Crisis, cambio o conflicto

EN el año 2007 comenzamos a hablar y a gastar mucha tinta sobre las medidas que se debían tomar para afrontar la crisis que se avecinaba, y que el Gobierno desmentía mientras la oposición la confirmaba una y otra vez. Fueron muchas las soluciones que economistas y escuelas de negocios nos sugerían, pero que todas se resumían en "bajar costos".

Esto supuso, entre otras medidas, despidos en nuestro sector del comercio de la construcción. Se estima que unos 600 puestos de trabajo en la provincia de Cádiz se han ido al INEM, pero además son muchas reducciones de jornadas y extras que se han ido al traste. Ni que decir tiene que esto se ha convertido en nuestro sector, al igual que en otros, en una crisis de paro, empobrecimiento de los trabajadores y grandes pérdidas para los empresarios, que ya hemos invertido para salir de esta crisis los beneficios de años anteriores.

Hay que añadir a todo esto la escasa financiación por parte de las entidades financieras, no sólo a nosotros los empresarios, sino también al público consumidor, que se ha ido empobreciendo a lo largo de esta crisis. Además de todo esto, tenemos que sumar una bajada de ventas en nuestro sector de un 25% anual desde 2007.

Esto es lo que hemos padecido hasta la fecha, pero tenemos que añadir un factor que porque no sea económico, no deja de tener más importancia, y estamos hablando del factor psicosocial. Si crisis significa cambio como dicen, para los sociólogos cambio significa conflicto.

Nos referimos a conflictos laborales, entre socios, familiares… El ser humano es reacio a los cambios, por lo tanto esto va a suponer que cuando toda esta situación de crisis-cambio-conflicto acabe, nos vamos a encontrar con trabajadores y empresarios desmotivados. ¿Cuánto tiempo vamos a tardar en motivarnos? Y me pregunto, ¿quién va a responder de todas estas pérdidas y del conflicto psicosocial que esta crisis está provocando? ¿De quién es la responsabilidad?

El consumidor no tiene seguridad ni confianza para decidir sus compras, por lo tanto, el consumo continuará bajando. ¿Quién va a transmitir la seguridad que necesita el consumidor para ganar confianza? Mientras esto no ocurra, el consumidor no decidirá comprar y las empresas de comercio, continuarán con los despidos, reducciones de jornadas y cerrando establecimientos.