Denuncian la mala calidad del servicio de comedor escolar del CEIP Pablo Picasso
Educación
Un grupo de familias del centro educativo reconocen, tras diez catas realizadas, que la comida que se sirve es "inmunda, escasa, repetitiva, insípida y a veces incomible"
Facua y Flampa abordarán las "deficiencias" en los comedores escolares de Jerez
La calidad de la comida que se sirve en los comedores escolares de la ciudad sigue estando en entredicho para muchas familias jerezanas. Desde que en 2019 se denunciara la situación del colegio Gloria Fuertes y su comedor, que provocó incluso el salto a la gran pantalla con el programa del mediático cocinero Alberto Chicote, nada o poco ha cambiado en muchos de ellos. Así al menos lo sigue denunciando la Federación Local de Ampas de Jerez, la Flampa, y sobre todo las familias que pese a muchos intentos acaban en una situación de desamparo claro.
En los últimos meses, la propia Flampa ha intentado, a través de Facua, buscar alguna solución a muchas de estas licitaciones, que mayormente pertenecen a una misma empresa pero contra las que nada pueden hacer, principalmente porque sus quejas quedan en saco roto cuando se intentan trasladar a la administración autonómica.
Este problema no es nuevo, pues se viene arrastrando desde 2016, cuando muchas empresas de cátering se adentraron en los comedores escolares, viendo así una buena oportunidad de negocio. Entonces, las familias ya expresaban este mismo malestar, que hoy por hoy, siete años después y con otro gobierno en la Junta, se mantiene igual. Y es que, como reconocen los mismos padres, "estas empresas cumplen con la normativa, pero la calidad de las comidas que ofrecen deja mucho que desear".
¿Dónde está el problema entonces? ¿Debería la Junta controlar de forma más estricta este tipo de servicios? ¿Debería aumentar la cuantía de las licitaciones buscando así una mejor calidad de los productos que se sirven? ¿Deben las familias ser mucho más insistentes y exigentes con respecto a estos comedores? ¿Habría que apostar por las cocinas propias en los centros y evitar estos servicios externos?
Son muchas las preguntas que se pueden hacer en torno a este asunto, aunque la realidad es que los comedores escolares siguen siendo un auténtico quebradero de cabeza para muchas familias jerezanas, que en muchos casos, no pueden permitirse el lujo de prescindir de ellos, a veces por cuestiones económicas y otras porque la conciliación laboral no se lo permite.
El último capítulo de este tema se ha dado en el CEIP Pablo Picasso de Estella. Como en otros centros educativos de la ciudad con comedor escolar licitado a empresas externas, las quejas por la calidad del menú o de los productos que se sirven están a la orden del día, y casi siempre con la misma empresa, Aramark, que maneja casi la totalidad del servicio en Jerez.
En dicho centro, un grupo de padres y madres ha denunciado a la Consejería "las deficiencias" que se dan en el servicio comedor del colegio de Estella, "pero de momento no hemos recibido respuesta por parte de la APAE que es la gestiona este servicio", reconoce Macarena Calvo, una de las afectadas.
Para ello, han llevado a cabo un informe basado en los últimos cuatro meses del pasado año, septiembre, octubre, noviembre y diciembre. En total, 71 días de análisis a las comidas, auspiciado además por diez catas que la empresa concesionaria ha permitido a estos padres. Tras ello, familias reconocen abiertamente que la "la comida que comen nuestros hijos es inmunda, escasa, repetitiva, insípida y a veces incomible".
El informe habla de alimentos concretos. Así, denuncia "la mala calidad de la fruta, que deben ser frescas y de primera calidad y siempre están en mal estado" y también de los lácteos "pues los cuatro días que les tocan lácteos al mes los solucionan con un yogurt, que por cierto, siempre es de coco. ¿No hay más sabores?". Asimismo, lamentan que el pan "no venga envasado individualmente, y no es así".
En palabras de este grupo de padres, los menús "no cumplen con la adaptación y frecuencia de alimentos, ni con la variedad dentro del mismo grupo, no cumplen el empleo de recetas variadas ni el tamaño de las raciones". Además, según explican las familias tampoco se ofrece "información nutricional del menú, tal y como exige el reglamento" y las medidas sanitarias "dejan mucho que desear".
Un dato pone de manifiesto toda esta situación, y es que el comedor escolar del centro ha pasado de contar más de 60 comensales hace unos meses a contar únicamente con algo más de veinte, una situación "que demuestra que algo está pasando y las familias se están dando cuenta, no quieren que sus hijos coman comida de esa calidad", asegura Macarena Calvo.
Desde Aramark, por su parte, según se especifica en este mismo informe, se asegura que se cumple "rigurosamente con el Pliego de Prescripciones técnicas y el Plan Evacole".
Los padres y madres denuncian también que las inspecciones que se realizan a este tipo de servicios, tanto por sanidad como por los miembros del citado programa Evacole "son visitas avisadas en fecha y hora, con lo cual es difícil encontrar alguna anomalía".
Pero la situación que se vive en el CEIP Pablo Picasso se extrapola a otros centros de la ciudad, si bien es cierto que a día de hoy no han sido denunciados públicamente como sí ha ocurrido en Estella. Así, en los últimos meses ha habido también quejas en colegios como el Blas Infante o La Marquesa, donde algunos padres han comenzado a movilizarse en este mismo sentido.
Este ambiente se contrapone al que se vive en los denominados comedores de gestión propia, cuya aceptación en los centros donde continúan vigentes es muy alta.
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