Curan

Lectores sin remedio

Curan
Curan
José López Romero

15 de diciembre 2023 - 06:00

Jerez/En un anuncio de tv. un famoso entrenador afirma convincente que “el fútbol lo cura todo”. Yo que he sido futbolero toda mi vida, dudo del poder sanador de este deporte, por mucho que nos intente convencer el mismísimo Simeone. A menos que se entienda por proceso curativo los insultos a los árbitros y a los jugadores del equipo rival, los exabruptos racistas escondidos bajo el amparo de la masa, etc., el llamado desahogo del energúmeno. Nunca he visto que un descerebrado que insulta, que agrede o que acuerda con los descerebrados del equipo contrario pegarse una paliza se curara de su mentecatez ni siquiera viendo a su equipo ganar; sino todo lo contrario, persiste terco en su imbecilidad crónica.

En cambio, sí puedo afirmar categóricamente, aunque mi persona no disfrute del prestigio de Simeone, que los libros sí curan, y están especialmente indicados para enfermedades de nuestro tiempo. Y como prueba, valga la iniciativa que podíamos leer hace unas semanas que han tenido algunas farmacias de Galapagar de recetar libros contra la soledad, campaña promovida por la ONG “Acervo Intergeneracional”. No hay mejor establecimiento -afirma el reportaje- que una farmacia, pues a ella acuden a diario las personas que más sufren esta enfermedad: los mayores. La lectura es sólo el principio de todo un proceso curativo que pasa por el intercambio de opiniones, los comentarios, el taller de lectura, hasta lograr el objetivo último: formar una familia en torno a los libros. Incluso esta ONG también ofrece “la posibilidad de convertirse en una pareja lectora. Es decir, un voluntario y un beneficiario se organizan para leer juntos y así descubrir temas de los que hablar para combatir la soledad. Todo gracias al increíble poder que tiene la lectura y a una muestra de lo que se llama “escucha activa”, nos informa el reportaje.

Y hace ya un tiempo saltó a los medios de comunicación otro reportaje titulado “biblioterapia literaria”, una iniciativa que la doctora Ella Berthoud había puesto en práctica en su consulta: les hacía a sus pacientes un pequeño test de sus gustos lectores y les recetaba las novelas indicadas para sus dolencias. Una terapia que no es tan moderna ni disparatada, pues la lectura en el antiguo Egipto ya se consideraba “medicina para el alma”. No cabe ninguna duda de que leer favorece la actividad cerebral y la capacidad de imaginación y de evocación de recuerdos, como también el espíritu crítico, tan necesario en estos tiempos. Como todo deporte, para un aficionado el fútbol es fuente de alegría, de felicidad y, sobre todo, de pasiones, que deben controlarse con el sentido común y la buena educación (“Respeto”). ¿Curar? al energúmeno que vemos en los estadios ya no lo cura ni la mejor de las novelas.

Jerez: fotografía y libros

Son muchos los libros de fotografías dedicadas a Jerez de afamados fotógrafos que han ido viendo la luz a lo largo de los años. En este sentido sería imperdonable no recordar aquel ‘Fermento’ firmado por Alberto Schommer con textos de Francisco Bejarano, el ‘Jerez sueña’ de Eduardo Pereiras o ‘Acto de mirar’ de José Antonio Carmona fruto de largos años de experimentación con la cámara. Ellos son solo unos ejemplos del rico y efervescente panorama de la fotografía que se vive en Jerez desde hace unos años –con la “Agrupación fotográfica jerezana” como gran referente-, materializado en exposiciones algunas de ellas con la fortuna de editar un catálogo en papel, que no es pequeño legado.

Sin embargo, son pocos los libros editados que hayan contemplado la fotografía desde las dos perspectivas históricas posibles: bien introduciéndonos en la propia historia de la fotografía jerezana con sus principales hitos y protagonistas, o bien para contarnos la historia de nuestra ciudad a través de la fotografía. En Jerez esta visión de la fotografía desde la historia la inició el ya mencionado Eduardo Pereiras Hurtado que con aquel ‘La Historia de la fotografía en Jerez en el siglo XIX’ (2000) profundizaba en una parcela historiográfica hasta ese momento poco o nada hurgada por los investigadores. Luego llegaría otro libro también fundamental aunque este centrado en darnos una visión de la historia del Jerez contemporáneo desde las imágenes, pero especialmente desde la fotografía. Se trataba de ‘100 años de imágenes de Jerez’ (2010) firmado por Diego Caro, Ramón Clavijo y Fátima González, libro que a día de hoy sigue siendo pionero en cuanto a enfocar la historia desde esa perspectiva. Finalmente, no podemos olvidarnos de la interesante obra del malogrado Adrián Fatou que nos legara, siguiendo de alguna manera la estela de Eduardo Pereíras, dos libros de gran valor documental ‘Identidades’ (2010) y ‘Arquitectura de una mirada’ (2013), del que ahora se cumplen diez años y que se presentó en el marco de una gran exposición inaugurada en Jerez bajo el mismo título. Ramón Clavijo Provencio

Reseñas

Cielo nocturno

Soledad Puértolas. Compactos Anagrama, 2010.

Quizá la discreción, la escasa exposición en los medios y no mostrar la pose radical de otras compañeras de profesión (con su nombre ya en calles y parques), sean las causas por las que Soledad Puértolas no sea tan conocida, lo que es una desgracia para la buena literatura y para los lectores de buen gusto. Y un excelente ejemplo es esta novela, ‘Cielo nocturno’. La narradora va repasando sus experiencias de niña estudiante en un colegio de monjas, hasta llegar a la universidad, y con ella, los primeros novios, los conflictos con sus padres, las relaciones con amigos y familia, y la lucha estudiantil contra la dictadura, con sus consecuentes problemas académicos. Un recuento desde la infancia hasta la juventud a través de la observación y la introspección de una joven que solo quiere encontrar su sitio en este mundo. Magnífica. J.L.R.

Mi amor en vano

Soledad Puértolas. Compactos Anagrama, 2014.

… Y otra gran novela de esta escritora. Esteban, el protagonista-narrador, ha tenido un accidente de tráfico que le cambia la vida. Ha decidido vivir solo, a prudencial distancia de su familia, y seguir su rehabilitación sin depender de nadie. Su instalación en un nuevo barrio, en un bloque de vecinos, y el propio centro donde se ejercita físicamente, le llevan a entablar conocimiento más o menos íntimo con diversas personas, de las que por momentos se convierte en un ejemplar confidente; la mayoría de ellas, mujeres. La primera, Violeta, quien lo acoge en el bloque y en el barrio a través de El Mercurio, el bar que frecuentan. Pero sobre todo Dayana, la madre de Violeta, y Teresa, su compañera en el centro de rehabilitación. Vidas insatisfechas, sueños incumplidos que cada uno gestiona como puede. Inteligente e interesante. J.L.R.

El poeta que liberó París

Wayne Jamison. Edhasa, 2023.

En los últimos años han ido viendo la luz investigaciones que clarifican el papel de los excombatientes republicanos españoles durante la II Guerra Mundial, como es el caso del libro de Evelyn Mesquida, ‘La Nueve. Los españoles que liberaron París’. Ahora esta novela afronta aquellos hechos desde una perspectiva distinta: la de acercarnos a través de la literatura a uno de los integrantes de aquella Compañía, “La Nueve”, como fue el jerezano Manuel Lozano, y lo hace desde su juventud en el Jerez de los años 30 para seguirlo durante la Guerra Civil y el exilio hasta integrarse en “La Nueve”, ya en plena II Guerra Mundial, hasta terminar sus días en París. El resultado es un libro apasionante donde la literatura adquiere protagonismo más allá de la fría documentación histórica, pero que en un segundo plano esta tiene la solidez necesaria para servir de base a una bella pero sobre todo necesaria historia. R.C.P.

A lo lejos

Hernán Díaz. Impedimenta, 2020.

Situada en aquellos tiempos turbulentos de la “Fiebre del oro”, la novela sigue los pasos de un inmigrante sueco que marcha a esa Norteamérica que se dibuja para muchos europeos de la época como la tierra prometida. Pero a Hakam Söderstöm, que es como se llama nuestro protagonista, comienzan a trastocársele sus sueños cuando decide dirigirse desde California a Nueva York en busca de su hermano Linus. A partir de ahí nos adentramos en páginas trepidantes que nos conducen a la aventura en estado puro, y donde paisajes inabarcables son poblados por una variedad de personajes impactantes. Sí, esta historia nos trae también el eco de aquel Jeremiah Johnson recreado en la novela ‘El trampero’ de Vardis Fisher y que luego sería llevada al cine por Sidney Pollack, y esto es, sin duda, un atractivo más para leer este libro. R.C.P.

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