El Cristo de la Viga, referente de la grandeza de la Semana Santa
Susana Merino ofreció ayer el pregón dedicado a esta imagen en la Catedral, un acto clásico del calendario cofrade en la fiesta de la Transfiguración del Señor
La festividad de la Transfiguración del Señor tuvo ayer en la ciudad su cita religiosa de la mano de la hermandad del Cristo de la Viga, que como cada año convocó los actos dedicados a su crucificado titular. Misa, entrega del galardón 'Cofrade Ejemplar' y pregón al Cristo de la Viga, fue la secuencia que ayer acogió la Catedral en una noche de gran sabor cofrade y todo un clásico en el calendario anual. Esta festividad y su conmemoración se constituye en el único acto de envergadura que tiene lugar en agosto, excepto la tímida celebración de la Asunción del día 15, hasta los cultos patronales de septiembre. Precisamente la Virgen de la Merced fue en gran medida protagonista del pregón ya que su autora, Susana Merino, es manifiesta devota de la imagen y hermana del Transporte. La cofrade cuenta con bagaje en los atriles cofrades, incursiones que están señalándola como una 'posible' para las más importantes convocatorias y 'ternas' de pregonero. En 2004 tuvo a su cargo la Oración Poética de la Semana Santa dedicada, en 2008 ofreció el pregón de Nueva Jarilla, las exaltaciones poéticas de la Peña la Bulería, el pregón de la Navidad del Cristo y 2010 la Exaltación de Perdón, entre otras citas.
Un poco antes de la hora prevista, con la nave del evangelio llena y teniendo detrás al crucificado ante su altar, Merino ofreció un pregón en el que el Cristo de la Catedral y la Virgen del Socorro, "auxilio de todos los jerezanos en todos los tiempos", fueron protagonistas, como no podía ser otra forma. Pero no dejó escapar la oportunidad de reivindicarse como cofrade de la Merced y devota de la Patrona. Fue un pregón dedicado al 'Gótico Doliente' que para ella es la grandeza misma de la Semana Santa jerezana. No eligió una estructura concreta y sí fue desgranando sentimientos, percepciones de cofrade y retazos históricos de cómo la Virgen fue bendiciendo a los jerezanos a lo largo de la historia. La exaltación duró unos 30 minutos, un canto pleno de poesía y prosa en el contexto de lo que viene siendo esta cita con momentos especiales como la proclamación del Cristo transfigurado y por supuesto a la Virgen de la Merced con referencias a los momentos que a lo largo de la historia ha ido a la Catedral, el último en mayo de 2011 con motivo del cincuentenario de su coronación canónica.
No faltaron minutos de poesía para el Señor del Consuelo y Madre de Dios de la Misericordia, en una secuencia de sentimientos que ofreció con toda su entrega y cariño hacia quienes se han acordado de ella para ocupar este importante atril por el que han pasado los grandes de la pregonería jerezana.
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