Datan en 1548 el inicio del claustro de la Merced de Jerez
Patrimonio
Bruno Escobar y Manuel Romero demuestran que la obra se empezó en el siglo XVI y no en el XVII, como se creía hasta la fecha
Jerez/100 años antes de lo pensado. Los historiadores jerezanos Manuel Romero Bejarano y Bruno Escobar Fernández han publicado en la revista ‘Estudios sobre Patrimonio, Cultura y Ciencias Medievales’ la investigación 'La pervivencia de la tradición gótica en el claustro del monasterio de la Merced de Jerez de la Frontera (1548-1614)', que “cambia por completo lo que se sabía hasta la fecha de la cronología del claustro de la Merced”. Una obra no muy conocida por el gran público que se encuentra ubicada en el interior del instituto Santa Isabel de Hungría, que fue patio del hospital Santa Isabel y antes claustro del monasterio de la Merced. Hasta ahora, se pensaba que había sido construido en el siglo XVII.
Varios documentos del siglo XVI hallados por los investigadores en el Archivo Municipal de Jerez demuestran que se realizó 100 años antes, en 1548. “Dan una cronología más propia del estilo del claustro, porque un claustro gótico tiene sentido a mediados del XVI y no en el XVII como apuntan ciertos autores”, subraya Romero. Es cierto que durante el XVII, el claustro tiene varias reconstrucciones, “pero el origen está en el XVI, de manos de un maestro de primera fila que es Fernando Álvarez”. Este destacado maestro, cuya primera referencia lo sitúa vinculado a las obras del castillo de Bornos en 1524, se instaló en la década de 1530 en Jerez, asegura el artículo. El 30 de marzo de 1548, los frailes del monasterio de la Merced firmaron un contrato con Fernando Álvarez.
“Es un edificio muy interesante porque se trata de un claustro de dimensiones bastante grandes, para como eran en la época, y donde hay estilo gótico y una influencia muy clara del Renacimiento. Una obra mixta, propia de esa generación de maestros desde los años 20-30 hasta los 60 del siglo XVI. Álvarez, guiado por la voluntad renovadora de los monjes, trazó un diseño dialogante, donde las formas clásicas y las medievales se combinaban e hibridaban. Una obra renovadora en su contexto, pues espacios como las dependencias monacales apenas se habían hecho eco de los nuevos usos clásicos en Jerez. De hecho, se podría decir que esta es la última obra importante que hace Fernando Álvarez en la ciudad, ya que en los contratos se habla de que puede que el maestro falleciera, aunque termina finalmente lo que tenía contratado. Es uno de los claustros más importantes que se conserva en la ciudad de la época”.
El artículo documenta el proceso constructivo del claustro principal del monasterio de La Merced de Jerez de la Frontera (1548-1614). Para ello, se traza un recorrido por las diferentes fases de ejecución de la obra y los maestros que la dirigieron. El diálogo entre tradición gótica y arquitectura al romano que emprendió el maestro constructor Fernando Álvarez en el diseño del mismo es también analizado. De forma paralela, se aborda y discute la producción historiográfica generada en torno a esta obra.
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