros centros. Después emprendí en Sevilla. Y, tras Sevilla, lo hice en mi tierra, en Jerez, para montar otras nueva clínica. Posteriormente fuimos creciendo y pronto estuvimos presentes en toda Andalucía.
-Con la especialización en accidentados de tráfico, ¿verdad?
-Nuestra especialidad siempre ha sido accidentados de tráfico aunque debo decir que, tras esta pandemia, que ha sido muy complicada para líneas de negocio como la mía, nos hemos percatado que había que abrir el eje. No ha quedado más remedio y además en este caso para bien. Por lo que hemos dado una vuelta de tuerca más desde el punto de vista de una mayor amplitud empresarial. Abriendo un abanico más diverso de especialidades: hablamos de ginecología, oftalmología, dental, estética, traumatología, servicios de urgencia y, por último, más reciente, la neurofisiología. Esto último es de veras interesante, con nuevos aparatos que tratan toda el área de la fibromialgia, la ansiedad, la depresión, las adicciones, etcétera.
-Muchos años en la vanguardia empresarial. Hablamos, por ende, de Clinfor como una marca más que consolidada.
-Clinfor lleva más de veinte años en Jerez. Y seguirá abierto, como mínimo, otros veinte años más. Conservaremos los accidentes de tráfico, como siempre hemos abordado, y así ha sido nuestra especialidad. Pero también hemos abierto, ya digo, un abanico mayor dedicado a muchas especialidades. El empresario debe aportar siempre por un sentido transversal de su marca.
-¿Cómo ve a Clinfor en un futuro inmediato?
-Hay muchos futuros para Clinfor. Es cierto que a los fondos de inversión les gusta mucho tocar los centros sanitarios y detrás de Clinfor hay varios fondos de inversión que están tocándonos para ampliar y montar un hospital, en toda su dimensión, con todo lo que ello conlleva. Ya hay un proyecto en este sentido. Estamos muy ilusionados. Podemos confirmar que, tras la remontada del daño que nos hizo la pandemia, Clinfor se va a expandir, va a seguir expandiéndose durante muchos años.
-¿Cómo se las arregla un empresario joven, como es su caso, para llevar al día su fuerte apuesta empresarial?
-El mundo empresarial siempre me ha gustado. Con diecinueve años ya tenía varios bares. Y me adentré en el sector de la hostelería. Actualmente mantengo más de treinta y cinco sociedades, desde la variante de que, por ejemplo, tengo un taller en Marbella, en el me dedico al blindado de coches de lujo, hasta una propia marca de ropa. O, en el empeño de seguir emprendiendo, ahora también he montado varios salones de juego. Me gusta tocar todos los palos. En algunos fracaso, naturalmente, porque el hecho de que seas empresario no quiere decir que siempre triunfes. Y en otros encuentro la veta y sé cómo explotarla. Quizás la pandemia -que tanto nos afectó a Clinfor inicialmente al no existir movilidad ninguna- ha propiciado esta propia opción transversal de la marca.
-El Alfonso Puerto niño… ¿qué quería ser realmente mayor?
Empresario. Siempre lo tuve claro. A sabiendas además de que ser empresario es muy duro. La gente cree que esto es coser y cantar. Que es fácil este cometido. Y no. Es durísimo. Pero apasionante a la vez. Implica muchas cosas.
-¿Y el Alfonso actual cómo se ve en unos años?
-El Alfonso actual se ve en unos años sobre todo delegando. No podemos estar todo el día trabajando. Hay que disfrutar también de la familia, en mi caso de mi mujer y de mi niño pequeño. Delegando pero siempre al pie del cañón. Porque no puedo dejar de trabajar. El empresario siempre trabaja. Y siempre le gusta estar pendiente de sus negocios. Y aunque uno diga que no va a montar nada más, al final terminas montando. Porque llevas en la sangre el emprendimiento. Te gusta probar más cosas, aunque, como ya hemos comentado, no quiere decir que siempre funcionen. Es lo que me he referido antes: que de dos años a esta parte he montado salones de juego, quién se lo iba a imaginar. Pero se me propone y emprendo. Es necesario el emprendimiento.
-¿Qué consejo, no estrictamente técnico, transmitiría a los jóvenes que sueñan con ser empresarios?
-Que siempre nos vamos a caer, y siempre hay que saber levantarse. Y que el sol sale todos los días. Con esto que ha ocurrido tan duro de la pandemia muchos nos hemos caído de alguna manera, pero tenemos que aprender a levantarnos. Para seguir intentándolo. Y para seguir obteniendo éxito gracias al esfuerzo personal.
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