El Cristo del Amor perpetúa la memoria de Ramón Chaveli

Al imaginero se le dedica la plaza Mirabal, en la que se ubicó el taller del artista valenciano

Un momento del acto celebrado en la jornada del pasado viernes.
Un momento del acto celebrado en la jornada del pasado viernes.
Francisco Abuín Jerez

31 de mayo 2015 - 01:00

Las bodas de diamante de la hermandad del Cristo del Amor han hecho posible un digno y merecido reconocimiento a Ramón Chaveli Carreres, un artista cuya obra para las hermandades tiene en Jerez sus creaciones más importantes, algunas de las cuales pasan por ser referentes devocionales absolutos: el Señor de la Salud en sus Tres Caídas y el Señor de la Vía Crucis, además de ser el autor del crucificado de la cofradía del Martes Santo. Así, desde el viernes la histórica plaza Mirabal tiene el apellido 'de Ramón Chaveli' con la dedicación del lugar donde el imaginero tuvo su taller.

En la plaza se convocó un acto en el que se descubrió la placa nominativa de la plaza junto a una lápida colocada por la hermandad en la que se perpetúa la memoria de Chaveli. El hermano mayor, Juan Verdugo, destacó en su intervención el afán de la corporación nazarena de rendir tributo a quien hizo la imagen del Cristo del Amor junto a las restantes realizaciones que firmó para el mundo cofrade o sus trabajos en diferentes iglesias. En pocas palabras, Verdugo justificó el acto como respuesta a una deuda pendiente del mundo cofrade con el escultor. En nombre de la familia estuvo presente la nieta de Chaveli Carreres, Reyes Chaveli, que con emoción expresó lo que para su apellido significa este recuerdo a su abuelo al que evocó, agradeciendo el Ayuntamiento y a la hermandad el gesto. Finalmente, el concejal José Galvín exaltó la figura del imaginero pero yendo más allá para subrayar que es homenaje a una familia de artistas que pese a su origen valenciano, su trayectoria en Jerez la hace totalmente de la tierra.

Ramón Chaveli nació en Valencia en 1879 y se estableció en Jerez en 1923. Su trabajo como imaginero religioso puede dividirse en tres etapas: una primera en sus inicios, a partir de 1927, en la que realizaría trabajos para Arcos, demostrando su valor artístico, con restauraciones, pasos y algunas imágenes.

Su segunda etapa importante se desarrolla en Jerez como restaurador, en especial en la iglesia de la Compañía de Jesús y en el convento del Carmen, después de los acontecimientos ocurridos el 13 de mayo de 1931, cuando quedaron prácticamente arrasados. Pero la etapa más productiva será a partir de 1937, primero con sus trabajos para Huelva, donde realiza todas las imágenes para la Hermandad del Nazareno y el Cristo de la Expiración de la Cofradía de la Esperanza, obras que le consagran como imaginero. En concreto, entre 1939 y 1942 se abre el periodo más fructífero del taller con la realización de numerosas tallas, lo que coincide con la vuelta de su hijo Tomás después de estar más de tres años en la guerra.

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